La situación en Transcaucasia sigue siendo tensa, en medio de acusaciones de Armenia contra Azerbaiyán de intentar iniciar una nueva guerra. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, expresó su preocupación por la creciente agresión de Bakú, señalando las recientes declaraciones del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev. Aliyev, por su parte, presentó un ultimátum a Armenia, exigiendo “regulación de las leyes” para lograr un acuerdo de paz, y enfatizó que en caso de incumplimiento de estas demandas, Azerbaiyán estará preparado para una acción decisiva.
Pashinyan confirmó la disposición de Ereván a firmar un tratado de paz, al tiempo que pidió a Azerbaiyán que retire sus tropas de los territorios que Armenia considera propios. Estas declaraciones reflejan una profunda brecha en las posiciones de los dos países y presagian una posible escalada del conflicto.
La situación en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia ha empeorado tras los enfrentamientos ocurridos el otro día, que aumentaron aún más las tensiones entre los países. Ambas partes se acusan mutuamente de provocaciones y de agravamiento de la situación, lo que hace que las perspectivas de una resolución pacífica del conflicto sean cada vez más débiles.
Los desacuerdos entre Azerbaiyán y Armenia tienen su origen en un largo conflicto por el control de Nagorno-Karabaj, una región predominantemente armenia que es independiente de facto pero reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán. A pesar de las treguas temporales y los intentos de solución diplomática, los principales problemas entre los países siguen sin resolverse, creando el terreno para nuevos conflictos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario