Publicado: 21 may 2012 | 17:20 GMT
En uno de mis primeros artículos me referí al peligro que podía
llegar a constituir a medio plazo la caída del régimen de Gaddafi por
lo que respecta a la estabilidad regional de África central.
Transcurrido más de un año desde que la OTAN bombardeara Libia, causando decenas de miles de víctimas civiles, la realidad es tan evidente que incluso los medios de comunicación manipulados que apoyaban la intervención se rinden a la evidencia.
Ahora nadie duda que la caída fue instigada desde el exterior, de que se produjo una gran catástrofe humanitaria y de que…, por supuesto, los autores de la masacre nunca van a ser procesados por el Tribunal Penal Internacional, considerado por algunos el Tribunal del Pentágono y sus aliados.
Transcurrido más de un año desde que la OTAN bombardeara Libia, causando decenas de miles de víctimas civiles, la realidad es tan evidente que incluso los medios de comunicación manipulados que apoyaban la intervención se rinden a la evidencia.
Ahora nadie duda que la caída fue instigada desde el exterior, de que se produjo una gran catástrofe humanitaria y de que…, por supuesto, los autores de la masacre nunca van a ser procesados por el Tribunal Penal Internacional, considerado por algunos el Tribunal del Pentágono y sus aliados.
Libia es hoy en día un Estado fallido donde reina el desgobierno, el caos y la violencia entre unas milicias armadas hasta los dientes.
Libia es hoy en día un Estado fallido donde reina el desgobierno,
el caos y la violencia entre unas milicias armadas hasta los dientes,
donde el ingente arsenal armamentístico gaddafista es, junto a las armas
suministradas por Occidente durante la revuelta, el único comercio
existente.
El armamento lleva meses filtrándose hacia el sur por parte de los
mismos grupos de mercenarios de Al Qaeda que participaron en la
revuelta, y que son ahora más numerosos y poderosos después de haber
reclutado a cientos de jóvenes libios con la promesa del eterno paraíso.
Esta situación es tratada de forma muy sutil por parte de la maquinaria propagandística y manipuladora neoliberal occidental, que informa de que “el núcleo duro de Al Qaeda se reagrupa en el norte de África para revigorizar su campaña terrorista contra Occidente o contra intereses occidentales”.
Esta situación es tratada de forma muy sutil por parte de la maquinaria propagandística y manipuladora neoliberal occidental, que informa de que “el núcleo duro de Al Qaeda se reagrupa en el norte de África para revigorizar su campaña terrorista contra Occidente o contra intereses occidentales”.
Pero la realidad es otra muy distinta. Estos mercenarios yihadistas,
ahora también traficantes de armas, se unen a los grupúsculos de Al
Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), un grupo supuestamente creado por la
Administración Bush en 2004 para justificar la instauración de AFRICOM
en 2006, y que ha llevado a cabo actos de sabotaje y secuestros en los
últimos años, además de algún atentado terrorista más recientemente.
El objetivo a corto plazo estaba predeterminado cuando se decidió bombardear Libia, y no es otro que crear un arco de inestabilidad regional desde el Sahel occidental hasta el cuerno de África que acabe extendiéndose hacia el sur y provoque la desestabilización de África central a medio plazo, de tal manera que el Pentágono y sus aliados puedan justificar una futura intervención en pos de la “Seguridad Global”. Una nueva versión de la expansión estratégica de la agenda de Guerra Global y de política del miedo que, lamentablemente, tanto hemos presenciado en los últimos años.
El objetivo a corto plazo estaba predeterminado cuando se decidió bombardear Libia, y no es otro que crear un arco de inestabilidad regional desde el Sahel occidental hasta el cuerno de África que acabe extendiéndose hacia el sur y provoque la desestabilización de África central a medio plazo, de tal manera que el Pentágono y sus aliados puedan justificar una futura intervención en pos de la “Seguridad Global”. Una nueva versión de la expansión estratégica de la agenda de Guerra Global y de política del miedo que, lamentablemente, tanto hemos presenciado en los últimos años.
A medio y largo plazo se pretende llevar a
cabo una mayor intervención neoimperialista a fin de iniciar una segunda
fase de expoliación de las riquezas naturales del continente africano,
donde hace años que desembarcaron con fuerza potencias emergentes como
China, India, Brasil e incluso Irán, que han invertido en muchos países y
que podrían poner en peligro la supremacía económica occidental en las
antiguas colonias franco-británicas.
Y parece ser que la nueva estrategia no ha tardado en dar sus frutos:
el grupo islamista patrocinado por Al Qaeda denominado Boko Haram
asesina a cristianos en Nigeria desde hace meses y el presidente
Goodluck Jonathan es incapaz de contener la violencia. Se prevé el
derrocamiento del gobierno actual y la instauración de un gobierno
títere que acabe con la violencia islamista con ayuda estadounidense a
cambio del control de los recursos naturales por parte del Tío Sam.
El segundo flanco es Mali. Allí hace un mes se prolonga una revuelta
tuareg instigada por Al Qaeda en el Magreb Islámico, declarándose
unilateralmente la independencia del norte del país después de violentos
enfrentamientos. Aparece Sarkozy antes de ser derrotado en las urnas y
declara que debe restablecerse el status quo. Se prevé intervención
francesa inminente en su zona natural de influencia.
En poco tiempo los poderes occidentales liberaran al Continente Negro
de la amenaza islamista y toda África central y el Golfo de Guinea
volverán a ser literalmente saqueados a cambio de seguridad.
En estos tiempos de grave crisis económica, se demuestra de nuevo que
Al Qaeda, que fue creada por la CIA, el MI6 y Arabia Saudí hace décadas,
sigue siendo un negocio muy lucrativo, sin duda la mejor inversión
exterior que haya existido nunca en un mundo global en el que economía y
geopolítica van estrechamente unidos.
Mientras tanto, las sociedades occidentales son anestesiadas con
deporte, telebasura y desinformación, y creen que sus países son el
paradigma de los Derechos Humanos y la democracia, por lo que creen
justo que Occidente se arrogue el derecho de civilizar a los bárbaros
del mundo tras aniquilar a terroristas y derrocar regímenes
autoritarios…
Tan bonito como una película de Hollywood…
Nagham Salman es jefa de proyectos europeos de investigación y analista política especialista en asuntos de Oriente Medio. http://twitter.com/Nagham844
Nagham Salman es jefa de proyectos europeos de investigación y analista política especialista en asuntos de Oriente Medio. http://twitter.com/Nagham844
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