Un oficial de alto rango cuestiona la alianza occidental con Siria y Hezbolá contra el Estado islámico. Lo llama un "grave error" el unir fuerzas con los extremistas chiítas.
El Aeropuerto internacional Ben-Gurion y el Puerto de Haifa estarían cerrados desde el primer día de una tercera guerra del Líbano y los funcionarios de Hezbolá serían objetivos viables para la eliminación, dice un oficial de alto rango del Estado Mayor de las FDI, un conflicto que el Ejército israelí ve que bien podría suceder en el futuro.
El funcionario hizo estas declaraciones en el contexto de una serie de incidentes violentos dirigidos contra tropas de las FDI en la frontera con el Líbano en el último año, algunos de los cuales han sido reclamados abiertamente por Hezbolá en respuesta a lo que calificó de ataques de las FDI contra sus posiciones o sus combatientes en el sur del Líbano.
"Seguimos preparándonos para una situación de conflicto generalizado en el Líbano, y es absurdo pensar que sólo la identificación de objetivos de inteligencia o los bombardeos de la fuerza aérea inducirán al enemigo a no entrar en la refriega", dijo el oficial.
"El ejército israelí tendrá que funcionar a pleno rendimiento en una tercera guerra del Líbano. Si durante la operación Borde Protector hubo protestas porque el aeropuerto de Ben-Gurion fue cerrado por dos días debido a los cohetes, en la próxima guerra con Hezbolá, el aeropuerto Ben-Gurion y el puerto de Haifa estarán cerrados desde el primer día".
Dijo que en la próxima guerra no tendría sentido atacar objetivos de infraestructura del estado en el sur de Líbano, como el ejército israelí hizo en la Segunda Guerra del Líbano de 2006.
"Históricamente, esto no se ha demostrado que sea útil y no haría a Hezbolá a decir 'me rindo a causa de un ataque a una planta de energía'", dijo el oficial. "También sería correcto atacar con fuerza los objetivos y a los activistas y a los funcionarios de alto rango de la organización."
El funcionario también advirtió que Hezbolá continúa creciendo más fuerte a pesar de perder cientos de combatientes en la guerra civil en Siria.
Y, por primera vez desde el inicio de la guerra civil siria hace tres años, y en vista del colapso de países como Irak, debido al creciente poder del Estado Islámico, el oficial salió con firmeza contra la alianza occidental liderada por Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico, que busca derrocar al régimen de Assad.
"No se trata de que Israel alarme a Irán, sino la posibilidad de que Irak sea comido vivo por el Estado islámico y Siria caiga en sus manos. No estoy entusiasmado con la coalición contra el EI. Occidente comete un error grave en su apoyo, dirigido por los EE.UU., Inglaterra, Canadá, Francia y Australia, hacia los radicales chiítas, al lado de Assad, Hezbolá e Irán. No tiene sentido".
Fuente: Ynet
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