El pasado mes de diciembre de 2012 conté aquí un proyecto de libro sobre la transformación de Turquía que, en el estilo de Robert D. Kaplan, aunara un buen bagaje de lecturas con las observaciones sobre el terreno en un viaje por el país de punta a punta haciendo entrevistas a observadores relevantes de la realidad local. Es un libro que de haber tenido tiempo para prepararlo lo hubiera hecho gustoso yo mismo, pero no me importaría ceder la idea a otro porque es un libro que francamente me gustaría leer.
Luego, vinieron las protestas en el parque Gezi, síntoma de las contradicciones del desarrrollismo del país y el gobierno del AKP sacó su lado más feo. Ahora ese libro sería muy diferente. Trataría más de lo que Turquía pudo ser que de lo que es. Turquía era el modelo a seguir en Oriente Medio en los albores de la Primavera Árabe. Ahora perdura la violencia en Libia y Túnez, mientras que Egipto ha cambiado todo para volver al punto de partida. Mientras, en Siria, el gobierno del AKP apostó tímidamente por los moderados mientras Assad y los rebeldes más radicales recibieron ayuda decidida y abundante de poderes externos. La esperanza de Turquía de una victoria de los moderados quedó aplastada en una guerra donde todos apostaron por los extremos. Tendrá que pasar tiempo antes de que el tablero de juego se aclare y el proyecto de libro sobre Turquía vuelva a poder hablar de perspectivas futuras. No es el único libro que tengo en la estantería mental de proyectos.
Llevo demasiado tiempo escribiendo aquí sobre Geopolítica, Asia-Pacífico y el Gran Oriente Medio, lo cual me ha alejado de hablar de las Guerras Posmodernas. Creo que es hora de pasar página y volver al camino que dio origen a este blog. Pero en esta incursión por la Geopolítica he ido acumulando unas cuantas ideas que igualmente podrían dar forma a un libro sobre “la nueva Geopolítica del Gran Oriente Medio”.
Halford Mackinder, padre de la Geopolítica Clásica habló del corazón de Eurasia como la región más importante del planeta. Consideraba que su condición de punto de partida de las repetidas invasiones de pueblos nómadas, de los hunos a los mongoles pasando por turcos y húngaros, que habían destruido civilizaciones en Europa, Oriente Medio e India lo convertían en una amenaza sobre Occidente que era inexpugnable por su lejanía del mar. Vimos que a la Unión Soviética le sirvió de poco, pero personalmente creo que el aérea estratégica de Eurasia se ha desplazado al sur, a lo que el gobierno Bush llamó “Gran Oriente Medio” en una iniciativa de 2004. Mi proyecto de libro arrancaría con una introducción a la Geopolítica Clásica explicando lo que es y no es, considerando que Henry Kissinger vulgarizó el término y ahora todo el mundo confunde Geopolítica con política internacional. Explicaría las ideas de Mackinder sobre la tierra corazón (“heartland”) y por qué Oriente Medio ocupa su lugar como área de interés estratégico primordial.
El concepto Gran Oriente Medio (Greater Middle East) lo acuñó el gobierno Bush, así que habría que explicar la importancia que ha ocupado Oriente Medio en la imaginación geopolítica estadounidense. Pero primero arrancaríamos en 1979, el año que puso todo patas arriba: Revolución Iraní, invasión soviética de Afgnanistán, Acuerdos de Camp David y el asalto a la Gran Mezquita de la Meca. Fueron esas turbulencias lo que llevó a Zbigniew Brzezinski a hablar del “arco de crisis”, un área que se extendía desde el Cuerno de África a Afganistán. Y también fue el origen de laDoctrina Carter, la abierta declaración de intenciones de que EE.UU intervendría militarmente en la región si alguien amenazaba el status quo en ella. Una clara alusión del infundado miedo de una expansión de la Unión Soviética en la región tras la invasión de Afganistán. A Zbigniew Brzezinski le debemos también el término “Balcanes Euroasiáticos” o “región de infiltración global de la violencia” para referirnos al área de inestabilidad surgido tras el fin de la Guerra Fría desde el Cuerno de África a Asia Central. Una región que coincide curiosamente con el área de responsabilidades del Central Command (CENTCOM) estadounidense antes de las última reformas.
El segundo capítulo dedicado a la imaginación geopolítica estadounidense terminaría, evidentemente, explicando el concepto del Gran Oriente Medio en los términos del gobierno Bush. Su idea era lanzar un paquete de medidas económicas y diplomáticas que impulsaran el desarrollo de los países árabes y su periferia en el contexto de la Global War On Terror. Era un evidente ejercicio para ganar “corazones y mentes” en el mundo musulmán. Pero lo interesante desde el punto de vista de la Geopolítica es como proponía redibujar los límites del concepto “Oriente Medio”. A los países árabes más Turquía e Irán venía a sumar los países del Magreb, Sudán, Somalia, Afganistán y Pakistán. Las repúblicas ex-soviéticas del Cáucaso y Asia Central quedaban añadidas como regiones vecinas de especial relevancia. Esa alteración del concepto tradicional de “Oriente Medio” llevó a que tras la intervención francesa en Mali se empezara a hablar si se trataba de otra crisis en el (Gran) Oriente Medio.
A partir de aquí entraríamos en los capítulos que abordarían las cuestiones geopolíticas, en sentido estricto. Esto es, analizar cómo la geografía incide en la política internacional.
Una primera cuestión geopolítica es el trazado de los ductos que unen las regiones productoras de hidrocarburos en torno al Mar Caspio con Europa. Hablamos de la política tras los trazados de los oleoductos BTC, South Stream y Nabucco. De cómo el objetivo de Occidente es evitar Rusia e Irán con trazados como el gasoducto a través del Mar Caspio que conectaría Azerbaiyán con Turkmenistán y posiblemente enlazaría con otras repúblicas centroasiáticas. Aquí destacaría el papel de Turquía y cobraría pleno sentido hablar de Eurasia, un término que parece reservado para hablar de Rusia y las repúblicas ex-soviéticas en el Cáucaso y Asia Central.
Una segunda cuestión es la rivalidad por la hegemonía en Oriente Medio que un vistazo a un mapa del Golfo Pérsico permite intuir: Araba Saudita e Irán, los dos países más extensos, pugnan por ella. Es una lucha que ahora mismo se ha trasladado vía intermediarios a Siria. Sería necesario también destacar el papel activo que han asumido Qatar y Emiratos Árabes Unidos, así que sería más propio hablar de la rivalidad entre laspetromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo e Irán. En términos geopolíticos estrictos sería cuestión hablar de la importancia del Estrecho de Ormuz como punto de estrangulamiento del comercio marítimo. Por su parte habría que hablar de las ambiciones nucleares de Irán, como parte de sus ambiciones hegemónicas y como reacción del régimen a su percepción de haber sido rodeado por Estados Unidos tras el 11-S (invasiones de Afganistán e Iraq, bases en Asia Central y el Golfo Pérsico).
Tras estos dos capítulos quedaría hablar de Israel y su nuevo entorno estratégico, donde los enemigos estatales han dado lugar a amenazas no estatales provenientes de un estado débil como Líbano y un protoestado fallido como Gaza. Otro capítulo debería abordar el papel del yihadismo en la región como un actor no estatal fundamental. Esos dos temas son objeto de trabajos que esto elaborando y quedan en un terreno fronterizo a la Geopolítica, pero creo que es algo que traté de explicar en mi crítica a la Geopolítica Clásica. Cuando termine esos dos trabajos será el momento de plantearse si merece la pena lanzarse a escribir el resto. Creo que mientras los resultados de la “Post Primavera Árabe” (o “Invierno Islamista” si prefieren) sean inciertos y no concluya la guerra civil enSiria será prematuro emprender una aventura así. Y creo que es un trabajo excesivo para una sola persona. Así que ya saben, si hay algún experto en Turquía, el Cáucaso y Asia Central ahí fuera, algún apasionado de la geoplítica petrolera o algún estudioso de Irán que considere el proyecto interesante, estaría encantado de montar un equipo. Dicho lo cual, guardaré el proyecto en un cajón mental y pasaré página.
El segundo capítulo dedicado a la imaginación geopolítica estadounidense terminaría, evidentemente, explicando el concepto del Gran Oriente Medio en los términos del gobierno Bush. Su idea era lanzar un paquete de medidas económicas y diplomáticas que impulsaran el desarrollo de los países árabes y su periferia en el contexto de la Global War On Terror. Era un evidente ejercicio para ganar “corazones y mentes” en el mundo musulmán. Pero lo interesante desde el punto de vista de la Geopolítica es como proponía redibujar los límites del concepto “Oriente Medio”. A los países árabes más Turquía e Irán venía a sumar los países del Magreb, Sudán, Somalia, Afganistán y Pakistán. Las repúblicas ex-soviéticas del Cáucaso y Asia Central quedaban añadidas como regiones vecinas de especial relevancia. Esa alteración del concepto tradicional de “Oriente Medio” llevó a que tras la intervención francesa en Mali se empezara a hablar si se trataba de otra crisis en el (Gran) Oriente Medio.
En verde oscuro el Oriente Medio tradicional, en verde intermedio el Gran Oriente Medio concebido por el grupo G8 y en verde claro zonas relacionadas. |
A partir de aquí entraríamos en los capítulos que abordarían las cuestiones geopolíticas, en sentido estricto. Esto es, analizar cómo la geografía incide en la política internacional.
Una primera cuestión geopolítica es el trazado de los ductos que unen las regiones productoras de hidrocarburos en torno al Mar Caspio con Europa. Hablamos de la política tras los trazados de los oleoductos BTC, South Stream y Nabucco. De cómo el objetivo de Occidente es evitar Rusia e Irán con trazados como el gasoducto a través del Mar Caspio que conectaría Azerbaiyán con Turkmenistán y posiblemente enlazaría con otras repúblicas centroasiáticas. Aquí destacaría el papel de Turquía y cobraría pleno sentido hablar de Eurasia, un término que parece reservado para hablar de Rusia y las repúblicas ex-soviéticas en el Cáucaso y Asia Central.
Una segunda cuestión es la rivalidad por la hegemonía en Oriente Medio que un vistazo a un mapa del Golfo Pérsico permite intuir: Araba Saudita e Irán, los dos países más extensos, pugnan por ella. Es una lucha que ahora mismo se ha trasladado vía intermediarios a Siria. Sería necesario también destacar el papel activo que han asumido Qatar y Emiratos Árabes Unidos, así que sería más propio hablar de la rivalidad entre laspetromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo e Irán. En términos geopolíticos estrictos sería cuestión hablar de la importancia del Estrecho de Ormuz como punto de estrangulamiento del comercio marítimo. Por su parte habría que hablar de las ambiciones nucleares de Irán, como parte de sus ambiciones hegemónicas y como reacción del régimen a su percepción de haber sido rodeado por Estados Unidos tras el 11-S (invasiones de Afganistán e Iraq, bases en Asia Central y el Golfo Pérsico).
Tras estos dos capítulos quedaría hablar de Israel y su nuevo entorno estratégico, donde los enemigos estatales han dado lugar a amenazas no estatales provenientes de un estado débil como Líbano y un protoestado fallido como Gaza. Otro capítulo debería abordar el papel del yihadismo en la región como un actor no estatal fundamental. Esos dos temas son objeto de trabajos que esto elaborando y quedan en un terreno fronterizo a la Geopolítica, pero creo que es algo que traté de explicar en mi crítica a la Geopolítica Clásica. Cuando termine esos dos trabajos será el momento de plantearse si merece la pena lanzarse a escribir el resto. Creo que mientras los resultados de la “Post Primavera Árabe” (o “Invierno Islamista” si prefieren) sean inciertos y no concluya la guerra civil enSiria será prematuro emprender una aventura así. Y creo que es un trabajo excesivo para una sola persona. Así que ya saben, si hay algún experto en Turquía, el Cáucaso y Asia Central ahí fuera, algún apasionado de la geoplítica petrolera o algún estudioso de Irán que considere el proyecto interesante, estaría encantado de montar un equipo. Dicho lo cual, guardaré el proyecto en un cajón mental y pasaré página.
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