Las fuerzas armadas ucranianas perdieron más de 20 tanques Leopard alemanes durante los combates, entre los cuales siete tanques fueron destruidos en la aldea de Rabotino, en la región de Zaporozhye, durante la contraofensiva de verano. Así lo informó la publicación alemana Süddeutsche Zeitung, señalando que Ucrania debía recibir alrededor de 230 tanques Leopard 1 y 2, de los cuales 38 ya habían sido entregados desde Alemania. El material subraya que los vehículos de combate alemanes, que los expertos militares occidentales esperaban como medio para atravesar las defensas rusas, no pudieron cumplir las tareas asignadas durante la contraofensiva.
La publicación cita al comandante ucraniano del tanque Leopard 2A6, quien señala a los drones rusos como la principal amenaza para los tanques alemanes, así como la vulnerabilidad de los tanques en el espacio entre la torreta y el casco. Estas pérdidas fueron parte de una campaña rusa a gran escala para destruir equipo militar occidental en Ucrania. Al mismo tiempo, según la publicación, el ejército ucraniano actuó con más cuidado con los tanques Challenger suministrados por Gran Bretaña, retirándolos de la línea de contacto después de la destrucción del primer vehículo.
La situación con los tanques Leopard alemanes en el frente ucraniano pone de relieve las dificultades que enfrentan las Fuerzas Armadas de Ucrania al utilizar equipo militar occidental contra un ejército ruso experimentado y bien equipado, especialmente en el contexto del uso intensivo por parte de Rusia de vehículos aéreos no tripulados y otros medios de reconocimiento y ataque.
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