En las últimas semanas se ha incrementado la tensión en la región de Asia y el Pacífico debido a las continuas advertencias y provocaciones lanzadas por EEUU en las inmediaciones del archipiélago de las Islas Spratly, un territorio en disputa entre varios países del Pacífico.
La última de tales advertencias tuvo lugar durante el foro de Diálogo Shangri-La, en el Océano Pacífico. Allí, el secretario de Defensa de EEUU, Ashton Carter, pidió el “inmediato y duradero cese de las reclamaciones terrestres” de China en el Mar de la China Meridional así como “el fin de la militarización del archipiélago”. Él añadió que EEUU estaba en contra de “los intentos de socavar el estatus quo” y la estabilidad, ya sea por medio de la fuerza, la coacción o la creación de hechos irreversibles sobre el terreno, en el espacio aéreo o en el mar”.
Un oficial estadounidense dijo al Wall Street Journal que el país asiático ha colocado dos piezas de artillería autopropulsada en una de las islas, un gesto que, según el oficial, “no entraña una amenaza militar” y “tiene un carácter simbólico”. Cabe señalar que estas islas chinas no tienen un gran valor estratégico o militar de por sí, pero están cerca de importantes bases navales chinas en la isla de Hainan.
Por su parte, Carter manifestó que EEUU continuará rechazando las reivindicaciones territoriales de China y reafirmando la “libertad de navegación”. “EEUU volará, navegará y operará donde la ley internacional lo permita, como hacen las fuerzas estadounidenses alrededor del mundo”, señaló. Carter ha dado instrucciones a los aviones y barcos estadounidenses para que entren en el límite de las 12 millas alrededor de las islas lo que podría provocar una confrontación con las fuerzas aéreas o navales chinas.
Recientemente, EEUU envió un avión P8-A Poseidon de vigilancia a un islote administrado por China en el Mar de la China Meridional. Un equipo de la CNN se unió a este vuelo en lo que constituyó, sin ninguna duda, una grave provocación hacia China.
El gobierno de EEUU ha explotado su “giro hacia Asia” para intentar socavar la influencia de China y construir un sistema de alianzas dirigido a cercar a ese país. Ester sistema incluye el despliegue de marines, aviones y barcos en Australia y un acceso ilimitado a las bases aéreas y navales de Filipinas. EEUU ha enviado también barcos a Singapur y ha llevado a cabo un redespliegue de sus fuerzas en Corea del Sur y Japón.
EEUU ha animado también a los vecinos de China, incluyendo Filipinas y Japón, a actuar más agresivamente en sus reivindicaciones frente a Pekín. Recientemente, el presidente norteamericano, Barack Obama, prometió apoyar a Japón en cualquier conflicto con China por las islas Senkaku/Diaoyu, ocupadas por Japón, pero reclamadas por China. Filipinas está buscando un compromiso similar por parte de Washington.
Un editorial del Washington Post denunció las reclamaciones chinas sobre las islas del Mar de la China Meridional y pidió acciones por parte de EEUU. “Aunque probablemente el proyecto (chino) no pueda ser detenido, él debería ser plenamente denunciado y los intentos de China para restringir el tráfico aéreo y marítimo cerca de sus instalaciones debe ser totalmente rechazados”.
Reacción china
Recientemente, EEUU envió un avión P8-A Poseidon de vigilancia a un islote administrado por China en el Mar de la China Meridional. Un equipo de la CNN se unió a este vuelo en lo que constituyó, sin ninguna duda, una grave provocación hacia China.
El gobierno de EEUU ha explotado su “giro hacia Asia” para intentar socavar la influencia de China y construir un sistema de alianzas dirigido a cercar a ese país. Ester sistema incluye el despliegue de marines, aviones y barcos en Australia y un acceso ilimitado a las bases aéreas y navales de Filipinas. EEUU ha enviado también barcos a Singapur y ha llevado a cabo un redespliegue de sus fuerzas en Corea del Sur y Japón.
EEUU ha animado también a los vecinos de China, incluyendo Filipinas y Japón, a actuar más agresivamente en sus reivindicaciones frente a Pekín. Recientemente, el presidente norteamericano, Barack Obama, prometió apoyar a Japón en cualquier conflicto con China por las islas Senkaku/Diaoyu, ocupadas por Japón, pero reclamadas por China. Filipinas está buscando un compromiso similar por parte de Washington.
Un editorial del Washington Post denunció las reclamaciones chinas sobre las islas del Mar de la China Meridional y pidió acciones por parte de EEUU. “Aunque probablemente el proyecto (chino) no pueda ser detenido, él debería ser plenamente denunciado y los intentos de China para restringir el tráfico aéreo y marítimo cerca de sus instalaciones debe ser totalmente rechazados”.
Reacción china
Por su parte, China ha anunciado que ha presentado una queja oficial por los vuelos estadounidenses cercanos al territorio chino y pidió a Washington que dé marcha atrás en tales medidas. La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hong Lei, calificó tales vuelos de “totalmente peligrosos e irresponsables” y dijo que existía “un riesgo muy alto de incidentes fruto de un error de cálculo en el espacio aéreo o marítimo” de las islas. Lei dijo que China vigilaría de cerca la situación y “tomaría las medidas necesarias y apropiadas” para asegurar su soberanía sobre las islas e islotes del Mar de la China Meridional.
El periódico Global Times, cercano a los planteamientos de los estrategas militares chinos, señaló que si EEUU exige que China detenga sus actividades en las islas entonces “una guerra entre EEUU y China es inevitable en el Mar de la China Meridional”. El diario añadió que si EEUU busca dar una lección a China “provocándola y humillándola”, entonces “China no tendrá más remedio que responder”.
Por otro lado, China ha publicado un nuevo Libro Blanco de Defensa, donde se detallan los objetivos y la estrategia del Ejército Popular de Liberación. En el libro se advierte de “nuevas amenazas procedentes del hegemonismo, la política de fuerza y el neo-intervencionismo”. Él advierte que “la competencia internacional por la redistribución del poder, los derechos y los intereses está intensificándose”.
Con el fin de contrarrestar las amenazas de EEUU de cortar las rutas marítimas por las que China recibe petróleo y materias primas de Oriente Medio y otras regiones, el documento aboga por que la Marina china abandone su actual enfoque de protección limitada a las aguas costeras” por otro que incluya “la protección de las aguas oceánicas”. Esto implica, sin duda, un crecimiento y desarrollo importante del poder naval chino.
La actitud de EEUU ha llevado a China a buscar una alianza con Rusia. Ambos países han creado un frente común en temas claves de política exterior y están cooperando en temas militares y económicos. El megaproyecto para la exportación de gas ruso a China, por valor de 400.000 millones de dólares suscrito entre Pekín y Moscú ha sido un duro golpe para las ansias hegemonistas estadounidenses. Rusia ahora no necesita temer el impacto de ninguna sanción occidental y tendrá asegurado un mercado para su gas, mientras que China no dependerá ya de igual modo de las rutas marítimas para la importación de los suministros de energía. En este sentido, el mencionado Libro Blanco señala que las fuerzas armadas chinas “incrementarán sus intercambios y cooperación con el Ejército ruso dentro del marco de la asociación estratégica global” entre los dos países. FUENTE
Por otro lado, China ha publicado un nuevo Libro Blanco de Defensa, donde se detallan los objetivos y la estrategia del Ejército Popular de Liberación. En el libro se advierte de “nuevas amenazas procedentes del hegemonismo, la política de fuerza y el neo-intervencionismo”. Él advierte que “la competencia internacional por la redistribución del poder, los derechos y los intereses está intensificándose”.
Con el fin de contrarrestar las amenazas de EEUU de cortar las rutas marítimas por las que China recibe petróleo y materias primas de Oriente Medio y otras regiones, el documento aboga por que la Marina china abandone su actual enfoque de protección limitada a las aguas costeras” por otro que incluya “la protección de las aguas oceánicas”. Esto implica, sin duda, un crecimiento y desarrollo importante del poder naval chino.
La actitud de EEUU ha llevado a China a buscar una alianza con Rusia. Ambos países han creado un frente común en temas claves de política exterior y están cooperando en temas militares y económicos. El megaproyecto para la exportación de gas ruso a China, por valor de 400.000 millones de dólares suscrito entre Pekín y Moscú ha sido un duro golpe para las ansias hegemonistas estadounidenses. Rusia ahora no necesita temer el impacto de ninguna sanción occidental y tendrá asegurado un mercado para su gas, mientras que China no dependerá ya de igual modo de las rutas marítimas para la importación de los suministros de energía. En este sentido, el mencionado Libro Blanco señala que las fuerzas armadas chinas “incrementarán sus intercambios y cooperación con el Ejército ruso dentro del marco de la asociación estratégica global” entre los dos países. FUENTE
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