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Considerada por más de medio siglo el único país
nuclear oficial de Asia, China no está dispuesta a revelar los detalles
sobre su poder atómico. Algunos expertos creen que su arsenal de misiles
es comparable, si no superior, a los de EE.UU. y Rusia.
Sin embargo, de acuerdo con declaraciones oficiales de Pekín, el Estado tiene armas nucleares en cantidades extremadamente limitadas y precisamente bajo ese pretexto se niega a participar en las negociaciones sobre desarme nuclear a nivel internacional.
Probablemente, opina el analista, China se aprovechó del período posterior a la guerra fría, cuando EE.UU. y Rusia firmaron varios acuerdos acerca del desarme por los que se comprometieron a reducir su arsenal, e incrementó sus capacidades en este campo de manera clandestina.
La información proporcionada por la mayoría de las fuentes occidentales parece, según el autor del artículo, "absurda y surrealista". De acuerdo con los datos que difunden algunas conocidas instituciones occidentales, entre ellos el sueco SIPRI (el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz) y el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, China no tiene más de 250 ojivas nucleares.
No obstante, Hramchijin señala que la primera prueba nuclear de China se llevó a cabo en 1964, por lo que sugiere que en 47 años la potencia mundial no pudo crear tan solo 250 cabezas, mientras que, según las mismas fuentes, Pakistán (cuyas posibilidades en tecnología y capacidad de producción son muy inferiores a las chinas), logró fabricar más de 110 en 13 años.
El analista considera que el número total de cargas nucleares de distinta capacidad con las que cuenta China podría alcanzar ya las 5.000 unidades, dado que su producción en el país se está llevando a cabo desde hace más de 40 años.
Hramchijin afirma que en los años noventa del pasado siglo, China producía al menos 140 ojivas nucleares al año y que no cabe duda de que tiene más armas nucleares que el Reino Unido, Francia y que las cuatro potencias nucleares no oficiales (India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) juntas. Pero hasta en caso de desarme nuclear completo a nivel global, el país asiático aún gozaría de un enorme arsenal de misiles convencionales, que en la última década han mejorado mucho en calidad.
Actualmente, el Ejército chino tiene 17 brigadas de misiles que operan en diversas partes de China y tienen a su disposición misiles balísticos de medio y largo alcance, así como misiles operacionales tácticos. Algunos de ellos, como, por ejemplo los DF-4, DF-3 y DF-21, son capaces de alcanzar el territorio de países vecinos como Rusia e India. Asimismo, Pekín comenzó recientemente el despliegue de misiles de crucero DH-10, con base en tierra, cuya cantidad puede variar de 350 a 500.
El analista señala también que en China existe un gran sistema de túneles subterráneos cuya construcción costó enormes fondos a un país que no está acostumbrado a gastar dinero en vano. Según datos oficiales, estos refugios, capaces de albergar a cientos de miles e incluso a millones de personas, están diseñados para proteger a la población de los terremotos. Pero esta explicación no es satisfactoria para Hramchijin, ya que, según subraya, durante los sismos normalmente se recomienda permanecer en la superficie de la tierra lejos de cualquier estructura. Por ello, esconderse en los túneles subterráneos no parece la idea más lógica en este caso, mientras que se sabe que los refugios subterráneos ofrecen la protección más eficaz en caso de explosiones nucleares y contra sus consecuencias más destructivas (onda expansiva, radiaciones ionizantes y contaminación radiactiva).
Asimismo en los últimos años China construyó en su territorio docenas de ciudades con modernas infraestructuras, que permanecen vacías pese a la gran superpoblación que existe en la nación. Según Hramchijin, no hay duda alguna de que estas ciudades también se crean en vistas a una posible guerra nuclear para poder trasladar a las personas a una nueva ciudad tras la catástrofe.
Como Pekín de momento cede el liderazgo a EE.UU. en el campo de las armas de alta precisión, su arsenal nuclear sirve como una cierta compensación por este 'retraso' representando "una amenaza disimulada". En caso de confirmarse la existencia de estas armas, sería una sorpresa muy desagradable para el resto de la humanidad. Hramchijin concluye que hoy en día China es el único país realmente preparado para cualquier tipo de guerra, tanto convencional como nuclear, aunque el resto del planeta se esfuerza por ignorar este hecho.
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