Rusia advierte que todo tipo de expansión por la maquinaria militar de la OTAN en Ucrania cruzará una de las líneas rojas de Vladimir Putin.
El Kremlin informó el lunes que las maniobras militares conjuntas con Bielorrusia que se están llevando a cabo en este momento procuran garantizar la seguridad y la integridad de las fronteras de ambas naciones, particularmente ante el expansionismo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), según recoge la agencia británica de noticias Reuters.El medio señaló que estos ejercicios a gran escala ponen a prueba el tiempo de reacción de las fuerzas rusas-bielorrusas ante cualquier tipo de agresión proveniente de las huestes de la Alianza Atlántica, desplegadas en las bases militares situadas en los territorios europeos, limítrofes con los dos países.
Es más, el reporte reivindicó que el Kremlin ha dejado claro que cualquier expansión de la infraestructura militar de la Alianza Atlántica en Ucrania cruzará una de las líneas rojas del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
El texto indicó también que el mandatario bielorruso, Alexander Lukashenko, comentó que había acordado tomar medidas con Moscú para contrarrestar la creciente actividad militar de la OTAN cerca de sus respectivas delimitaciones.
De acuerdo a Reuters, Lukashenko criticó a Estados Unidos por haber establecido centros de entrenamiento en la base de Yavoriv, situada en el oeste de Ucrania, que, según él, equivalían a campos militares para instruir a efectivos ucranianos en el arte de la guerra.
“Está claro que tenemos que reaccionar ante esto […] acordamos que necesitamos tomar algún tipo de medidas en respuesta ante cualquier eventualidad”, manifestó el mandatario bielorruso, conforme cita el medio británico a partir de unas declaraciones de Lukashenko hechas a la agencia rusa de noticias RIA Novosti.
Moscú y Minsk siguen denunciando la creciente presencia militar de Washington y la OTAN en Europa Oriental que se ha acelerado desde el año 2020, lo que ha agravado las tensiones entre Rusia y Occidente en lo tocante a la crisis de Ucrania, así como entre Bielorrusia y los países occidentales que son reacios a reconocer la reelección de Lukashenko.
Ambos Estados consideran la expansión militar de EE.UU. cerca de sus fronteras como una amenaza directa a su seguridad nacional y, por tanto, enfatizan que se reservan el derecho a dar una respuesta contundente a cualquier agresión o violación que se produzca contra su soberanía.
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