James P.Warburg dijo: Guste o no, tendremos un Gobierno Mundial. La única cuestión es si será por concesión o por imposición.
Alexis de Tocqueville dijo: Los grandes bandidajes solamente pueden darse en naciones democráticas en las que el gobierno está concentrado en pocas manos.
Agustín de Hipona dijo: Si de los gobiernos quitamos la
justicia, ¿en qué se convierten sino en bandas de criminales a gran
escala? Y esas bandas ¿qué son sino reinos en pequeño? Son un grupo de
hombres, se rigen por un jefe, se comprometen en pacto mutuo, reparten
el botín según la ley por ellos aceptada. Supongamos que a esta
cuadrilla se le van sumando nuevos grupos de bandidos y llega a crecer
hasta ocupar posiciones, establecer cuarteles, tomar ciudades y someter
pueblos. Abiertamente se autodenominan entonces reino, título que a
todas luces les confiere no la ambición depuesta, sino la impunidad
lograda. Con toda profundidad le respondió al célebre Alejandro un
pirata caído prisionero, cuando el rey en persona le preguntó: ¿qué te
parece tener el mar sometido a pillaje? Lo mismo que a ti, le respondió,
el tener al mundo entero. Solamente que a mí, que trabajo en una ruin
galera, me llaman bandido, y a ti, por hacerlo con toda una flota, te
llaman emperador.
Tras pasar revista en su obra a las ya mencionadas cualidades "morales"
que deben presidir la vida del buen mercader, el florentino Alberti deja traslucir la razón última de tanta virtud con frases como éstas: "Hijos
míos, sed caritativos como lo manda nuestra santa Iglesia, pero
preferid el amigo afortunado al desgraciado, y el rico al pobre. El
mayor arte de la vida consiste en parecer caritativo y superar al astuto
en astucia"; "La honestidad es siempre la mejor maestra de la virtud,
la más fiel compañera de las buenas costumbres, la madre de una
existencia feliz. Nos es extraordinariamente útil, porque si nos
consagramos sin descanso al cultivo de la honestidad seremos ricos y nos
ganaremos el elogio y la veneración generales".
La máxima calvinista (compartida, salvo anecdóticas excepciones, por el protestantismo en su conjunto) en virtud de la cual "El éxito y los beneficios de toda empresa mercantil son la recompensa concedida por Dios a sus elegidos",
es sobradamente ilustrativa al respecto, y resume a la perfección la
esencia del espíritu protestante, que convirtió la trascendencia
religiosa en un asiento contable o, si se prefiere, en una ética para
propietarios y tenderos.
M. Béhar, gran maestre del Gran Oriente de Francia, a la revista
Humanisme, en mayo de 1975: "En Francia, es en el seno de las logias
masónicas donde se elaboraron las ideas que han sido en buena medida el
motor de la revolución burguesa de 1789"; a lo que la propia revista
añadía: "Es conveniente recordar que la francmasonería está en el
origen de la Revolución Francesa....Durante los años que precedieron a
la caída de la monarquía, la Declaración de los Derechos del Hombre y la
Constitución fueron larga y minuciosamente elaboradas en las logias
masónicas. Y, naturalmente, desde que fuera proclamada la República
Francesa se adopta la divisa prestigiosa que los francmasones habían
inscrito siempre en el Oriente de su Templo: Liberté, Egalité,
Fraternité".
Más explícito aún habría de ser un francmasón de tronío, el Doctor Encausse, quien en su obra "Traité élémentaire d'occultisme" dejó escritas estas palabras: "Hay
ingenuos que abren los libros de Historia donde se encuentra una
idílica imagen representando a un señor que gesticula y que grita ¡A la
Bastilla! Esos incautos se figuran simplemente que la toma de la
Bastilla se efectuó gracias al furor popular desencadenado por el gesto
soberbio del tribuno. Sin embargo, yo lamento decirles que se engañan
grandemente, pues hicieron falta cuarenta y dos años para preparar el
grito de Camille Desmoulins. Para tomar la Bastilla fue necesario que
todos los oficiales que debían estar de guardia en Versalles ese día
pertenecieran a la orden masónica; hizo falta asegurarse la complicidad
de los más altos servidores del rey; y se necesitó que los cañones que
sirvieron para la toma de la Bastilla fueran transportados a los
Inválidos quince días antes por hombres entregados a la causa. En fin,
fue preciso orquestar una revuelta y lanzar a los parisinos al asalto de
la fortaleza del Estado".
El propio Montesquieu, máximo ideólogo de la democracia burguesa,
había dejado bien clara su posición al respecto cuando en "El Espíritu
de las Leyes" escribiera: "La mayoría de las repúblicas antiguas
adolecían de un gran defecto: en ellas el pueblo tenía derecho a adoptar
resoluciones activas, que exigen algún tipo de ejecución, cosa de la
que aquél es totalmente incapaz. El pueblo debe participar en el
gobierno exclusivamente para elegir a sus representantes".
Rousseau se permitió escribir sobre el parlamentarismo británico en estos esclarecedores términos: "El
pueblo inglés cree ser libre, pero se equivoca gravemente; solamente lo
es durante la elección de los miembros del Parlamento, pero una vez
elegidos éstos, es un esclavo, no es nada. En las antiguas repúblicas el
pueblo nunca tuvo representante alguno, no se conocía esa
palabra....Desde el momento en que el pueblo se da representantes, deja
de ser libre, deja de existir".
El hecho de que se disponga de un conocimiento prácticamente absoluto de
los inicios de la Orden (Illuminati), cuyos documentos internos cayeron
en manos de la policía bávara, permite seguir el rastro de sus
actividades y constatar la permanencia en el tiempo de sus métodos
operativos. Las directrices de Adam Weishaupt no podían ser más elocuentes:
"es en la intimidad de las sociedades secretas donde ha de saberse
preparar la opinión"; "cada adepto debe llevar un diario donde anotará
todas las particularidades concernientes a las personas con las cuales
esté en relación". Por otra parte, y en tanto que iniciado en la
masonería regular y conocedor, por ello, de los métodos de ésta,
Weishaupt adoptó la máxima según la cual "cada iluminado debía actuar como si el grado al que pertenecía fuera el último", para añadir a continuación que "la franqueza sólo es una virtud cuando se manifiesta con los superiores jerárquicos".
Por lo que se refiere a los objetivos de la Orden, las consignas impartidas por Adam Weishaupt a sus grados superiores no dejan espacio a la duda: "Cada
uno de los hermanos debe poner en conocimiento de su jerarquía los
empleos, servicios, beneficios y demás dignidades de las que podamos
disponer o conseguir por nuestra influencia, a fin de que nuestros
superiores tengan la ocasión de proponer para esos empleos a los dignos
miembros de nuestra Orden"; "De lo que se trata es de infiltrar a
los iniciados en la Administración del Estado, bajo la cobertura del
secreto, al objeto de que llegue el día en que, aunque las apariencias
sean las mismas, las cosas sean diferentes"; "En una palabra -apostillaba Weishaupt- es
preciso establecer un régimen de dominación universal, una forma de
gobierno que se extienda por todo el planeta. Es preciso conjuntar una
legión de hombres infatigables en torno a las potencias de la Tierra,
para que extiendan por todas partes su labor siguiendo el plan de la
Orden".
Edmond de Rothschild, en declaraciones a la revista Enterprise: "La estructura que debe desaparecer es la nación".
James Paul Warburg, patrón del grupo financiero S.G.Warburg,
miembro de la Round Table y del Council on Foreign Relations, en una
alocución pronunciada ante una comisión del Senado estadounidense: "La
única interrogante de nuestro tiempo no es si el Gobierno Mundial será
alcanzado o no, sino si será alcanzado pacíficamente o con violencia. Se
quiera o no, tendremos un gobierno mundial. La única cuestión es saber
si será por concesión o por imposición".
Gianni de Michelis, ex-ministro italiano de Asuntos Exteriores y
presidente del Instituto Aspen (un apéndice de la Comisión Trilateral),
en declaraciones efectuadas al diario El País el 4 de abril de 1990: "El poder ha de ser inevitablemente transferido de las naciones soberanas a instituciones supranacionales".
John Kennet Galbraith, socialista fabiano, profesor de la
Universidad de Harward (feudo académico del Council on Foreign Relations
y de la Comisión Trilateral), en declaraciones publicadas el 9 de marzo
de 1977 por el diario La Vanguardia: "El socialismo moderno no dependerá de los teóricos o de los políticos, sino de los dirigentes de las empresas multinacionales".
Ronald Reagan: "Israel es la única democracia estable en la que podemos confiar en la zona donde puede llegar el Armagedón".
El ideario de Rhodes aparece perfilado con diáfana nitidez en
varias de las cartas que dirigiera a unos de sus más íntimos
confidentes, el ya mencionado W.T. Stead. Una correspondencia en la que
pueden leerse frases como éstas:
"Sostengo que somos la primera raza del mundo y que cuanto mayor
porción del mismo sea habitado por nosostros, tanto más se beneficiará
la humanidad. Imponer nuestro gobierno significará terminar con las
guerras";
"Anhelo la unión con América y la paz universal, que supongo podrá
ser una realidad dentro de cien años. He pensado, además, en la
fundación de una sociedad secreta organizada como la compañía de Loyola y
sustentada por la riqueza creciente de aquellos que aspiren a hacer
algo".
Bueno será reproducir uno de los más esclarecedores párrafos que Quigley dedicara en su libro a la Round Table. Párrafo que no tiene desperdicio, y dice así.: "Existe,
y ha existido durante una generación, una red anglófila que opera con
el objeto de que la derecha radical crea en la acción comunista. De
hecho, esta red, que podríamos identificar con los grupos de la Round
Table, no tiene aversión a cooperar con los comunistas o con cualquier
otro grupo, y así lo hace frecuentemente. Sé de las operaciones de esta
red porque las he estudiado durante veinte años, y pude, durante dos
años, a principios de 1960, examinar sus papeles y grabaciones secretas.
No tengo aversión por ella ni por la mayoría de sus fines, y he estado
mucho tiempo de mi vida cerca de ella y de muchos de sus instrumentos.
He objetado, tanto en el pasado como recientemente, algunos de sus
procedimientos. Pero en general, mi principal diferencia de opinión son
sus deseos de permanecer desconocida, y creo que su papel en la historia
es suficientemente significativo como para ser conocida".
Así le habla el financiero al político en una obra de Bernard Shaw titulada La Comandante Bárbara: "¡El
gobierno de tu país! Yo soy el gobierno de tu país, yo y Lazarus.
¿Crees que tú y unos cuantos principiantes como tú sentados en fila en
esa institución de estúpido parloteo pueden gobernar a Undershaft y a
Lazarus? No, amigo mío, ustedes harán lo que nos convenga. Harán la
guerra cuando nos sirva. Comprenderán que el comercio necesita ciertas
medidas cuando nosotros hayamos decidido esas medidas. Cuando yo
necesite algo que aumente mis ganancias, ustedes descubrirán que mi
voluntad es una necesidad nacional, y cuando los demás necesiten algo
que disminuya mis ganancias, ustedes llamarán a la policía y al
ejército. Como recompensa gozarán del apoyo de mis diarios y de la
satisfacción de pensar que son grandes estadistas.......Vuestras
multitudes depositan sus votos y se imaginan que de esa forma gobiernan a
sus gobernantes. ¡Votar! Cuando usted vota lo único que cambia son los
nombres del Gabinete".
Bastaría con repasar el contenido de diversos informes secretos
elaborados por la Administración estadounidense para confirmar la
evidencia. Algunos de ellos, sacados recientemente a la luz por Noam Chomski, resultan sobradamente explícitos al respecto cuando señalan que "la
mayor amenaza la constituyen los regímenes nacionalistas que obedecen a
presiones internas para mejorar el nivel de vida y promover reformas
sociales, sin prestar demasiada atención a las necesidades de los
inversores estadounidenses"
Otro buen conocedor del panorama reinante en la Norteamérica de principios de siglo fue John Moody,
fiel partidario, por otra parte, del modelo capitalista, lo que no le
impediría expresarse en una obra publicada en 1904 ("The Trusts About
the Trusts") en estos elocuentes términos: "Consideradas en conjunto,
las influencias hegemónicas de los trusts obedecen a una intrincada red
de pequeños y grandes grupos de capitalistas, muchos de ellos aliados
entre sí por lazos de mayor o menor importancia, pero todos apéndice o
partes de grupos mayores que, a su vez, dependen y se alían con los dos
grupos mastodónticos de Rockefeller y Morgan. Estos dos gigantes
constituyen el corazón y la vida comercial del país. Los otros son las
arterias que se extienden en miles de ramificaciones por la vida
nacional, haciendo sentir su influencia en todos los lugares, sin dejar
de estar conectados y depender de esa gran fuente central, cuya
influencia y política domina a todos".
Ya en la década de los cincuenta, fue uno de los candidatos a la Casa Blanca, Robert Taft, quien manifestó que "desde
1936, todos los candidatos republicanos a la presidencia de los Estados
Unidos han sido nominados por el Chase Manhattan Bank".
De ahí que una de las primeras propuestas del ideólogo trilateralista Z. Brzezinski,
consistiese en "el establecimientos de un sistema internacional que no
pueda verse afectado por los ‘chantajes’ del Tercer Mundo". En ese mismo
sentido se manifestaría durante la cumbre de Kyoto de 1975, donde
señaló explícitamente que "el eje esencial de los conflictos ya no se
sitúa entre el mundo occidental y el mundo comunista, sino entre los
países desarrollados y los que aún no lo están", una declaración que
reflejaba adicionalmente la doctrina desarrollada por la Comisión
Trilateral en sus relaciones con el bloque marxista.
Muy al contrario, los expertos trilateralistas calificaron como "óptimo"
para los objetivos de la Comisión "el gran conjunto económico
soviético, donde se afirma la concentración de fuertes unidades de
producción que, aunque todavía nacionales, operan con fundamentos y
capacidad de acción multinacional".
Comunicado emitido por el Comité Directivo de la Comisión Trilateral
a raíz de la cumbre de 1975: "La comisión Trilateral espera que, como
feliz resultado de la Conferencia, todos los gobiernos participantes
pondrán las necesidades de interdependencia por encima de los mezquinos
intereses nacionales o regionales".
En una entrevista publicada por el New York Times (1-8-76), el inefable Brzezinski afirmaba que "en nuestros días, el Estado-Nación ha dejado de jugar su papel".
El financiero Edmond de Rothschild en la revista Enterprise: "La estructura que debe desaparecer es la nación".
Otro destacado trilateralista, R Gardner, significaba en el
Foreign Affairs (revista del Consejo de Relaciones Exteriores): "los
diversos fracasos internacionalistas acaecidos desde 1945, a pesar de
los esfuerzos por evitarlos llevados a cabo por las distintas
instituciones de reclutamiento mundial", proponiendo como refuerzo
alternativo a esa situación "la creación de instituciones adaptadas a
cada asunto y de reclutamiento muy seleccionado, al objeto de tratar
caso por caso los problemas específicos y corroer así, trozo a trozo,
las soberanías nacionales".
David Rockefeller: "De lo que se trata es de sustituir la
autodeterminación nacional que se ha practicado durante siglos en el
pasado por la soberanía de una élite de técnicos y de financieros
mundiales".
La Conferencia de Davos de 1971: "En los próximos treinta años,
alrededor de trescientas multinacionales geocéntricas regularán a nivel
mundial el mercado de los productos de consumo, y no subsistirán más que
algunas pequeñas firmas para abastecer mercados marginales. El objetivo
deberá alcanzarse en dos etapas: primeramente, diversas firmas y
entidades bancarias se reagruparán en el marco multinacional; después,
hacia finales de la década, esas multinacionales se acoplarán al objeto
de controlar, cada una en su especialidad, el mercado mundial".
En el curso de dicho encuentro, uno de los principales animadores del
Foro Económico Mundial, el trilateralista y ex-ministro francés Raimond Barre,
se dirigió a los asistentes lamentando el hecho de que, pese al
indudable avance experimentado en los últimos años por el proceso de
globalización de la economía mundial, éste no progrese al ritmo
adecuado, añadiendo como colofón que "tal vez sea necesaria la experiencia de un crack económico para que queden definidas las nuevas reglas de juego".
En la revista Penthouse el analista Graig Harpel escribió: "La
presidencia de los Estados Unidos y los ministerios clave del gobierno
federal han sido acaparados por una organización privada consagrada a
lograr la subordinación de los intereses intrínsecos de los Estados
Unidos a los de los bancos y empresas multinacionales. El dominio de los
intereses privados sobre el poder público es el mayor escándalo
político de la historia de América. El asunto Watergate fue un robo con
fractura cometido durante la noche por un tal Martínez en las oficinas
del comité nacional demócrata. El Cartergate, en cambio, es la irrupción
de David Rockefeller en el despacho oval en plena luz del día. Sería
inexacto decir que la Comisión Trilateral manda en la Administración
Carter. La Trilateral es la Administración Carter".
"La Crisis de la Democracia". Este trabajo, elaborado por los trilateralistas Michel Crozier, sociólogo, Samel Huntington, profesor de Harvard e ideólogo del plan de devastación de las aldeas vietnamitas, y Joji Watanuki, profesor de sociología en la Universidad Sophia de Tokyo, contiene análisis y recomendaciones tan sugestivas como éstas: "En
el curso de los últimos años el funcionamiento de la democracia parece
haber provocado un desmoronamiento de los medios clásicos de control
social, una deslegitimación de la autoridad política y una sobrecarga de
exigencias a los gobiernos.....De igual modo que existen unos límites
potencialmente deseables de crecimiento económico, también hay unos
límites deseables de extensión democrática. Y una extensión indefinida
de la democracia no es deseable.....Un desafío importante ha sido
lanzado por ciertos intelectuales y por grupos próximos a ellos, que
afirman su disgusto por la corrupción, el materialismo y la ineficacia
del sistema, al mismo tiempo que ponen de manifiesto la subordinación de
los gobiernos democráticos al capitalismo monopolístico. Los
contestatarios que manifiestan su desagrado ante la sumisión de los
gobiernos democráticos al capitalismo monopolístico constituyen hoy un
serio peligro. Se hace preciso reservar al gobierno el derecho y la
posibilidad de retener toda información en su fuente".
El propio Gran Maestre de la logia Propaganda-Dos, Licio Gelli
(antiguo SS y ex-agente del KGB y de la CIA), se declaró en varias
ocasiones un férvido "demócrata" y, como tal, firme partidario de "una democracia limitada y dirigida oligárquicamente para así poder gobernar con eficacia y sin contratiempos".
Brzezinski preconiza asimismo "el ocaso de las ideologías y de
las creencias religiosas tradicionales, pues sólo los elementos
suministrados por la tecnología y la electrónica podrán permitir a las
sociedades humanas avanzar hacia el bienestar y el progreso", los dos grandes pilares de la Era Tecnotrónica.
Otra de las más significativas "previsiones" de futuro del tecnotrónico Brzezinski reza textualmente así: "La
Era tecnotrónica va diseñando paulatinamente una sociedad cada vez más
controlada. Esa sociedad será dominada por una élite de personas que no
dudarán en realizar sus objetivos mediante técnicas depuradas con las
que influirán en el comportamiento del pueblo y controlarán con todo
detalle a la sociedad, hasta el punto que llegará a ser posible ejercer
una vigilancia casi permanente sobre cada uno de los ciudadanos del
planeta".
La doctrina sugerida por Henry Kissinger, consistente en la
fragmentación del Líbano en varios compartimentos político-confesionales
como la mejor fórmula para garantizar la seguridad de Israel, se
resumiría en su célebre sentencia: "Si queréis la paz en Oriente Medio,
entregad el Líbano a Siria".
Aurelio Peccei significó que "uno de los mayores obstáculos para el progreso de la humanidad es el concepto de la soberanía de cada nación".
Alexander King, según el cual "la sociedad mundial requiere una única dirección, un gran capitán que guíe la tierra hacia un destino común". Ni el Gran Hermano de la pesadilla orwelliana se habría expresado mejor.
El ideólogo marxista Adam Schaff (razones de su pertenencia al Club de Roma las ha expuesto él mismo con afirmaciones como éstas): "Me
gusta tratar con los capitalistas del Club de Roma; son los únicos que
se atreven a hablar abiertamente del futuro de la humanidad; son tan
poderosos que no tienen nada que temer".
El cometido desarrollado por Retinger en la cristalización del
entramado europeísta sería valorado por el Boletín nº 5 del Centro de
Cultura Europea con estas palabras: "Sin él, la Liga Europea de
Cooperación Económica, el Movimiento Europeo y nuestro Centro de Cultura
Europea no habrían visto nunca la luz. El Congreso de Europa de la Haya
fue su obra, y el Consejo de Europa su resultado. Posteriormente fue él
quien concibió y dio vida al Bilderberg Group, consagrado a la
comprensión y la unión atlántica".
El coronel Curtis B.Dall, ex-yerno del presidente Franklin
D.Roosevelt y personaje bien introducido en los medios financieros y
políticos estadounidenses, definió al Bilderberg Group como "la fase
mundialista del Consejo de Relaciones Exteriores norteamericano y del
Real Instituto de Asuntos Internacionales británico".
En la Conferencia (Bilderberg) celebrada en junio de 1991 en la
localidad alemana de Baden-Baden, sus más conspicuos militantes
celebraron el desarrollo de la Guerra del Golfo, cuyo desenlace estaba
entonces reciente, como "un paso importante para sacar a los americanos del nacionalismo". Sobre este particular se pronunció Henry Kissinger,
uno de los ponentes, haciendo notar "el avance de años" que había
supuesto el hecho de que la intervención norteamericana en el conflicto
hubiera sido acordada en la ONU antes de obtener el refrendo del
Congreso norteamericano, único órgano facultado para declarar la guerra
según lo dispuesto por la Constitución de ese país, añadiendo que "si
los americanos pueden ser persuadidos de traspasar las decisiones
bélicas a la ONU, los nacionalismos de vía estrecha de Francia, Gran
Bretaña o cualquier otro país desaparecerán".
Extraido del libro Nuevo orden mundial de Martín Lozano: Eso
no impide, más bien todo lo contrario, que el CFR sea el organismo donde
mejor se ha operado la síntesis fabiana entre el capitalismo y uno de
sus hijos bastardos, el marxismo, que de esta forma, una vez ultimada la
labor de disolución cultural y espiritual para la que fue diseñado, se
reintegra a la matriz burguesa de la que surgió. Dicho de otro modo, el
CFR ofrece el más preclaro exponente de la dialéctica hegeliana, y en su
seno los dos supuestos antagonistas se funden en la síntesis deseada.
Aquí, el internacionalismo "proletario" de la retórica marxista se
transfigura en el cosmopolitismo "humanista" del capitalismo
multinacional; el materialismo marxista se identifica con el
materialismo burgués que lo engendró; y el gregarismo social del
colectivismo bolchevique se corresponde con el paraíso progresista de
las masas uniformizadas pastando en los prados felices del bienestar
nihilista y del consumismo material.
Uno de los analistas del CFR, Barry Rubin, exponía la necesidad
de "tomar medidas especiales y urgentes para acabar con el poder militar
y nuclear de ciertos Estados", indicando a continuación que tales
medidas "debían aplicarse a las ambiciones de Irak". Unos meses después se desencadenaría la guerra del Golfo Pérsico.
En diciembre de 1982, con el sonado triunfo electoral del PSOE aún caliente, Alfonso Guerra
asistía a una reunión convocada por el European Management Forum, un
organismo en la órbita de Davos. Allí manifestaría públicamente la
disposición del Gobierno socialista a colaborar con las empresas
multinacionales "por la confianza en el futuro de España que han demostrado en los tiempos difíciles".
En el curso de esa gira (mayo de 1983) Miguel Boyer asistió a una
cena convocada por el Metropolitan Club neoyorquino durante la cual se
dirigió a los presidentes y directores de los principales bancos
comerciales estadounidenses para transmitirles "el mensaje del
Gobierno español, que es un gobierno socialista, pero moderado y
pragmático, en la línea de la tradición socialdemócrata y fabiana".
Refiriéndose a los padres de la República estadounidense, máximo y primer exponente del modelo en vigor, el historiador Joyce Appleby subrayaría con acierto que el propósito de aquéllos no fue sino "que las nuevas instituciones políticas republicanas funcionaran en torno a una élite políticamente activa y un electorado sumiso".
Términos empleados por el gobernador Morris en una carta que éste dirigiera a John Jay
en 1783: "Tú y yo, querido amigo, sabemos por experiencia que cuando
unos pocos hombres sensatos y de buen ánimo se reúnen y declaran que
ellos son la autoridad, a los pocos que discrepen se les puede convencer
fácilmente de su error mediante ese poderoso argumento que es el yugo".
La máxima predilecta de John Jay, primer presidente del Tribunal Supremo, no podría ser más elocuente. "las personas que son dueñas del país deben ser también quienes lo gobiernen".
En la década de los treinta, Harold Lasswel exponía en su
Enciclopedia of the Social Sciences todo un recital de ciencia
democrática, señalando, entre otras cosas, la necesidad de no caer en "ese
dogmatismo democrático según el cual los hombres son los mejores jueces
de sus propios intereses", para concluir que sólo las "élites" están en
condiciones de disponer cuál ha de ser lo mejor para el bien de la
comunidad. Por ello, añadía Lasswell, las corrientes sociales que
discrepen del recto juicio de esas "élites" y pongan en tela de juicio
su autoridad deben ser reconducidas al buen camino "mediante una técnica
de control completamente nueva basada sobre todo en la propaganda, dada
la ignorancia y superstición de las masas".
También en los años treinta, un coetáneo de Lasswel, el teólogo protestante y doctrinario marxista Reinhold Niebuhr, significaba sin ambages "la estupidez del ciudadano medio" y la necesidad de proporcionar a las masas proletarias "las simplificaciones emocionales" capaces de conducirlas por ese buen camino que sólo una "elite de observadores fríos" podrían establecer.
Después de la 2ª Guerra Mundial, otro iniciado en las capillas del Sistema, el historiador Thomas Bayley,
señalaba la incapacidad de las masas para discernir lo más adecuado y
la conveniencia de "llevarlas con cierto engaño hacia una toma de
conciencia de sus propios intereses a largo plazo", añadiendo a
continuación que "engañar a la gente puede llegar a hacerse cada vez más
necesario si se quiere dejar las manos libres a los líderes políticos".
El británico sir Lawis Namier escribía que "en los
pensamientos de las masas no hay más libre voluntad que en la rotación
de los planetas o en las migraciones de los pájaros".
El gurú trilateralista Samuel P.Huntington apelaba al uso de las técnicas propagandísticas necesarias para justificar la política exterior norteamericana, de modo que "se
llegue a crear la falsa impresión de que es la Unión Soviética aquello
contra lo que se está luchando", para apostillar que "eso es lo que los
EEUU han venido haciendo desde la doctrina Truman". En ese mismo contexto se inscriben igualmente las palabras, ya citadas, del inefable David Rockefeller apelando a "la soberanía de una élite de técnicos y de financieros internacionales".
El antiguo líder del FLN Mohamed Budiaf, un hombre íntegro
exiliado durante décadas por sus discrepancias con el régimen corrupto
que ha asolado Argelia, y al que llamaron sus compatriotas para
encabezar la salida del cepo mortífero que atenaza a esa nación, razón
por la cual sería eliminado por elementos del ejército. Pues bien,
durante el juicio de uno de sus verdugos, un ex-miembro de la escolta
presidencial, éste efectuó unas declaraciones más que significativas
para cualquiera que sepa leer: "Existe una mafia, una estructura de
poder, que está por encima de políticos, militares y opositores al
régimen, y que nos sobrepasa a todos".
Cecil Rhodes: "Sostengo que somos la primera raza del mundo y
que cuanta mayor porción del planeta esté habitada por nosotros tanto
más se beneficiará la humanidad".
Palabras pronunciadas por Jules Ferry, líder de la izquierda republicana francesa, en el Parlamento galo (julio 1885): "Señores,
hay que hablar más alto y proclamar la verdad. Hay que decir
abiertamente que las razas superiores tienen un derecho ante las razas
inferiores; y hay un derecho para las razas superiores porque hay un
deber para ellas, que es el de civilizar a las razas inferiores".
El libro Nuevo orden mundial, Martín Lozano: Un pequeño inciso
para preguntarse por qué razón los abanderados de tan ingeniosos
planteamientos (darwinismo social) no propugnaron también, como hubiera
sido lo lógico, la abolición de los derechos sucesorios, para que así,
partiendo de cero, los herederos de las grandes fortunas pudieran
demostrar su superioridad biológica en igualdad de condiciones con los
más "inadaptados"....Todos estos planteamientos, tan brillantemente
llevados a la práctica por el imperialismo anglo-norteamericano,
formaban parte del catecismo ideológico burgués con muchas décadas de
adelanto a la aparición del fascismo alemán, al que después se le
adjudicaría su invención.
Martín Lázaro: “El mero hecho de tener que demostrar lo
evidente, cuando la verdadera amenaza y el auténtico adversario no cesan
de mostrarse incluso con descaro, es ya una señal elocuente del punto
al que han llegado las cosas, y del que aún les queda por alcanzar”.
H.G.Wells: Multitudes incontables odiarán el Nuevo Orden Mundial. Y morirán luchando contra él.
David Rockefeller speaking at the UN, Sept. 14, 1994.: Estamos
al borde de una transformación global. Lo único que necesitamos es una
oportuna y enorme crisis y las naciones aceptarán el Nuevo Orden
Mundial.
Patrick Wood, The Globalization Strategy: La globalización no es un proceso guiado por el azar. Avanza de acuerdo a una estrategia tangible, coherente y bien planeada.
"En 1968, en un reporte de la Associated Press, se dice que Nelson Rockefeller,
miembro del CFR dijo que como presidente, él "trabajaría por la
creación internacional de un Nuevo Orden Mundial". (Él perdió la
nominación Republicana para presidente el año siguiente ante Richard
Nixon).
Durante la visita Presidencial a China en 1972, en su mensaje al Premier Chou En-Lai, el presidente Nixon dijo: "Existe la esperanza de que cada uno de nosotros coopere para la construcción de un nuevo orden mundial".
El 8 de mayo de 1972, Roy M. Ash, declaró: "En dos décadas, el
trabajo en áreas institucionales por una Comunidad Económica Mundial
estará iniciándose y los aspectos de la soberanía nacional quedarán
olvidados ante la autoridad sobrenacional".
En RIO: Reshaping the International Order (1976), el Club de Roma hizo un llamado a un nuevo orden internacional, incluyendo una redistribución económica de los bienes, concluyendo: "Un
nuevo orden mundial debe por necesidad estar basado en el
reconocimiento de la interdependencia entre las naciones ricas y pobres.
Un nuevo sistema de valores más apropiado para las necesidades de las
futuras décadas."
En "The Trilateral Connection", que apareció en la edición de julio de Atlantic Monthly, el autor Jeremiah Novak establece: "Por
tercera ocasión en este siglo, un grupo de académicos norteamericanos,
hombres de negocio y del Gobierno está planeando la promoción de un
Nuevo Orden Mundial. Estos hombres están buscando una comunidad de
naciones desarrolladas para coordinar los asuntos económicos y políticos
del mundo."
En un discurso para recaudación de fondos en San Francisco en 1990, el Presidente George Bush remarcó: "De
nuevo en este siglo, el mapa político del mundo se ha transformado. Y
en cada instancia, el Nuevo Orden Mundial se necesita antes de que surja
algún tirano o alguna sangrienta guerra de proporciones mundiales".
Esto discurso fue hecho cerca de 7 meses antes de que el dictador Saddam
Hussein invadiera Kuwait y de que el Presidente Bush adoptara el
concepto del "Nuevo Orden Mundial":
Antes de la invasión de iraquí a Kuwait el 2 de agosto de 1990, el Embajador de los Estados Unidos en Irán, April Glaspie, dijo a Saddam:
"No tenemos opinión alguna sobre los conflictos entre los países
árabes, tal como el desacuerdo que existe entre su país y Kuwait. Ese
conflicto no está asociado con América de ningún modo. Nosotros
esperamos que ustedes resuelvan este problema por medios razonables".
El vocero del Secretario de Estado Baker, Margaret Tutweiler, confirmó al Embajador Glaspie: "Los Estados Unidos no estaban obligados a venir en auxilio de Kuwait si el emirato fuera atacado".
Dos días antes de la invasión, el Asistente del Secretario de Estado para los Asuntos del Oriente Medio y el Sur de Asia, John H. Kelly,
dió al Congreso el mismo mensaje que Glaspie había dado a Hussein. De
esta manera, Hussein llevó a cabo la invasión porque pensó que los
Estados Unidos no intervendrían en el conflicto. Él fue engañado
deliberadamente por los oficiales de los Estados Unidos porque el
Presidente Bush quería encontrar un nuevo dictador o el inicio de una
sangrienta guerra mundial con la intención de iniciar la creación del
Nuevo Orden Mundial".
El 11 de septiembre de 1991, en un documento enviado al Congreso titulado "Toward a New World Order", el Presidente Bush dijo: "...la
crisis en el Golfo Pérsico ofrece una única oportunidad para
movilizarnos hacia un período histórico de cooperación. Después de estos
tiempos problemáticos, un Nuevo Orden Mundial puede surgir, en el que
todas las naciones del mundo, del este y del oeste, del norte y del sur,
puedan prosperar y vivir en una convivencia armonioso que debe nacer".
Y en un documento enviado a la O.N.U. el 1º De octubre de 1991, Bush habló de "una
fuerza colectiva de la comunidad mundial expresada por las Naciones
Unidas. Un movimiento histórico hacia un nuevo orden mundial... una
nueva cooperación entre las naciones. Un tiempo en el que la humanidad
se ha enfocado hacia sí misma para traer al mundo una revolución del
espíritu y de la mente, e iniciar el camino hacia una Nueva Era".
(Nota: La Guerra del Golfo Pérsico permitió a Bush el iniciar el proceso
de creación del Nuevo Orden Mundial, al permitirle que buscara la
aprobación del Consejo de Seguridad de la O.N.U. antes de atacar a Irak.
Esto reconoce implícitamente que la O.N.U., como precursora de un
gobierno mundial, está aún sobre el gobierno de los Estados Unidos.
¿Desde cuando la nación más poderosa del mundo, tiene que pedir permiso a
una autoridad debajo de la nacional, para ir a la guerra?).
Paul Lewis escribió en un artículo para el New York Times en 1992: "En
una declaración del Consejo de Seguridad fue definido el concepto de lo
que constituye una amenaza para la paz y la seguridad en el mundo
actual, que incluye la proliferación de todas las armas de destrucción
masiva, así como las fuentes no militares de inestabilidad en áreas
económicas, sociales, humanitarias y ecológicas".
(Esto implica que la O.N.U. puede intervenir militarmente en cualquier
país que por cualquier razón se perciba que un problema originado dentro
del mismo país sea una amenaza mundial).
El 31 de enero de 1992, el Presidente Bush hizo un llamado a la O.N.U. a que "abandonara
su tradición de no interferir en los asuntos internos de los países
(declarando) que la comunidad mundial ya no puede permitir que el avance
de los derechos fundamentales se detenga en sus fronteras nacionales".
En su discurso en Fulton, Missouri el año de 1992, Mikhail Gorbachov dijo: "Ésta
no es sólo una etapa ordinaria dentro del desarrollo como muchas otras
en la historia del mundo. Una integración intensificada del mundo abre
la posibilidad de la creación un sistema de seguridad internacional del
mundo. La necesidad de algún tipo de gobierno mundial cada vez se hace
más factible. Un cuerpo especial debe ser creado bajo el Consejo de
Seguridad de la O.N.U. que posea el derecho de emplear medidas
políticas, militares, diplomáticas y económicas para prevenir
conflictos. Yo creo que el Nuevo Orden Mundial no será realmente
concebido hasta que las Naciones Unidas y su Concilio de Seguridad
establezcan las estructuras, tomando en consideración las estructuras
regionales y de la misma O.N.U., que estén autorizadas para imponer
sanciones y hacer uso de otras medidas. El Concilio de Seguridad
requiere de fuerzas y armas para establecer la paz más numerosas y
efectivas, que siempre estén a disposición del Consejo de Seguridad y
que estén subordinadas al comando militar de la O.N.U. Un poderoso
proceso de internacionalización política y tecnológica se está llevando a
cabo".
Dietas, inyecciones, y mandamientos judiciales combinados, desde una
edad temprana, producirán el tipo de carácter y creencias que las
autoridades consideran deseables. Y cualquier crítica a la élite será
imposible desde un punto de vista psicológico. (Bertrand Russell El Impacto de la ciencia en la sociedad)
En caso de que llegara a reencarnarme, me gustaría regresar como un
virus mortal, para ayudar a contribuir con algo en el problema de
superpoblación. (Prince Philip Rported by Deustsche Press Agentur (DPA), Agosto 1988)
No existe manera más clara de entender el sentido del llamado Nuevo
Orden Mundial, que leer los dichos de los artífices y detractores de
esta controvertida realidad global. En la edición de Planeta X presentó
algunas frases que quizá no forman parte de los libros de historia, pero
es importante conocerlas:
“En la política, nada sucede por accidente. Si sucede, usted puede apostar que así se planeó”.(Franklin Delano Roosevelt).
“Cuando uno llega a ser presidente de un país hay otra persona que toma
las decisiones, y uno advierte que puede ser un ministro virtual”.(Bill Clinton, 1998).
“La Era Tecnotrónica va diseñando paulatinamente una sociedad cada
vez más controlada. Esa sociedad será dominada por una elite de personas
libres, de valores tradicionales, que no dudarán en realizar sus
objetivos mediante técnicas depuradas con las que influirán en el
comportamiento del pueblo, y controlarán y vigilarán con todo detalle a
la sociedad, hasta el punto en que llegará a ser posible establecer una
vigilancia casi permanente sobre cada uno de los ciudadanos del
planeta”. (extraído de la obra “La Era Tecnotrónica”, de Zbigniew Brezinsky, principal consultor del Grupo Rockefeller y artífice del Nuevo Orden Mundial).
“Aquellos que fabrican y emiten el dinero y los créditos son
precisamente quienes dirigen las políticas gubernamentales y tienen en
sus manos el destino de la gente”. (Reginald McKenna, presidente de The Midlands Bank of England).
“Si algún día los americanos permiten que los bancos controlen la
emisión de su moneda, los bancos y las corporaciones que crecerán en
derredor de ellos los privarán de todas las propiedades, hasta que un
día sus hijos se despertarán sin casas en el continente que ocuparon sus
padres”. (Thomas Jefferson).
“Hoy día en los Estados Unidos tenemos efectivamente dos gobiernos
que están en operación... Tenemos al gobierno debidamente
constituido,... y luego tenemos a un gobierno independiente en el
Sistema de Reserva Federal, al cual no se le puede controlar ni
coordinar, y que es el que maneja los poderes monetarios otorgados al
Congreso por la constitución”. (Wright Patman, presidente del House Banking Committee).
“El capitalismo, actual ideología triunfadora, tiene el arma más
poderosa de conquista: el dinero. La historia de la actual dominación
fue perfectamente planificada desde hace mucho tiempo. Desde que Estados
Unidos se proclamó independiente, fraternidades económicas mundiales se
instalaron en ese país para tomar el control económico y de esta forma
el político. Usando políticas de expansión, viejas “familias” poderosas
de Europa expandieron a las nuevas tierras sus dominios. Sociedades
secretas establecieron sus nuevos imperios, desde los cuales partirían
sus estrategias financieras y políticas. Johanes Rockefeller inmigró a
América y su descendiente, John D. Rockefeller, se convirtió en el líder
del monopolio del petróleo. Con el tiempo, aliado a intereses europeos,
promulgaron la creación de numerosas entidades mundiales. Su propósito:
la instalación de su poder en todo el mundo para la conquista lenta y
paulatina mediante la infiltración del poder económico. Ellos
planificaron el establecimiento de varias organizaciones de poder
internacional: la Reserva Federal, el Consejo de Relaciones Exteriores,
la Comision Trilateral, el Bilderberg Group y las mismas Naciones
Unidas. El objetivo final: la creación de un Nuevo Orden Mundial”.
(William Cooper, ex-miembro de la Inteligencia Norteamericana -asesinado-. Extracto del informe sobre El Nuevo Orden Mundial).
“Estados Unidos es el blanco y la oficina central. Una vez dominado
Estados Unidos, el resto del mundo sería fácil de dominar". (Dr. Larry Bates, economista y autor del libro “The New Economic Disorder”).
“El CFR (Concejo de Relaciones Exteriores, rama fundamental del Nuevo
Orden Mundial) es una parte central de la sociedad americana que fue
originada en Inglaterra. El CFR, junto con el Movimiento de Unión
Atlántica y el Concilio del Atlántico de los Estados Unidos, cree que
las fronteras nacionales deben ser eliminadas y que un solo gobierno
mundial debe ser establecido. Lo que los Trilaterales (referente a la
Comisión Trilateral: Estados Unidos, Europa y Japón) realmente intentan
es la creación de un poder económico de proporciones globales superior
al poder político de cualquier nación o estado involucrado. Como líderes
y creadores de este sistema, ellos gobernarán el mundo. Desde mi punto
de vista, la Comisión Trilateral representa un esfuerzo coordinado por
tomar el control y consolidar los cuatro centros del poder: político,
monetario, intelectual y eclesiástico”. (Senador Barry Goldwater –“With No Apologies”, 197 , pág. 128 y 284).
“Aquel que no vea que en la Tierra se está llevando a cabo una gran
empresa, un importante plan en el cual colaboramos como siervos fieles,
está ciego”.
(Winston Churchill).
“Las políticas promovidas por el CFR en materia de defensa y de
relaciones internacionales se han vuelto las políticas oficiales del
Gobierno de los Estados Unidos. El CFR predominó en el Departamento de
Estado del presidente Kennedy, así como su Gabinete y el equipo de su
secretario de Estado, Dean Rusk. Anthony Lukas, del “New York Times”,
escribió un artículo en el que decía: ‘De los primeros 82 nombres de la
lista preparada para ayudar al equipo del Departamento de Estado del
presidente Kennedy, 63 eran miembros del Concilio’. Kennedy una vez
dijo: ‘Me gustaría tener nuevas caras por aquí, pero siempre me asignan
los mismos viejos nombres’ ”. (James W. Wardner, “The Planned Destruction of America”, pág.60).
El senador John R. Rarick hizo la siguiente declaración acerca de las secretas labores del Grupo Bilderberg ante la Casa de los Representantes: “Yo
he hecho un llamado de atención a nuestros colegas a centrar las
investigaciones sobre el Grupo Bilderberg -un grupo elite internacional
compuesto por altos oficiales internacionales, así como financieros,
hombres de negocios y creadores de opiniones”.
...“Esta exclusiva aristocracia internacional sostiene encuentros
altamente secretos anualmente en varios países. La información limitada
que se encuentra disponible acerca de lo que se planea en estas
reuniones revela que ellos discuten sobre materias de vital importancia
que afectan las vidas de todos los ciudadanos...”.
Una declaración en 1991 de David Rockefeller, durante una reunión secreta del Grupo Bilderberg, dice: “Estamos
agradecidos con el “Washington Post”, el “New York Times”, la revista
“Time”, y otras grandes publicaciones cuyos directores han acudido a
nuestras reuniones y han respetado sus promesas de discreción por casi
40 años. Hubiera sido imposible para nosotros el haber desarrollado
nuestro plan para el mundo si hubiéramos sido objeto de publicidad
durante todos estos años”. (Larry Abraham, “Insider Report,” enero 1992, pág. 2).
“Los imperios económicos internacionales están interesados en
promover el endeudamiento de los gobiernos. Cuanto más alta es la deuda,
más caros son los intereses. Pero además pueden exigir al presidente de
turno privilegios fiscales, monopolios de servicios o contratos de
obras. Si éste no acepta provocarán su caída, promoviendo disturbios y
huelgas que, al empobrecer a la nación les obliga a claudicar ante lo
que piden”. (Carrol Quigley, extraído del libro “Tragedy and Hope”).
“Sinceramente creo, al igual que usted, que los poderes bancarios son más peligrosos que los ejércitos armados...” (Thomas Jefferson en una carta a John Adams).
“Los oficiales económicos de los países más grandes deben comenzar a
pensar en términos de manejar una sola economía mundial, junto con el
manejo de relaciones económicas internacionales entre los países”. (La Reforma de las Instituciones Internacionales: Un Reporte de la Trilateral Task Force en Las Instituciones Internacionales para la Trilateral Commission, New York: “The Trilateral Commission”, 1976, pág. 22).
“El único interrogante de nuestro tiempo no es si el Gobierno Mundial
será alcanzado o no, sino si será alcanzado pacíficamente o con
violencia. Se quiera o no, tendremos un gobierno mundial. La única
cuestión es saber si será por concesión o por imposición”. (James Paul Warburg,
patrón del grupo financiero S. G. Warburg, miembro de la Round Table y
del CFR, en una alocución pronunciada ante una comisión del Senado
estadounidense).
“Solo denme el control sobre la moneda circulante de las naciones, sin importar quién escriba las leyes”. (El barón M. A. Rothschild, siglo XVIII).
Brezinsky y Rockefeller invitaron a Carter para que fuera miembro
de la Comisión Trilateral en 1973. Ellos comenzaron inmediatamente a
buscar la Presidencia. “Nuestros líderes se han rehusado a decir la
verdad. Si nosotros, que profesamos la creencia en la libertad, no
despertamos ante estos sucesos, el mundo estará encaminado hacia un
período de esclavitud…”. (Senador Barry Goldwater, “With No Apologies”, pág. 299).
“Una sociedad como ésta será dominada por una elite cuyo reclamo por
el poder político estará basado en un sentimiento de superioridad
científica. Esta elite buscará todos los medios para lograr sus fines
políticos, tales como las nuevas técnicas para influenciar el
comportamiento de las masas, así como para lograr el control y la
sumisión de la sociedad”. (extraído del libro “Between Two Ages,”
pág.300, de Zbigniew Brezinsky, fundador y creador intelectual de la
Comisión Trilateral).
El 11 de septiembre de 1991, en un documento enviado al Congreso titulado “Hacia
un Inminente Nuevo Orden Mundial”, el presidente Bush dijo: “La crisis
en el Golfo Pérsico ofrece una única oportunidad para movilizarnos hacia
un período histórico de cooperación. Después de estos tiempos
problemáticos, un Nuevo Orden Mundial puede surgir, en el que todas las
naciones del mundo, del este y del oeste, del norte y del sur, puedan
prosperar y vivir en una convivencia armoniosa que debe nacer".
“La estructura que debe desaparecer es la nación”. (Edmond de Rothschild, en declaraciones a la revista “Enterprise”).
Sin lugar a dudas vivimos sumergidos en una realidad que nos impide ver
la importancia de lo que sucede frente a nuestras narices. Un Nuevo
Orden Mundial está tomando la forma de un monstruo que amenaza con
destruir la soberanía de los Estados libres y con ello limitar las
libertades individuales de sus habitantes. Un Nuevo Orden controlado por
unos pocos y que incide en el futuro de muchos.
Nota Reproducida con permiso de la Revista El Planeta Urbano.
http://www.atp.com.ar/verpost.asp?ID=20250&Pagina=Algo_Molesta.html
Robert Mc Namara, antiguo presidente del Banco Mundial, antiguo
secretario de estado de USA y uno de los instigadores con la fundación
Rockefeller, el Banco Mundial y la Unicef del PEV (Programa ampliado de
Vacunación universal de los niños): “Hay que tomar medidas
draconianas de reducción demográfica en contra de la voluntad de las
poblaciones. Reducir la tasa de natalidad se ha revelado imposible o
insuficiente. Hay, pues, que aumentar la tasa de mortalidad. ¿Cómo? Por
los medios naturales: El hambre y la enfermedad”. (Palabras recogidas en el Nº 2 de “J’ai tout compris” fechado en febrero de 1987, ed. Machiavel).
(Recogido de un artículo de Naomi Klein): El fallecido economista librecambista Milton Friedman,
en su texto de introducción a la edición de 1982 de su libro
"Capitalismo y libertad", articuló sucintamente esta estrategia: "Sólo
una crisis, real o supuesta, produce un cambio real. Cuando esta crisis
se produce, las acciones que se adopten dependerán de las ideas
predominantes. He ahí, creo, nuestra función básica: desarrollar
alternativas a las políticas existentes, y mantenerlas vivas y
disponibles hasta que lo políticamente imposible se convierta en
políticamente inevitable."
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62904
“No puedes resolver los problemas con el mismo nivel de conciencia que los ha creado”. (Albert Einstein).
Esta es otra referencia importante: El libro se llama "Tragedia y
Esperanza: Una historia de mundo de nuestro tiempo", Tragedy and Hope: A
History of the World in Our Time escrito por Carroll Quigley en
1966. Este señor, entre muchas otras cosas, fue el mentor de Bill
Clinton en la universidad y el libro contiene perlas como: "…los
poderes del capitalismo financiero tenían otro objetivo de mucho mayor
alcance, nada menos que crear un sistema de control financiero mundial y
ponerlo en manos privadas para dominar el sistema político de cada país
y la economía del mundo como un todo. Este sistema sería controlado de
una forma feudal por los bancos centrales del mundo actuando en
coordinación por medio de acuerdos secretos alcanzados en reuniones y
conferencias privadas y frecuentes. El vértice del sistema estaría
situado en el Bank for International Settlements en Basilea, Suiza, un
banco privado propiedad y controlado por los bancos centrales mundiales
que serían en sí mismos corporaciones privadas"....
Bertrand Russell en su obra “Impacto de la ciencia en la sociedad”: “Actualmente
la población mundial se está incrementando en unos 50.000 individuos
por día. La guerra, hasta ahora, no ha tenido un gran efecto en este
incremento, que ha ido continuando a través de cada una de las guerras
mundiales (…) La guerra hasta ahora no ha sido efectiva en este aspecto
(…) Pero tal vez la guerra bacteriológico llegará a ser efectiva. Si una
Muerte Negra se extendiese por el planeta, una vez por cada generación,
los supervivientes podrían procrear libremente, sin llenar en exceso el
planeta”.
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