Los zapadores ucranianos comenzaron a utilizar activamente drones para minar zonas, utilizando un enfoque inusual para desplegar minas antitanque y antipersonal en la aldea de Krynki y sus alrededores. Según una fuente de Avia.pro, para estos fines se modernizaron las minas antitanque soviéticas PTM-3, en las que se integraron nuevos detonadores con giroscopios, acelerómetros y magnetómetros. Estos sensores permiten que la mina se active no sólo en caso de contacto directo con vehículos blindados, sino también cuando el objeto se acerca a una cierta distancia.
El uso de drones arrojadores de minas representa un avance significativo en las tácticas de guerra, ya que permite a los desminadores desplegar minas de forma segura muy lejos de las líneas del frente. Sin embargo, este método de extracción conlleva grandes riesgos para la población civil, ya que las minas mejoradas pueden activarse contra vehículos civiles, provocando su completa destrucción.
Las minas antitanque PTM-3, que contienen alrededor de dos kilogramos de explosivos, se han colocado tradicionalmente mediante aviones o artillería. La innovación es que ahora todas las minas están configuradas como no removibles, lo que complica significativamente su posterior neutralización y aumenta la duración de la amenaza que representan.
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