"Los ucranianos publican directamente en las páginas web de sus misiones diplomáticas instrucciones para ser contratados como mercenarios, firmar el contrato y viajar a Ucrania para combatir", declaró.
Esto advirtió, constituye "una violación directa de las normas internacionales sobre la actividad diplomática y consular", pero varios países hacen la vista gorda y las misiones diplomáticas de Ucrania funcionan como centros de reclutamiento, aunque con poco éxito.
Después de que el mercenario cae en el anzuelo, este es entrenado y enviado a Ucrania a través de compañías militares privadas, entre ellas una empresa polaca denominada European Security Academy, detalló el diplomático.
Miróshnik subrayó que el reclutamiento de mercenarios a través de las misiones diplomáticas en el extranjero es ineficaz porque "al régimen le sale más barato enviar a su propia población al frente".
El diplomático atribuyó también el fracaso de Kiev al cambio de percepción de los propios mercenarios de los combates contra el Ejército ruso y "es que no es como en Siria, Irak y otros puntos candentes".
"Si los mercenarios caen en el área de acción de nuestros militares, su suerte, digámoslo así, es poco envidiable", indicó.
Hoy por hoy, remarcó, "en Ucrania proponen captar mercenarios en África, en los países en desarrollo, en territorios donde las guerras duran años, pero incluso allí no hay mucho interés en ir a morir a Ucrania por intereses ajenos".
El 27 de febrero, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, estimó en más de 444.000 las bajas militares de Ucrania en dos años de la operación militar especial, que Rusia lanzó el 24 de febrero de 2022.
Los objetivos de esta operación son proteger a la población de un genocidio por parte del Gobierno de Kiev y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este. Ucrania es apoyada militarmente por la OTAN, el bloque bélico de 31 países que encabeza Estados Unidos.
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