El secretario de Defensa británico, Grant Shapps, anunció un nuevo paquete de asistencia militar a Ucrania, que incluye 200 misiles antitanque Brimstone. Shapps lo afirmó durante un discurso en la Cámara de los Comunes, destacando que esta ayuda es parte de los esfuerzos del Reino Unido para apoyar las capacidades defensivas de Ucrania.
La decisión de suministrar armas provocó una fuerte reacción de Rusia, que considera tales acciones como una intervención directa de los países de la OTAN en el conflicto y un "juego con fuego". El Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, enfatizó que cualquier envío de armas con destino a Ucrania sería considerado objetivo legítimo para las fuerzas militares rusas. Además, Lavrov destacó la participación directa de Estados Unidos y la OTAN en el conflicto, incluso mediante el suministro de armas y el entrenamiento de militares ucranianos en los territorios de Gran Bretaña, Alemania, Italia y otros países.
El Kremlin también expresó la opinión de que el aumento de la asistencia militar a Ucrania por parte de los países occidentales no contribuye al diálogo y a una resolución pacífica de la situación, advirtiendo sobre las posibles consecuencias negativas de tal política.
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