La visita a Rusia del príncipe Mohammed ben Salman Al-Saud y el giro en la política exterior de Arabia saudí está levantando una catarata de especulaciones en la prensa internacional, aunque lo que se trata de desentrañar es lo que la familia saudí persigue, ya que es ella la que ha tomado la iniciativa. Rusia no parece haberse movido de su sitio y las quinielas le apuntan otro triunfo rotundo. No sólo su pretendido aislamiento es una quimera sino que aparece como protagonista principal en un escenario crucial como Oriente Medio.
Uno de los comentarios más significativos es el que escribe Bruce Riedel, de la Brookings Institution, en Al-Monitor en el que asegura que Siria ya no es una prioridad para el gobierno de Riad, que el acercamiento a Moscú queda así despejado y que Arabia está en una posición de debilidad frente a Rusia.
Otro comentario a destacar es del periodista Abdulrahman Al-Rashed, que trabaja en la edición inglesa de la cadena de televisión saudí Al-Arabiya. Antes fue redactor jefe de la edición londinense del diario saudí Asharq al-Awsat, por lo que se trata de alguien muy próximo a la familia real que gobierna desde Riad.
La opinión de Al-Rashed destila rencor hacia Estados Unidos por todos y cada uno de sus poros. Dice que Washington ha estado sosteniendo al gobierno de Bagdad, a pesar de su sectarismo, y que han permitido que Bashar Al-Assad provoque la tragedia más grande de la región en su historia, es decir, culpabiliza a Estados Unidos de la guerra de Siria.
Más adelante califica el acercamiento de Riad a Moscú, a pesar de su apoyo a Siria, como un acontecimiento de extraordinaria importancia, como una especie de “declaración de independencia” del régimen respecto a Estados Unidos, especialmente en lo que concierne a la guerra en el Donbas.
De la amargura con Washington, el periodista pasa al optimismo y augura que cooperando con Rusia Riad irá muy lejos porque hoy Rusia es un “actor esencial” en la situación política de la región. El artículo parece inacabado. Habría que preguntarle a Al-Rashed hasta qué punto es esencial Rusia en Oriente Medio. ¿Más esencial que Estados Unidos?
Por su parte, Theodore Karasik, director de investigación del Instituto Near East and Gulf Military Analysis, con sede en Dubai, resume su criterio en Azeri Daily de una manera que no deja lugar a dudas: el giro de Arabia saudí no ha hecho más que constatar que Rusia asume el papel de Estados Unidos como árbitro de Oriente Medio.
Según Karasik han sido los saudíes quienes han movido ficha y la explicación que aporta sobre los motivos de ello hay que tomarla en consideración porque concierne a la guerra en Yemen en dos aspectos. El primero es que a Riad no le ha gustado la postura adoptada por Estados Unidos sobre Yemen, que entiende falta de verdadero compromiso. El segundo explicaría el interés saudí por el armamento ruso y la visita del príncipe Salman Al-Saud a la exposición Ejército 2015: buscan en Rusia un armamento fiable que la guerra de Yemen les ha demostrado que Estados Unidos carece.
La experiencia saudí con los bombardeos aéreos sobre Yemen está resultando un fiasco de grandes proporciones. La defensa antiaérea saudí (misiles Patriot PAC-3 a cargo de personal militar estadounidense) ha resultado ser impotente frente a los misiles Scud lanzados por las milicias yemeníes. Por ello han vuelto sus ojos hacia los sistemas de defensa antiaérea S-300 y S-400, los misiles tierra-tierra de corto y medio alcance y el SS26 Iskander-E de fabricación rusa.
No es un caso aislado. Durante la agresión a Libia se produjo otra experiencia frustrante que explicaría los motivos por los cuales acercándose a Rusia Arabia saudí busca una “independencia” que Estados Unidos no le proporciona: cuando Egipto y los Emiratos Árabes Unidos pretendieron atacar Libia con aviones F-16, los militares estadounidenses los convirtieron en inutilizables para los pilotos de ambos países. A partir del verano del año pasado Egipto optó por comprar aviones Rafale de fabricación francesa.
Está fuera de toda duda que Estados Unidos se está alejando de Oriente Medio y que sus actores principales le han vuelto la espalda. También es muy posible que sea Rusia la destinada a llenar el vacío. Pero, puestos a especular, lo que no va ocurrir es una sustitución de piezas, de uno por otro. Rusia tiene una política propia respecto a Oriente Medio, muy diferente de la que Estados Unidos ha venido implementando. Los cambios serán irreversibles. FUENTE
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