La visita del mandatario chino a Arabia Saudita, del 7 a 10 de diciembre, condujo a la firma de una docena de acuerdos económicos clave. Esto puede ser una muestra de que está surgiendo una alianza estratégica entre ambos países, y Riad diversifica su rumbo político exterior.
China y Arabia Saudita se convirtieron oficialmente en aliados estratégicos integrales. Tras la reunión entre Xi Jinping y el príncipe heredero Mohamed bin Salman, las partes firmaron más de tres docenas de acuerdos.
Esta nueva era en el desarrollo de la amistad tradicional entre China y los países Árabes fue una clara señal de que Oriente Medio tiene la intención de diversificar sus relaciones exteriores.
La hospitalidad Oriental
Xi Jinping voló sobre la península Arábiga acompañado por cuatro cazas saudíes. Al aterrizar, seis aviones rociaron humo verde y blanco con los colores de la bandera saudí. El presidente chino pisó la alfombra púrpura en medio de una salva de cañones y fue recibido por dos príncipes a la vez: el ministro de asuntos exteriores del país, Faisal bin Farhan, y el gobernador del distrito de Riad, Faisal bin Bandar. Hasta el Palacio del monarca saudí, el coche de Xi fue escoltado por jinetes con banderas chinas y saudíes.
Esta cálida hospitalidad puso de relieve el marcado contraste con la forma en que los saudíes dieron la bienvenida al jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, a mediados de julio. Un poco sonriente príncipe heredero Mohammed bin Salman chocó su puño con el presidente norteamericano y luego, durante una mesa redonda televisada, anunció solo un aumento limitado de la producción de petróleo.
La cooperación económica
Las partes firmaron más de treinta acuerdos de inversión en el campo del hidrógeno verde, la tecnología de la información, el transporte y la construcción. Además, Pekín y Riad acordaron ampliar la cooperación en las cadenas de suministro de energía mediante el establecimiento de un centro regional en el reino para las fábricas chinas. Además, consideraron la posibilidad de crear una zona de libre comercio entre la República Popular China y los países miembros del Consejo de cooperación de los Estados Árabes del golfo Pérsico.
"Según diversas estimaciones, se firmaron más de 30 acuerdos comerciales y económicos por un valor total de alrededor de 30.000 millones de dólares. La cifra es más que significativa. EEUU empieza a perder en la competencia por los mercados sauditas y, por lo tanto, Arabia Saudita va a reorientar en cierto modo sus relaciones económicas exteriores", vaticinó el profesor del Instituto de Asia y África de la Universidad Estatal de Moscú (M-G-U) Vladímir Isáyev.
Además, a pesar de la intransigencia de Washington, fue firmado un memorándum con la empresa tecnológica multinacional china Huawei sobre los servicios en la nube y la construcción de complejos de alta tecnología en ciudades sauditas. Huawei participó en la creación de redes 5G en la mayoría de los países del golfo Pérsico pese al deseo de Estados Unidos y la Unión europea de monopolizar esta área.
La joya de la reunión fueron los planes para sincronizar el proyecto de infraestructura global chino de la Franja y la Ruta con el proyecto Saudi Vision 2030, que debería permitir a Riad alejarse de la dependencia de la economía exclusivamente en los ingresos petroleros.
"Oriente Medio está comenzando a desempeñar un papel estabilizador cada vez más importante en el contexto de la crisis de seguridad en Europa y la destrucción por parte de Occidente del mercado mundial de petróleo y gas. Por lo tanto, Pekín busca fortalecer sus relaciones con Oriente Medio, con Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo a China, que desempeña un papel clave en la estabilización del mercado energético global", explica la investigadora principal del centro de estudios orientales modernos del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, María Pajómova.
Por su parte, China claramente no está dispuesta a que haya grandes movimientos indeseables en el mercado del petróleo, incluso en términos de precios. Pekín, como Arabia Saudita, está decidido a estabilizar el mercado. A esto se debe la atención especial a la visita del líder chino a la región, añade la experta.
La colaboración militar y de seguridad
Otra señal del deseo de Arabia Saudita no solo de diversificar sus relaciones externas, sino también de ir más allá de la cooperación tradicional en comercio y energía en las relaciones con China, fue el desarrollo de una asociación en el campo de los armamentos. En 2016 concluyeron las maniobras conjuntas de las unidades especiales de los Ejércitos de China y Arabia Saudita. En 2017, Riad y Pekín llegaron a un acuerdo para establecer una planta de producción de drones chinos en Oriente Medio.
Ahora las partes confirmaron su intención de desarrollar la cooperación y la coordinación en el ámbito de la defensa, aumentar el nivel de intercambio de información y experiencia en la lucha contra la delincuencia organizada y las actividades terroristas. Ambos países también acordaron fortalecer la cooperación en el campo de la alerta temprana, el intercambio de información de inteligencia y la lucha contra los delitos de información de una manera que responda a los intereses comunes de China y Arabia Saudita. Además, los interlocutores intensificarán sus esfuerzos conjuntos para combatir los delitos transfronterizos relacionados con la corrupción y lavado de dinero.
"En términos de cooperación militar, China también puede ofrecer a los países del golfo Pérsico posiciones que los estadounidenses no tienen o no quieren hacerlo. La cooperación militar con el mundo árabe también puede ser un factor importante para fortalecer la diplomacia de China junto con la economía", destaca María Pajómova.
Pekín y Riad acordaron la necesidad de fortalecer la cooperación conjunta para garantizar el carácter pacífico del programa nuclear de Irán subrayaron la necesidad de respetar los principios de buena vecindad y no injerencia en los asuntos internos de los Estados.
Las implicaciones
En los últimos años las relaciones entre estos dos países han sido extremadamente exitosas. En primer lugar, debido a los lazos comerciales y económicos: los saudíes han servido como el principal proveedor de petróleo para Pekín, mientras que China ha sido el mayor socio comercial de Arabia Saudita. Ahora los países se convierten en socios más cercanos.
"Una vez más, se declaró que Arabia Saudita tiene la intención de unirse a los BRICS y unirse a la O-C-S. En ambas organizaciones China ocupa posiciones bastante serias. Y, por lo tanto, resulta que Arabia Saudita muestra su intención de abandonar el vínculo excesivo con los mercados occidentales, principalmente los mercados estadounidenses", concluye Vladímir Isayev.
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