El 23 de febrero, el ejército estadounidense destruyó siete misiles de crucero antibuque móviles pertenecientes al movimiento Ansar Allah, que controla el norte de Yemen. Cabe señalar que estos misiles, listos para ser lanzados hacia el Mar Rojo, representaban una amenaza inminente tanto para los buques mercantes como para los buques de la Armada estadounidense que operan en la región. El Comando Central de Estados Unidos dijo que sus acciones tenían como objetivo la autodefensa y la prevención de una amenaza potencial al transporte marítimo.
Las acciones de los hutíes, incluidas las amenazas de atacar barcos asociados con Israel, han causado gran preocupación y han llevado a la suspensión de varias líneas marítimas a través del Mar Rojo. A pesar de las afirmaciones de los hutíes de que sus acciones tienen como objetivo apoyar a los palestinos en la Franja de Gaza y no interfieren con la libertad de navegación, sus acciones han causado seria preocupación a nivel internacional.
La respuesta de Estados Unidos y el Reino Unido para sofocar la amenaza hutí se ha descrito como necesaria para garantizar la seguridad del transporte marítimo en la crítica región del Mar Rojo. Los ataques provocaron duras críticas por parte de los hutíes, quienes los calificaron de barbarie terrorista y agresión injustificada.
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