La victoria de la “mujer barbuda” en el concurso Eurovisión 2014 es parte de la ofensiva que las élites de Occidente desarrollan contra los valores tradicionales y su predicadora, Rusia, opina el arcipreste Vsévolod Chaplin, el relaciones públicas de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Es una demostración de que “las modernas élites occidentales nunca se resignarán con la existencia de la coherente doctrina y el modo de vida ortodoxos”, escribe Chaplin en un artículo publicado en la web del Patriarcado de Moscú.
El austriaco Thomas Neuwirth, quien ganó el certamen usando la imagen de una travesti barbuda, Conchita Wurst, es para el arcipreste “un elocuente retrato del mundo en el que tratan de sumirnos las modernas élites económicas, políticas y mediáticas de Occidente”.
Precisamente las élites, y no Occidente como tal, “donde cada vez más gente simpatiza con Rusia y recuerda las tradiciones cristianas aparentemente botadas al basurero de la historia”, insiste Chaplin.
Quienes luchan contra la fe ortodoxa, según él, “ven la derrota de la ideología occidental contemporánea y procuran deshacerse de una doctrina rival”.
“Como no logran someternos con fuerza militar política y económica, desarrollan paralelamente una ofensiva en el frente cultural, o de contracultura, para ser más exactos”, señala el clérigo.
Antes de la última edición del concurso, un legislador ruso sugirió boicotear Eurovisión hasta que deje de ser “el desfile gay europeo”.
El diputado Vitali Milónov, quien se hizo famoso como autor de una ley contra la propaganda gay en San Petersburgo, afirmó que la presencia de Rusia en el certamen se contradice con la actual política de renovación cultural y ética y que la retransmisión del certamen con Conchita Wurst sería promoción de la homosexualidad y de la degradación moral.
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