BREVE REPASO DE LO SUCEDIDO
La noche del pasado 15 de junio se produjo unintento de golpe de estado militar en Turquía, cuyo objetivo era derrocar al gobierno del islamista Recep Tayyip Erdogan.
Cazas y helicópteros de los militares rebeldes atacaron distintos objetivos en Estambul y Ankara, incluyendo el Parlamento y la residencia presidencial.
Sin embargo, el golpe de estado fracasó a las pocas horas, en gran parte debido a la movilización popular de los seguidores de Erdogan, que se enfrentaron con los efectivos militares golpistas que habían dictaminado un toque de queda en todo el país.
Algunos analistas sostienen también que el intento de golpe de Estado en Turquía fracasó porque los militares golpistas no eran suficientes para cristalizar la acción y porque entre sus líderes no había apenas nadie de rango superior a coronel.
A estas alturas, el saldo del intento de golpe de estado es de más de 265 muertos, más de 1400 heridos y una larga lista de personas detenidas, que supera ya las 6.000.
Asimismo, además de gran cantidad de imágenes impactantes y violentas, el intento de golpe de estado arroja algunos datos adicionales que cabe destacar.
Por ejemplo, y a pesar de su recalcitrante empeño en limitar las redes sociales, Erdogan las utilizó para convocar a sus seguidores para que inundaran las calles y detuvieran el golpe militar en su contra, lo que significa una auténtica paradoja para alguien que llegó a prohibir circunstancialmente el uso de Twitter en Turquía.
Otro aspecto curioso, es que durante el intento de golpe de estado, la web de la cadena rusa RT sufrió un ataque hacker masivo y cuya intención parecería ser la de limitar la transmisión en vivo de los acontecimientos.
Este hecho se produce precisamente tras el reciente acercamiento político entre Erdogan y Rusia de las últimas semanas.
Todo ello contribuye a alimentar las sospechas de que tras el intento golpista, podrían estar los Estados Unidos, tal y como ha insinuado un ministro de Erdogan.
No obstante, el Presidente Erdogan ha apuntado directamente al clérigo opositor Fetulá Gulen, de 75 años, que vive exiliado en Estados Unidos y al que considera el cerebro de la intentona golpista.
Por esa razón, Erdogan ha pedido a Obama la extradición inmediata de Fetulá Gulen a Turquía, donde sería juzgado y condenado por alta traición.
Enmedio del cruce de acusaciones por la posible intervención norteamericana en el intento de golpe de estado, el secretario de estado norteamericano John Kerry llamó a su homólogo turco para asegurarle que EEUU no tuvo nada que ver con la intentona golpista.
A ello cabe sumar que Turquía ha arrestado a un alto general de la Fuerza Aérea y a otros oficiales en la base aérea de la OTAN en Incirlik, por su posible participación en el fallido golpe militar, lo que establece vínculos entre los militares más próximos a la OTAN y a EEUU, con los golpistas.
Además, Erdogan ha aprovechado el golpe de estado fallido para iniciar una purga política contra sus opositores, que bien podría considerarse como un golpe de estado encubierto de Erdogan, aprovechando el golpe de estado fallido en su contra.
Así, además de los más de 6.000 detenidos por el fallido levantamiento militar, que podrían aumentar con el paso de los días, se suman los arrestos y destituciones de miles de jueces, integrantes del tribunal supremo y fiscales, que no se mostraron obedientes con los dictados de Erdogan.
Además, se han censurado varias páginas web contrarias al presidente y se espera una futura persecución de aquellos medios de comunicación contrarios a las políticas dictatoriales de Erdogan.
LA VISIÓN DE ALGUNOS ANALISTAS
Tras los hechos, diversos analistas han ofrecido su punto de vista sobre las causas del golpe de Estado y qué intereses podrían ocultarse tras lo acontecido.
Así por ejemplo, el analista político Eduardo Luque, entre muchos otros, ha expresado su temor de que tras el golpe de Estado fallido, Recep Tayyip Erdogan, intentará organizar una auténtica dictadura, algo que empieza a materializarse.
Otros análisis indican que el giro de 180 grados en la política exterior, que comportó el acercamiento de Erdogan a Rusia durante estas últimas semanas, habría sido la causa principal que habría desatado el intento de golpe de Estado en su contra.
Al respecto, la Cancillería de Rusia advierte que la intentona golpista en Turquía supone una amenaza a la estabilidad regional e internacional.
La posible intervención de la OTAN en el intento de golpe de estado, ha sido insinuada por diversos analistas, entre los que se encuentra el analista internacional Ángel Molina, que considera sospechoso que la OTAN no preveyera el golpe de Estado en Turquía, a pesar de sus poderosos servicios de inteligencia.
Más explícito y contundente se ha mostrado el analista estratégico ruso Konstantín Sívkov, que afirma que las declaraciones de Kerry durante el golpe en Turquía, apuntan a la implicación de EEUU.
Sivkov recuerda que durante las primeras horas, John Kerry, secretario de Estado estadounidense, dijo que esperaba que hubiese “estabilidad, paz y continuidad”, en aparente consonancia con los llamados a la calma y la pasividad hechos por los golpistas.
No fue hasta que el golpe fracasó claramente, que los EEUU ofrecieron su apoyo explítico a Erdogan y al orden constitucional.
Sin embargo, hay otros analistas que consideran que en realidad no fue un intento de golpe de estado real, sino un autogolpe de estado propiciado por el propio Erdogan.
De hecho, el propio clérigo opositor Fetulá Gulen, considerado por el Gobierno de Turquía como el “cerebro” del intento de golpe de Estado, ha sido el primero en sugerir que el presidente turco Erdogan, podría haber orquestado una “puesta en escena”, para justificar la represión política posterior y las purgas dictatoriales en el país contra sus opositores.
Finalmente, cabe destacar también las advertencias realizadas por el político ultranacionalista ruso Vladímir Zhirinovski, experto en la región.
Zhirinovski sostiene que en dos años otro golpe de Estado sacudirá Turquía.
Según el político ruso, el golpe militar ha fracasado porque los organizadores tenían poca influencia sobre el resto del ejército, pero que en dos años, los sucesos se repetirán, en gran parte a causa de que los oficiales y los jóvenes turcos no simpatizan con la política de islamización del país promovida por Erdogan.
Por último, el experto ruso Grigori Trofimchuk, sostiene que el intento de golpe de Estado ocurrido en Turquía “es la última oportunidad y la última advertencia” para Erdogan.
Según Trofimchuk, si el presidente no revisa su posición sobre varias cuestiones importantes, Turquía se dirigirá hacia la desestabilización interna con atentados terroristas cada vez más terribles y complejos, lo que finalmente podría acabar desintegrando el país.
Sea como sea, lo cierto es que la situación alrededor de Turquía, lejos de ser estable y previsible, se ha tornado aún más difícil de prever.
Veremos qué consecuencias tendrán las purgas iniciadas por un cada vez más dictatorial Erdogan y qué efecto tendrá sobre la región y Europa la creciente islamización de Turquía, así como las nuevas alianzas tejidas por Erdogan con Rusia y la oposición de EEUU, que podría intentar provocar una revolución de colores en Turquía, que teniendo en cuenta la profunda división actual en la sociedad turca, podría desembocar incluso en un grave conflicto civil.
NOTA ADICIONAL:
Si Erdogan sigue con su giro actual y sigue aproximando posiciones con Rusia, a la que ha llegado a ofrecer el uso de su base aérea de Incirlik, será interesante ver el giro informativo de los medios de comunicación de ambos bandos.
Hasta ahora, los medios rusos de alcance internacional (RT y Sputnik, especialmente), han dibujado una figura de Erdogan próxima a la de un ogro criminal, terrorista y enloquecido, mientras en Occidente, los medios criticaban “con la boca pequeña” y sin excesivos aspavientos, los constantes abusos de Erdogan hacia la oposición política, la población kurda y su evidente colaboración con Estado Islámico.
Bien, ahora quizás veamos como los medios rusos suavizan su visión de Erdogan (algo que sería una auténtica vergüenza) y cómo los medios occidentales empiezan a catalogarlo como un monstruo, un tirano, un loco y un criminal sin escrúpulos (algo que Erdogan lleva muchos años siendo, por cierto).
De ver estos giros, estaremos ante otra evidencia que pondrá sobre la mesa el vomitivo nivel de manipulación de los medios informativos al servicio del poder…
Fuente
La noche del pasado 15 de junio se produjo unintento de golpe de estado militar en Turquía, cuyo objetivo era derrocar al gobierno del islamista Recep Tayyip Erdogan.
Cazas y helicópteros de los militares rebeldes atacaron distintos objetivos en Estambul y Ankara, incluyendo el Parlamento y la residencia presidencial.
Sin embargo, el golpe de estado fracasó a las pocas horas, en gran parte debido a la movilización popular de los seguidores de Erdogan, que se enfrentaron con los efectivos militares golpistas que habían dictaminado un toque de queda en todo el país.
Algunos analistas sostienen también que el intento de golpe de Estado en Turquía fracasó porque los militares golpistas no eran suficientes para cristalizar la acción y porque entre sus líderes no había apenas nadie de rango superior a coronel.
A estas alturas, el saldo del intento de golpe de estado es de más de 265 muertos, más de 1400 heridos y una larga lista de personas detenidas, que supera ya las 6.000.
Asimismo, además de gran cantidad de imágenes impactantes y violentas, el intento de golpe de estado arroja algunos datos adicionales que cabe destacar.
Por ejemplo, y a pesar de su recalcitrante empeño en limitar las redes sociales, Erdogan las utilizó para convocar a sus seguidores para que inundaran las calles y detuvieran el golpe militar en su contra, lo que significa una auténtica paradoja para alguien que llegó a prohibir circunstancialmente el uso de Twitter en Turquía.
Otro aspecto curioso, es que durante el intento de golpe de estado, la web de la cadena rusa RT sufrió un ataque hacker masivo y cuya intención parecería ser la de limitar la transmisión en vivo de los acontecimientos.
Este hecho se produce precisamente tras el reciente acercamiento político entre Erdogan y Rusia de las últimas semanas.
Todo ello contribuye a alimentar las sospechas de que tras el intento golpista, podrían estar los Estados Unidos, tal y como ha insinuado un ministro de Erdogan.
No obstante, el Presidente Erdogan ha apuntado directamente al clérigo opositor Fetulá Gulen, de 75 años, que vive exiliado en Estados Unidos y al que considera el cerebro de la intentona golpista.
Por esa razón, Erdogan ha pedido a Obama la extradición inmediata de Fetulá Gulen a Turquía, donde sería juzgado y condenado por alta traición.
Enmedio del cruce de acusaciones por la posible intervención norteamericana en el intento de golpe de estado, el secretario de estado norteamericano John Kerry llamó a su homólogo turco para asegurarle que EEUU no tuvo nada que ver con la intentona golpista.
A ello cabe sumar que Turquía ha arrestado a un alto general de la Fuerza Aérea y a otros oficiales en la base aérea de la OTAN en Incirlik, por su posible participación en el fallido golpe militar, lo que establece vínculos entre los militares más próximos a la OTAN y a EEUU, con los golpistas.
Además, Erdogan ha aprovechado el golpe de estado fallido para iniciar una purga política contra sus opositores, que bien podría considerarse como un golpe de estado encubierto de Erdogan, aprovechando el golpe de estado fallido en su contra.
Así, además de los más de 6.000 detenidos por el fallido levantamiento militar, que podrían aumentar con el paso de los días, se suman los arrestos y destituciones de miles de jueces, integrantes del tribunal supremo y fiscales, que no se mostraron obedientes con los dictados de Erdogan.
Además, se han censurado varias páginas web contrarias al presidente y se espera una futura persecución de aquellos medios de comunicación contrarios a las políticas dictatoriales de Erdogan.
LA VISIÓN DE ALGUNOS ANALISTAS
Tras los hechos, diversos analistas han ofrecido su punto de vista sobre las causas del golpe de Estado y qué intereses podrían ocultarse tras lo acontecido.
Así por ejemplo, el analista político Eduardo Luque, entre muchos otros, ha expresado su temor de que tras el golpe de Estado fallido, Recep Tayyip Erdogan, intentará organizar una auténtica dictadura, algo que empieza a materializarse.
Otros análisis indican que el giro de 180 grados en la política exterior, que comportó el acercamiento de Erdogan a Rusia durante estas últimas semanas, habría sido la causa principal que habría desatado el intento de golpe de Estado en su contra.
Al respecto, la Cancillería de Rusia advierte que la intentona golpista en Turquía supone una amenaza a la estabilidad regional e internacional.
La posible intervención de la OTAN en el intento de golpe de estado, ha sido insinuada por diversos analistas, entre los que se encuentra el analista internacional Ángel Molina, que considera sospechoso que la OTAN no preveyera el golpe de Estado en Turquía, a pesar de sus poderosos servicios de inteligencia.
Más explícito y contundente se ha mostrado el analista estratégico ruso Konstantín Sívkov, que afirma que las declaraciones de Kerry durante el golpe en Turquía, apuntan a la implicación de EEUU.
Sivkov recuerda que durante las primeras horas, John Kerry, secretario de Estado estadounidense, dijo que esperaba que hubiese “estabilidad, paz y continuidad”, en aparente consonancia con los llamados a la calma y la pasividad hechos por los golpistas.
No fue hasta que el golpe fracasó claramente, que los EEUU ofrecieron su apoyo explítico a Erdogan y al orden constitucional.
Sin embargo, hay otros analistas que consideran que en realidad no fue un intento de golpe de estado real, sino un autogolpe de estado propiciado por el propio Erdogan.
De hecho, el propio clérigo opositor Fetulá Gulen, considerado por el Gobierno de Turquía como el “cerebro” del intento de golpe de Estado, ha sido el primero en sugerir que el presidente turco Erdogan, podría haber orquestado una “puesta en escena”, para justificar la represión política posterior y las purgas dictatoriales en el país contra sus opositores.
Finalmente, cabe destacar también las advertencias realizadas por el político ultranacionalista ruso Vladímir Zhirinovski, experto en la región.
Zhirinovski sostiene que en dos años otro golpe de Estado sacudirá Turquía.
Según el político ruso, el golpe militar ha fracasado porque los organizadores tenían poca influencia sobre el resto del ejército, pero que en dos años, los sucesos se repetirán, en gran parte a causa de que los oficiales y los jóvenes turcos no simpatizan con la política de islamización del país promovida por Erdogan.
Por último, el experto ruso Grigori Trofimchuk, sostiene que el intento de golpe de Estado ocurrido en Turquía “es la última oportunidad y la última advertencia” para Erdogan.
Según Trofimchuk, si el presidente no revisa su posición sobre varias cuestiones importantes, Turquía se dirigirá hacia la desestabilización interna con atentados terroristas cada vez más terribles y complejos, lo que finalmente podría acabar desintegrando el país.
Sea como sea, lo cierto es que la situación alrededor de Turquía, lejos de ser estable y previsible, se ha tornado aún más difícil de prever.
Veremos qué consecuencias tendrán las purgas iniciadas por un cada vez más dictatorial Erdogan y qué efecto tendrá sobre la región y Europa la creciente islamización de Turquía, así como las nuevas alianzas tejidas por Erdogan con Rusia y la oposición de EEUU, que podría intentar provocar una revolución de colores en Turquía, que teniendo en cuenta la profunda división actual en la sociedad turca, podría desembocar incluso en un grave conflicto civil.
NOTA ADICIONAL:
Si Erdogan sigue con su giro actual y sigue aproximando posiciones con Rusia, a la que ha llegado a ofrecer el uso de su base aérea de Incirlik, será interesante ver el giro informativo de los medios de comunicación de ambos bandos.
Hasta ahora, los medios rusos de alcance internacional (RT y Sputnik, especialmente), han dibujado una figura de Erdogan próxima a la de un ogro criminal, terrorista y enloquecido, mientras en Occidente, los medios criticaban “con la boca pequeña” y sin excesivos aspavientos, los constantes abusos de Erdogan hacia la oposición política, la población kurda y su evidente colaboración con Estado Islámico.
Bien, ahora quizás veamos como los medios rusos suavizan su visión de Erdogan (algo que sería una auténtica vergüenza) y cómo los medios occidentales empiezan a catalogarlo como un monstruo, un tirano, un loco y un criminal sin escrúpulos (algo que Erdogan lleva muchos años siendo, por cierto).
De ver estos giros, estaremos ante otra evidencia que pondrá sobre la mesa el vomitivo nivel de manipulación de los medios informativos al servicio del poder…
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