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sábado, 21 de julio de 2012

El FMI versus la Eurozona: llueve sobre mojado



Christine Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional

FMI pierde toda fe en el proyecto del euro

Por Ambrose Evans-Pritchard - Economía - Última actualización: 19 de julio 2012

Ambrose Evans-Pritchard ha cubierto la política y la economía mundial desde hace 30 años, con sede en Europa, EE.UU. y América Latina. Se unió a The Telegraph en 1991, sirviendo como corresponsal en Washington y más tarde como corresponsal de Europa en Bruselas. En la actualidad es editor de Negocios Internacionales en Londres

El último informe del FMI sobre la eurozona es un documento impresionante. Cuando la historia completa de este episodio esté escrito, esta "Consulta del Artículo IV" será citada como una exposición clave.
"La crisis de la eurozona ha llegado a una fase nueva y crítica. A pesar de importantes acciones políticas, los mercados financieros en algunas partes de la región permanecen bajo una aguda tensión, planteando interrogantes sobre la viabilidad de la misma unión monetaria."

"Los enlaces adversos entre las deudas soberanas, los bancos y la economía real son más fuertes que nunca. Los mercados financieros se están fragmentando cada vez más a lo largo de las fronteras nacionales."
Dijo que la eurozona no es viable en su forma actual, una unión monetaria a medio cocinar que propaga el contagio como reguero de pólvora sin una maquinaria de respaldo para contener el daño:
"La eurozona se encuentra en un punto medio incómodo e insostenible. A pesar de que está lo suficientemente integrada como para permitir que la escalada de problemas de un país se extienda a los demás, carece de la flexibilidad económica o de las herramientas  políticas para lidiar con estos efectos secundarios."

"Fundamentalmente, la eurozona también carece de herramientas esenciales de política financiera y fiscal para estabilizar a la unión monetaria. Como la crisis ha puesto de manifiesto, sin un sólido marco común de estabilidad financiera, los problemas bancarios son difíciles de contener y de resolver en un mercado integrado."
La mayor parte del sur europeo se encuentra en grave riesgo de una "espiral de deuda-deflación", y los peligros están enmascarados por los mismos impuestos de austeridad. "Este entorno desinflacionario en gran parte de la periferia hará que sea  difícil para muchos países el reducir la carga de la deuda."
Los líderes europeos aún siguen sin tomar el toro por los cuernos:
"La profundización de la crisis sugiere que sus causas siguen sin resolverse. La crisis exige un esfuerzo colectivo mucho más fuerte ahora para demostrar el compromiso inequívoco de los legisladores por mantener la Unión Monetaria Europea (UME). Sólo un movimiento convincente y concertado hacia una más completa UME podría detener la caída en la confianza que envuelve la región".
Como resultado, el pernicioso bucle de retroalimentación entre los bancos y las deudas  soberanas, así como la fragmentación del mercado, se han acentuado durante la crisis. En algunos casos, la necesaria provisión de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) ha dado lugar a nuevas compras de bonos soberanos de parte de los bancos, profundizando este vínculo aún más."
"El adverso bucle de retroalimentación entre bancos y deudas-soberanas en el corazón de la crisis se ha intensificado. Las preocupaciones sobre la solvencia de los bancos han aumentado debido a las grandes exposiciones soberanas, sobre todo en los países de la periferia. Algunas deudas soberanas, a su vez, están luchando para respaldar a los bancos débiles por su propia cuenta."

"La fuga de capitales del área intra-euro ha creado fuerzas desintegradoras en los mercados de bonos soberanos, los mercados interbancarios y los mercados crediticios y de depósitos."
Hay una "disminución drástica de la actividad interbancaria":
"Una caída de un banco grande y sistémico podría poner a prueba la capacidad del BCE y de las estructuras anti-crisis para frenar el contagio. Y una disminución de las reformas a nivel nacional podría tener grandes repercusiones negativas en toda la eurozona. El miedo a una salida de la eurozona, si no es contrarrestada con rapidez y eficacia, podría extenderse a otras economías percibidas como teniendo características similares."
En otras palabras, el proceso se ha convertido en retro-alimentado y en extremadamente peligroso. El mecanismo de transmisión monetaria se ha roto por completo (como Christian Noyer del Banco de Francia advirtió a principios de esta semana). El mundo entero está en peligro.
El FMI exhorta a las autoridades de la UE a que vayan a fondo con los eurobonos y a una genuina unión bancaria con garantías de depósitos que abarquen toda la UME.
Hace un pedido de un "considerable" Facilitamiento Cuantitativo de parte del Banco Central Europeo - con todo y no los esfuerzos tipo pinchazos realizados hasta la fecha - "preanunciado en un período determinado de tiempo, comprando una cartera representativa de bonos gubernamentales a largo plazo". Esto es: hacer lo que la Fed está haciendo, después de tanto tiempo.
"Si el informe del FMI fuera una película sería un éxito de taquilla del verano para que coincida con Batman", dijo Gary Jenkins de Swordfish.
"Es difícil discutir con la idea básica del informe del FMI, en el sentido de que si quieren salvar a la eurozona, los políticos probablemente tienen que tomar medidas drásticas. Sin embargo, me atrevo a decir que si va a dar un paso hacia un completo Estados Unidos de Europa a algunas personas les podría gustar el votar por eso", dijo.
En efecto.
Para aquellos de nosotros que hemos estado ligeramente sugiriendo en los últimos años que podría haber algunos problemas estructurales con la unión monetaria, el informe del FMI se presenta como una reivindicación agridulce:
"Los bucles retroalimentados adversos son más fuertes en una unión monetaria que en otros lugares. Estos bucles retroalimentados negativos se amplifican por la ausencia de un tipo de cambio interno que pudiera amortiguar el impacto de las parálisis repentinas en el área intra-euro de los costos de los préstamos soberanos, y que ayudaría a compensar el impacto adverso de los esfuerzos fiscales en el achicamiento de la demanda doméstica mediante una depreciación del tipo de cambio que estimule las exportaciones."
Es decir: los estados víctimas no pueden salir de la trampa a través de la devaluación. No pueden compensar la presión fiscal con el estímulo cambiario (o monetario). Están sofocados:
"Por otra parte, los costos de los préstamos soberanos rápidamente pueden entrar en una espiral fuera de control si los pronósticos del mercado resultan pesimistas, haciendo que el ajuste fiscal sea más difícil de lograr a menos que la autoridad monetaria señale la posibilidad de un aflojamiento futuro."
Esto es: la pertenencia a la UME hace que sea más difícil resolver las finanzas públicas. Esto es exactamente lo contrario a la afirmación que siempre escuchamos de los misioneros del euro, que la "disciplina" obligaría a los estados rebeldes a comportarse. De hecho, hace que sea casi imposible para ellos el mantener su trayectoria de deuda bajo control:
"La movilidad laboral limitada en la eurozona impide el ajuste a las perturbaciones idiosincrásicas. Si los trabajadores se mudan en respuesta a diferencias en salarios y oportunidades de empleo, reducen las disparidades en las tasas de desempleo y en los salarios reales en todas las regiones. Sin embargo, aunque existe alguna evidencia de que la movilidad laboral en la eurozona ha aumentado en respuesta a la crisis, sigue siendo bastante limitada."

"Sólo alrededor del 1 por ciento de la población en edad de trabajar cambia de residencia dentro de su país en un año determinado, y se mudan aún menos entre los países de la eurozona. Esto se compara con alrededor de un 3 por ciento en EE.UU., 2 por ciento en Australia, y un poco menos del 2 por ciento en Canadá."
Nosotros se lo dijimos a usted aquí mismo, en el Telegraph. Las válvulas de seguridad de la movilidad laboral y las transferencias fiscales de la eurozona son totalmente inadecuadas.
Sería muy interesante saber exactamente lo que ha estado sucediendo en el directorio del FMI en las últimas semanas. Uno se entera de que la Casa Blanca - con el pleno apoyo de China, Japón, Brasil, y otros - finalmente ha perdido la paciencia con los líderes de Europa. (Yo uso ese término eufemísticamente, ya que no me refiero a Monti, Hollande, Cameron, o incluso a Rajoy, pero uno no quiere ser acusado de molestar a un país indefenso, muy vilipendiado y vulnerable entre Polonia y los Países Bajos).
El FMI no podría ser más claro. Se trata de una medida preventiva para fijar la responsabilidad por el diluvio que se viene exactamente adonde debe estar:

Sobre aquellos que crearon esta máquina del fin del mundo y la empujaron como si fuera un caballo de Troya federalista, con poca preocupación por las democracias de Europa; sobre un segundo grupo de personas que la dirigieron desde hace una década con prepotente arrogancia, sin tener en cuenta las advertencias de que la brecha Norte-Sur crecía a niveles peligrosos; sobre un tercer grupo de líderes - liderados por la canciller Angela Merkel - que ahora se niegan a hacer frente a las consecuencias terribles de lo que ha sucedido.
El FMI es el líder ahora del campo euroescéptico.

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