"El problema es que en los primeros meses del conflicto se han agotado muchas de las reservas. Hemos agotado una cantidad de los Stinger que se tarda 13 años en producir, y un número de Javelines equivalente a cinco años de producción", explicó Hayes al evaluar los suministros de armas al régimen de Kiev.
Agregó que la cuestión de la reposición del arsenal es muy grave, sobre todo porque el Pentágono no ha comprado sistemas antiaéreos portátiles (como los Stinger) desde 2004. Según el columnista Jimmy Quinn, Washington ha enviado 5.500 unidades de los misiles antitanque Javelin y 1.400 Stinger al régimen de Zelenski, mientras que Raytheon ha ganado una licitación de 624 millones de dólares para reponer el arsenal del Ejército estadounidense.
Por su parte, la secretaria del Ejército de Estados Unidos, Christine Wormuth, declaró en el Foro de Defensa Nacional Reagan que el Pentágono había adjudicado numerosos contratos por un valor de más de 6.000 millones de dólares para reponer los depósitos militares vacíos.
Sin embargo, los intentos del Departamento de Defensa de EEUU de aumentar la producción de armas han sido objeto de cierta incertidumbre. Según el autor, esto se debe a que aún no está clara la política que seguirán hacia Ucrania los republicanos que obtuvieron la mayoría en el Senado.
Rusia lleva a cabo una operación militar especial en Ucrania desde el 24 de febrero. Vladímir Putin precisó que uno de los principales objetivos es proteger a las personas que han sido sometidas a abusos, al genocidio cometido por el régimen de Kiev durante ocho años.
Estados Unidos y sus aliados de la OTAN siguen suministrando al régimen de Kiev decenas de miles de millones de dólares en armas. Moscú, por su parte, ha declarado en repetidas ocasiones que las entregas de armas occidentales solo prolongan el conflicto y que el transporte de armamento se convierte en un objetivo legítimo para el Ejército ruso.
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