Científicos
de Harvard advirtieron que está sucediendo una compleja reacción
química en la atmósfera y existe un grave riesgo de una inesperada
pérdida total de ozono en Estados Unidos sobre sus zonas pobladas, en
tan solo unos días, e incluso podría estar ocurriendo en otras partes
del mundo.
El descubrimiento lo anunció, James G. Anderson, dos días atrás en un comunicado de la Universidad, y en él se confirma la gravedad que puede significar para la salud de los seres humanos con un potencial aumento de las incidencias de cáncer de piel, entre otros efectos.
Esta pérdida de ozono es ocasionada a causa de los productos liberados por el hombre, como los que contienen clorofuorocarbonos (CFC) en aerosol, y que circulan actualmente en la atmósfera, sin embargo, sucede de una manera diferente a la que se conocía anteriormente.
Para Anderson no deja de ser sorprendente este descubrimiento, ya que siempre se creyó que la reacción química que provoca la pérdida de ozono, sucedía solo en las frías regiones polares, lejos de la población. Sin embargo, ahora se constató que esto está ocurriendo sobre las ciudades por una compleja reacción química de estos contaminantes. Esto sucede cuando hay densos vapores de agua de las tormentas eléctricas de verano.
Tormentas eléctricas del verano pueden destruir el ozono en solo unos días
“El ozono estratosférico es susceptible a los catalizadores químicos de origen artificial, tales como cloro y bromo, que están presentes en la atmósfera terrestre como resultado de la utilización comercial anteriormente generalizada de los productos aerosol con clorofuorocarbono (CFC)”, señala el estudio de Harvard.
Los científicos confirmaron que estas reacciones químicas que destruyen la capa de ozono son altamente dependientes, tanto de la temperatura atmosférica, como de la presencia de vapor de agua.
El equipo de Anderson descubrió que durante las intensas tormentas de verano en los Estados Unidos, el vapor de agua es empujado por convección mucho más alto de lo que se creía que era posible, en la capa baja de la estratosfera,
“Lo que resulta sorprendente fue la altitud extraordinaria a la que el vapor de agua estaba siendo llevado, a alturas superiores de los 60.000 pies y con qué frecuencia estaba ocurriendo”
La gravedad señalada es que las grandes concentraciones de vapor de agua que llegan a la capa fría de la estratosfera inferior cambian la temperatura y el cloro se convierte en un estado de radicales libres. Esto implica que en presencia de vapor de agua, a temperaturas más altas, se produce finalmente, la eliminación catalítica de la capa ozono. Ellos encontraron que esta pérdida aumentó en un ciento por ciento.
“Los resultados son preocupantes también porque, si la estratosfera, que en la actualidad está extremadamente seca, se vuelve más húmeda, como ocurrió en anteriores períodos de dióxido de carbono elevado, el impacto en los niveles de ozono podrían ser importantes”, explica el informe.
El descubrimiento lo anunció, James G. Anderson, dos días atrás en un comunicado de la Universidad, y en él se confirma la gravedad que puede significar para la salud de los seres humanos con un potencial aumento de las incidencias de cáncer de piel, entre otros efectos.
Esta pérdida de ozono es ocasionada a causa de los productos liberados por el hombre, como los que contienen clorofuorocarbonos (CFC) en aerosol, y que circulan actualmente en la atmósfera, sin embargo, sucede de una manera diferente a la que se conocía anteriormente.
Para Anderson no deja de ser sorprendente este descubrimiento, ya que siempre se creyó que la reacción química que provoca la pérdida de ozono, sucedía solo en las frías regiones polares, lejos de la población. Sin embargo, ahora se constató que esto está ocurriendo sobre las ciudades por una compleja reacción química de estos contaminantes. Esto sucede cuando hay densos vapores de agua de las tormentas eléctricas de verano.
Tormentas eléctricas del verano pueden destruir el ozono en solo unos días
“El ozono estratosférico es susceptible a los catalizadores químicos de origen artificial, tales como cloro y bromo, que están presentes en la atmósfera terrestre como resultado de la utilización comercial anteriormente generalizada de los productos aerosol con clorofuorocarbono (CFC)”, señala el estudio de Harvard.
Los científicos confirmaron que estas reacciones químicas que destruyen la capa de ozono son altamente dependientes, tanto de la temperatura atmosférica, como de la presencia de vapor de agua.
El equipo de Anderson descubrió que durante las intensas tormentas de verano en los Estados Unidos, el vapor de agua es empujado por convección mucho más alto de lo que se creía que era posible, en la capa baja de la estratosfera,
“Lo que resulta sorprendente fue la altitud extraordinaria a la que el vapor de agua estaba siendo llevado, a alturas superiores de los 60.000 pies y con qué frecuencia estaba ocurriendo”
La gravedad señalada es que las grandes concentraciones de vapor de agua que llegan a la capa fría de la estratosfera inferior cambian la temperatura y el cloro se convierte en un estado de radicales libres. Esto implica que en presencia de vapor de agua, a temperaturas más altas, se produce finalmente, la eliminación catalítica de la capa ozono. Ellos encontraron que esta pérdida aumentó en un ciento por ciento.
“Los resultados son preocupantes también porque, si la estratosfera, que en la actualidad está extremadamente seca, se vuelve más húmeda, como ocurrió en anteriores períodos de dióxido de carbono elevado, el impacto en los niveles de ozono podrían ser importantes”, explica el informe.
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