Un alto mando castrense ruso revela medidas para reducir la efectividad de la defensa antimisiles de EE.UU. en Europa tras su posible salida del tratado INF.
El comandante de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica de la Federación Rusa (RVSN, por sus siglas en ruso), Serguéi Karakáyev, ha subrayado este lunes que aplicarán dichas tácticas militares en el momento en que Washington abandone el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) para garantizar “la seguridad nacional“ de Rusia.
“En la planificación de combate tendremos en cuenta, sin duda alguna, el impacto de la retirada de EE.UU. del INF, el posterior despliegue de misiles estadounidenses de medio alcance en Europa y las amenazas asociadas para nuestra seguridad”, explica el comandante ruso al diario local Krasnaya Zvezda.
Las RNSN —concreta el comandante— están considerando medidas para “reducir altamente la efectividad de la defensa antimisiles estadounidense en Europa y crear modernos sistemas antimisiles y equipos militares con “mayor capacidad de supervivencia”.
En la planificación de combate tendremos en cuenta, sin duda alguna, el impacto de la retirada de EE.UU. del INF, el posterior despliegue de misiles estadounidenses de medio alcance en Europa y las amenazas asociadas para nuestra seguridad”, concreta el comandante de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica de la Federación Rusa (RVSN, por sus siglas en ruso), Serguéi Karakáyev.
El “exitoso” lanzamiento de prueba de misiles balísticos intercontinentales Sarmat (se incorporarán al Ejército ruso en 2021) y la producción de la serie de misiles hipersónicos Avangard son algunas de las medidas adoptadas para hacer frente a Washington en Europa, explica Karakáyev.
De acuerdo con los medios locales, las RVSN continuarán trabajando para mejorar la trayectoria de vuelo y las capacidades balísticas de los misiles intercontinentales y crearán nuevos sistemas para provocar la destrucción funcional de los equipos de reconocimiento de información, control y ataque del sistema de defensa antimisiles.
Aparte de la decisión de abandonar el Tratado INF —suscrito en 1987 entre EE.UU. y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)—, EE.UU. se retiró en 2002 del Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM, por sus siglas en inglés) y tampoco pretende prorrogar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III, por sus siglas en inglés). Ambos temas preocupan a Rusia y al resto del mundo, ya que se trata de acuerdos que, hasta ahora, han mantenido cierto equilibrio entre estas dos superpotencias militares y evitado un enfrentamiento que resultaría catastrófico para el orbe en su totalidad.
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