Como cónsul en Francia durante la II Guerra, se calcula que Gilberto Bosques salvó del nazismo a 40.000 perseguidos políticos, entre republicanos españoles y judíos
Rescató del infierno nazi y del franquismo a miles de refugiados, pero el mexicano Gilberto Bosques sigue siendo una figura poco conocida en Europa.Una amplia exposición inaugurada en Berlín repasa ahora su vida y la de los destinos que salvó. Diplomático, periodista y profesor, Bosques (1892-1995) utilizó su cargo como cónsul en Francia durante la Segunda Guerra Mundial para dar documentos y pasajes en barco a judíos franceses, republicanos españoles y refugiados alemanes ante el avance del nacionalsocialismo.
“Última huida a México. Gilberto Bosques y el exilio alemán después de 1939″ (Academia de las Artes de Berlín, del 2 de diciembre al 14 de abril) revive esa dramática acción de rescate mediante documentos, fotos, testimonios y 25 biografías de supervivientes.
“Por desgracia es una figura poco conocida aquí, aunque había muchos berlineses entre las personas rescatadas. Fue una de las razones para pensar esta exposición”, explicó a la agencia dpa la curadora de la exhibición, Christine Fischer-Defoy.
“Para muchos será un descubrimiento. Además México interesa en Alemania”, añadió apuntando a la gran retrospectiva de Frida Kahlo que hace dos años atrajo un récord de 235.000 visitantes en Berlín. “Yo misma aprendí mucho”.
Apodado “el Schindler mexicano” en referencia a Oskar Schindler, el empresario alemán que salvó a cientos de judíos del Holocausto, Bosques fue nombrado cónsul en París en 1939, año del triunfo de Franco en la Guerra Civil y del inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Primero en París y después en Marsella, el diplomático salvó la vida de miles de perseguidos -hasta 40.000, según algunas fuentes- entregándoles visas de México y abriéndoles las puertas del país para huir de Europa.
Su trabajo fue recordado el año pasado en el documental Visa al Paraíso, de la realizadora Lillian Liberman.
Bosques comenzó su tarea en un garage y terminó alquilando dos castillos que dieron techo y atención médica a más de 1.500 refugiados, incluyendo cientos de mujeres y niños.
La hazaña terminó en 1942, cuando Alemania declaró la guerra a Francia. La Gestapo ocupó la oficina de Bosques y lo trasladó a un “hotel prisión” en la localidad alemana de Bad Godesberg junto con su familia y el personal mexicano: 43 personas en total. Allí pasaron más de un año internados.
“Las condiciones eran duras. No se podía salir sin ser escoltado, ni siquiera para recibir atención médica. La comida era mala. Durante toda la internación comimos solo una vez un huevo”, recordó a los 101 años en una entrevista que recoge la muestra en Berlín.
Bosques no intentó nunca un trato de favor por su condición diplomática, que Alemania no reconocía. Cuando un oficial le leyó las rígidas normas del internamiento respondió que los mexicanos las cumplirían porque eran “prisioneros de guerra”. “Le dije que podía estar seguro de que no pediríamos ninguna excepción ni gracia, pero que tampoco aceptaríamos ninguna humillación, como las que acostumbraban ellos con los prisioneros de guerra”.
Bosques fue liberado en 1944 y regresó a México. Fue recibido como un héroe por miles de refugiados españoles, judíos y alemanes. Tras la guerra retomó su labor diplomática como embajador en Portugal, Finlandia, Suecia y Cuba. Murió en Ciudad de Mexico a los 102 años.
La exposición de Berlín documenta en detalle 25 historias de exiliados como el dramaturgo Walter Janka o la novelista Anna Seghers, autora de “La séptima cruz”.
No fueron los únicos intelectuales salvados por Bosques: la lista incluye a figuras como María Zambrano, Manuel Altolaguirre, Max Aub o Ernst Römer.
Además de la muestra, la Academia de las Artes ofrece una serie de conferencias sobre la vida de los alemanes emigrados en México y el regreso de muchos de ellos a una Alemania devastada por la guerra. “Quedé muy impresionada”, admite Fischer-Defoy haciendo balance de la exposición.
“También se trata de una figura muy impactante a nivel personal, como demuestra su actitud durante la reclusión en Alemania”. La curadora cree que Bosques ilumina algo más que una parte del pasado: “Su figura tiene actualidad. Es un ejemplo de la forma en que se debería tratar a los refugiados de hoy”.
Fuente: DPA
Ayuda humanitaria
La historia de Bosques es poco conocida, incluso en México."Se costeó el rescate de los niños, huérfanos la mayoría, que fueron recogidos en los alrededores de los campos de donde escapaban en condiciones lamentables. En invierno se recogieron niños con los pies congelados"
Relato de Gilberto Bosques en sus memorias
Cientos de españoles que apoyaban a la República huyeron de su país, y uno de los principales destinos fue Francia. Así, la instrucción del gobierno mexicano fue ayudar a estos refugiados a salir de Europa.
Pero, al estallar la guerra mundial, aumentaron los exiliados y con ello las tareas de Bosques, según documentó en sus memorias que fueron divulgadas por la cancillería mexicana.
"La asistencia para los perseguidos israelitas tomó la dimensión de un deber de carácter humano. No había tomado México una actitud franca, pero el drama estaba ahí. Nuestra ayuda consistió en la ocultación de ciertas personas, en documentar otras, darles facilidades, llevarlas a la posibilidad de una salida de Francia, que era muy difícil".
Para transportar a los exiliados, el consulado mexicano fletó varios buques, y consiguió espacio en otros.
La mayoría escapó por el puerto de Marsella, a donde se trasladó el consulado mexicano tras la ocupación de Francia.
Uno de los momentos más difíciles fue sacar del país a los combatientes de la Brigada Internacional que combatió en España.
Prisioneros de guerra
México mantuvo un estado de guerra contra los países que formaron el Eje durante la Segunda Guerra.Si no lo hubiera hecho, no tendríamos tantas personas que trabajaron por el país y que fundaron empresas e instituciones culturales
Adriana Romero, coordinadora de la Casa Refugio Citlaltépetl
Por esa razón, Gilberto Bosques, su familia y colaboradores fueron detenidos por el ejército alemán, que los trasladó a Bad Godesberg, una población cercana a Bonn. Allí permanecieron un año.
"Éramos prisioneros, no hay otra forma de decirlo. Con nosotros estaban representantes de varias legaciones diplomáticas, sobre todo de América Latina", recuerda Laura Bosques.
Al ser encarcelado, se derrumbó la red de protección a perseguidos que el cónsul había establecido en Europa.
"Se costeó el rescate de los niños, huérfanos la mayoría, que fueron recogidos en los alrededores de los campos de donde escapaban en condiciones lamentables. En invierno se recogieron niños con los pies congelados", narró Bosques en sus memorias.
Los diplomáticos mexicanos fueron canjeados en 1943 por un grupo de prisioneros alemanes capturados en Veracruz, en el oeste de México. El intercambio se hizo en Lisboa, Portugal.
Homenaje
La tarea humanitaria de Bosques no sólo ayudó a quienes escaparon de la guerra, sino que le dejó beneficios a México, aseguró Adriana Romero, coordinadora de proyectos culturales de la Casa Refugio Citlaltépetl."Si no lo hubiera hecho, no tendríamos tantas personas que trabajaron por el país y que fundaron empresas e instituciones culturales", dijo en conversación con BBC Mundo.
El director de la Casa, Phillipe Ollé-Laprune, estableció la cátedra Gilberto Bosques como homenaje al diplomático que falleció en 1995.
Es uno de los pocos reconocimientos que se le han hecho al cónsul. En Viena, Austria, por ejemplo, hay una calle que lleva su nombre, en el distrito 22 de la ciudad.
http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2010/01/100115_2342_schindler_mexicano_gm.shtml
UN VERDADERO HÉROE. ES UNA LÁSTIMA QUE EL MISMO GOBIERNO MEXICANO LO TENGA EN EL OLVIDO AL NO DIFUNDIR SU EXTRAORDINARIA Y HUMANITARIA LABOR. GENTE ASÍ ES LA QUE NECESITA EL MUNDO.-
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