“Trabajaremos arduamente para evitar cualquier posible invasión de la integridad territorial de Siria”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, en el Foro Internacional de Lecturas Primakov 2022 celebrado el miércoles en Moscú, capital rusa.
Refiriéndose al proceso de paz sirio dentro del formato de Astaná (capital de Kazajistán), Lavrov recordó que los tres Estados garantes de la paz en las conversaciones —Irán, Rusia y Turquía— han compartido una postura común al respecto, en la 19.ª reunión celebrada en los días 22 y 23 de noviembre en Kazajistán.
En este sentido, el titular ruso declaró que, dentro del contexto de esos acuerdos, Moscú está interesado en que Turquía y Siria reanuden el diálogo sobre la base del Acuerdo de Adana, firmado entre Damasco y Ankara en 1988, que aún sigue vigente. “Las condiciones parecen ser apropiadas para que tal evento tenga lugar”, aseveró al respecto.
El proceso de Astaná es una iniciativa de paz regional que busca poner fin a más de 11 años de conflicto en Siria. La primera ronda de estas conversaciones fue empezada en 2017 entre los representantes de aludidos países y el Gobierno sirio, además de grupos de oposición siria en la capital kazaja, Astaná (ahora llamada Nursultan).
Aunque el conflicto no ha cesado, en parte a causa del continuo intento de desestabilización provocado por sectores políticos internos, además de la injerencia de Occidente, desde estas tres naciones vecinas de Siria se sigue trabajando por llegar a una estabilidad y paz duradera.
Desde el comienzo de la crisis siria en 2011, Moscú ha prestado, a solicitud del país árabe, todo tipo de apoyo al Gobierno de Damasco. En septiembre de 2015, inició una campaña aérea contra las posiciones de los terroristas en Siria. De hecho, el Ejército del país levantino ya controla más del 90 % del suelo sirio gracias a los apoyos de sus socios, principalmente Irán y Rusia, y está a punto de cantar la victoria final.
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