Publicado: 14 jul 2012 | 18:58 GMT
Las elecciones presidenciales de
México del pasado 1 de julio fueron “oficialmente ganadas” con poco más
del 38% de los votos por el acaudalado candidato Enrique Peña Nieto,
con lo que su partido PRI –Partido Revolucionario Institucional–
regresaría de nuevo al poder en ese país. Sin
embargo, inmediatamente de conocidos los resultados electorales,
surgieron fuertes acusaciones de fraude, notablemente de Andrés López
Obrador, candidato del izquierdista PRD –Partido de la Revolución
Democrática– que quedó en segundo lugar con el 31,5% de los votos.
La mejor “democracia” que el dinero puede comprar…
Es así que el pasado 12 de julio el PRD oficializó un pedido ante el
IFE –Instituto Federal Electoral, el tribunal electoral de México-
requiriendo un recuento de votos y acusando que hubo una amplia maniobra
de compra de votos y un excesivo financiamiento de la campaña del PRI,
el ganador oficial.
El presidente del PRD, Jesús Zambrano, también hizo entrega al IFE de
más de 20 cajas conteniendo supuesta evidencia de la compra de votos por
parte de funcionarios del PRI. Ahora, el IFE tiene hasta septiembre
para definirse, en cuyo momento deberá validar las elecciones y anunciar
quién será el próximo presidente de México a partir de diciembre de
este año.
Claramente, el Sr López Obrador no se está dando por vencido y sigue
“de campaña electoral”, anunciando que la semana entrante dará a conocer
un “nuevo plan en defensa de la democracia y la dignidad mexicana”.
La agencia de noticias Associated Press a su vez informa sobre la
distribución por el PRI de miles de tarjetas de regalo prepagas
–denominadas 'Monex'– a los votantes antes de las elecciones. López
Obrador también dice que algunos funcionarios del PRI en las
gobernaciones estatales aportaron fondos favoreciendo la campaña
electoral de Peña Nieto.
Como parte del esfuerzo en acción psicológica realizado por los Dueños
del Poder Global para favorecer al PRI, los mexicanos fueron expuestos
al apoyo masivo de los grandes multimedios locales a favor de Peña
Nieto. Ello incluyó las “conclusiones” de grandes encuestadoras que
funcionaron como propaganda para confundir al público.
Previo a las elecciones, esas encuestadoras daban consistentemente a
Peña Nieto como ganador, a menudo diciendo que lideraba por cifras de
dos dígitos sobre López Obrador. Pero cuando se contaron los votos
reales luego de las elecciones, el PRI sólo obtuvo una ventaja de seis
puntos sobre López Obrador, quien manifestó que “en una elección libre
la mayoría de los ciudadanos no hubiera votado por Enrique Peña Nieto”.
Incluso la ONG Alianza Cívica, financiada por la ONU para observar el
buen desarrollo de las elecciones, dijo que la votación “no fue ni
limpia ni justa”.
“Salgamos a mi patio trasero…”
La importancia de estas elecciones trasciende las fronteras de México,
cobrando particular relevancia para los demás países americanos al sur
del Río Bravo. Ahora que una nueva ola de imperialismo estadounidense
sobre su “patio trasero” latinoamericano pareciera ponerse en marcha, la
primera parada se encuentra en el umbral de su puerta al sur, esto es,
en México, donde desde siempre la influencia estadounidense ha sido un
factor determinante.
Cada vez que se lleva a cabo una elección presidencial en México, la
presión estadounidense –usualmente ejercida a través del poder del
dinero, sea por sus corporaciones, su Embajada o por un amplio conjunto
de canalizadores de dinero de todo tipo– siempre logra asegurarse que
los votantes mexicanos elijan al candidato favorito de los
estadounidenses.
En verdad, México no es más que un ejemplo de alto perfil de lo que ha
ocurrido, en algún momento u otro, en todos los países de Centro y Sud
América a lo largo de los últimos cincuenta años. Como lo dijera la
secretaria de estado Hilary Clinton en marzo 2011 con motivo de una
visita a Egipto, se trata siempre de asegurar que en todos los países
del mundo se imponga “el tipo de democracia que quiere EE.UU.”.
En rigor de verdad, esa no es una verdadera Democracia, sino una
caricatura de la misma consistente en meros ejercicios de cuenta-votos,
íntegramente controlados por el Poder del Dinero a través del
financiamiento directo de campañas electorales, la cobertura subjetiva y
arbitraria de poderosos multimedios de prensa, las falsas expectativas
generadas por encuestadoras a sueldo, y -por supuesto- las mega-campañas
políticas devenidas en shows circenses dónde los políticos actúan como sus payasos predilectos.
Tan bien han perfeccionado esto en México que el PRI pudo mantenerse en
el poder ininterrumpidamente a lo largo de más de 71 años entre 1928 y
el 2000, lo que aseguró que México marchara alineada a los dictados de
sus Hermanos Mayores del Norte. Un reciente artículo publicado por la
Americas Society dirigida por David Rockefeller y John Negroponte
describe este fenómeno como “la dictadura perfecta del PRI”.
De ahí que no habrá de sorprender que ex presidentes mexicanos del PRI
como Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, sean miembros de la
Comisión Trilateral y del Consejo de Relaciones Exteriores que funcionan
como centros de planeamiento geopolítico para promover los intereses
geopolíticos globales del grupo Rockefeller-Rothschild y su amplio
ejército de aliados y subordinados.
Cuando en el año 2000 el PRI debió aflojar su puño sobre el cuello de
la "democracia” mexicana, cediendo el lugar al PAN –Partido de Acción
Nacional– el presidente entrante también resultó ser un 'ADEU' (Amigo de
Estados Unidos): Vicente Fox, ex-director ejecutivo/CEO de la Coca-Cola
en México
El hoy presidente saliente del PAN Felipe Calderón, también mantuvo a
su país muy, muy alineado a los intereses del EE.UU. Sin embargo la
candidata del PAN Josefina Vázquez Mota, apenas logró el tercer lugar en
esta contienda electoral, lo que refleja el gran descontento de los
mexicanos con el PAN, ante su fracaso para controlar la extrema
narcoviolencia que asola a México y que en los últimos cinco años ha
dejando casi 60.000 muertos, y ni hablar de los millones de heridos,
adictos y vidas destrozadas.
Así y todo, el presidente del PAN, Gustavo Madero, también lanzó serias
acusaciones diciendo que Peña Nieto "ganó votos con engaños y a
billetazos".
Que Dios ayude a México…
Un dicho popular nacido en tiempos en que la Iglesia Católica se vio
perseguida en México por gobiernos anticlericales, especialmente entre
los años 1926 y 1934, se lamenta al decir: “Pobre México: tan lejos de
Dios y tan cerca de los Estados Unidos".
Bien: 80 años de historia hoy nos indican que mientras que los
conflictos con la Iglesia Católica se han aminorado, los graves
problemas y conflictos 'Made in USA' siguen lloviendo sobre México con
creciente fuerza, imponiéndole una mayor debilidad y creciente conmoción
interna.
Un ejemplo entre tantos es el NAFTA –el bloque de libre comercio de
América del Norte– impuesto bajo el régimen PRI en los años noventa que
desató un “nuevo orden” al sur de la frontera estadounidense, centrado
en la explotación del trabajo esclavo por parte de grandes corporaciones
norteamericanas, dando como resultado mayores utilidades para las
mismas y también mayor desempleo para los propios norteamericanos.
Pues, no nos engañemos, la 'democracia Made in USA' insiste en que las
fronteras habrán de ser totalmente libres para sus corporaciones y
bancos para que puedan entrar y salir de México a su placer, pero que
todo ciudadano mexicano sepa que los guardias fronterizos de la 'Gran
Democracia del Norte' abrirán fuego si osan cruzar la frontera sin su
permiso.
Hoy, EE.UU. quiere profundizar el “libre comercio”, ya por razones de
estrategia geopolítica y –una vez más– México habrá de servir como
plataforma de lanzamiento hacia la región. Entre sus muchos objetivos:
neutralizar a los bloques comerciales y políticos como el ALBA y el
Mercosur. ¿Y quién mejor que el PRI para servir a estos cometidos?
De manera que cuando llegue septiembre, más vale que el IFE anuncie una
decisión 'correcta'; porque si llegara a tomar la decisión
'equivocada', entonces Estados Unidos tendrá muchísima dificultad en
tolerar a un presidente socialista como López Obrador, ¡nada más y nada
menos que en la puerta que da a su patio trasero!
Si eso llegara a ocurrir –¡Dios nos guarde!– pues entonces México
seguramente recibirá una fuerte dosis de insurrección ingenierizada
desde el norte… perdón, quise decir de “primavera latinoamericana”.
Claramente, el resultado de las elecciones mexicanas tiene enorme importancia, que va mucho más allá de los propios mexicanos.
Adrian Salbuchi for RT
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conferencista y comentarista en radio y TV de Argentina. www.asalbuchi.com.ar
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