Este martes la OTAN decidirá si comenzará el trámite de adhesión de Ucrania. Sin embargo, parece que la incorporación a la Alianza no podrá parar el proceso de desintegración del país eslavo debido, en gran medida, a la incapacidad de las autoridades de Kiev de controlar los grupos armados y la crisis económica, estima Nezavisimaya Gazeta.
La Alianza ya anunció que enviará a sus expertos militares a Ucrania para garantizar la seguridad de las centrales nucleares. La información provocó la indignación del viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, que indicó que estos asuntos incumben a la competencia del OIEA. Otros altos cargos rusos también expresaron su inquietud por la intensificación de la actividad de la OTAN.
Sin embargo, es poco probable que la OTAN consiga detener el proceso de desintegración de Ucrania.
Las autoridades de Kiev están perdiendo el control sobre las regiones donde operan grupos armados tanto nacionalistas como federalistas. La situación hace pensar cada vez más en una guerra civil.
No parece que el nuevo presidente ucraniano pueda poner orden en el país. Además, la crisis económica que vive Ucrania irá provocando aún más descontento, también en las regiones donde por el momento no hay disturbios.
Kiev ya no dispone de herramientas para lidiar con esta situación y menos aún, en caso de una reforzada presencia de la OTAN.
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