"No hemos venido aquí para culpar a nadie. Las dos cajas son propiedad de Malasia. A simple vista se puede apreciar que las cajas están intactas", aseguró a la prensa el jefe de la delegación del país asiático, un coronel del Consejo de Seguridad Nacional de Malasia.
El primer ministro de la república popular de Donetsk, Alexandr Borodái, hizo entrega de los dos dispositivos aéreos durante una ceremonia oficial celebrada en la sede del Gobierno separatista en Donetsk en la que las partes firmaron sendos documentos oficiales.
Las cajas de color naranja fueron puestas sobre la mesa de la sala de conferencias y entregadas a la parte malasia entre los numerosos flashes de los fotógrafos.
"Flight recorder. Do not open" (Grabador de vuelo. No abrir), se podía leer en las cajas.
"Ahora, tenemos tres tareas: la repatriación de los cuerpos, el traslado de las cajas negras y la devolución de los objetos personales a sus dueños", dijo el representante malasio.
El coronel explicó que, una vez que ya tiene las cajas negras en su poder, el tren con los 282 cadáveres y 87 fragmentos de los pasajeros y tripulantes del aparato podrá abandonar la estación de Donetsk con destino a la ciudad de Járkov para su examen e identificación.
"Nos iremos ahora mismo", dijo el militar malasio, quien viajará en el mismo tren que transporta los vagones frigoríficos con los cadáveres.
Por su parte, Borodái se manifestó convencido de que "el análisis de las cajas negras arrojará luz sobre cómo ocurrió realmente esta terrible catástrofe".
"Las casi 300 personas fallecidas son víctimas de una guerra no declarada por las autoridades de kiev contra el pueblo de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk", denunció.
Borodái aseguró que "la parte ucraniana no está interesada en la investigación objetiva del siniestro con la participación de expertos internacionales y en que la verdad salga a la luz".
Y negó que las milicias insurgentes hubieran derribado el avión de Malaysian Airlines como aseguran Estados Unidos y muchas cancillerías occidentales.
"No disponemos de la tecnología necesaria y, lo más importante, no teníamos de motivo alguno, ya que no sacamos ningún rédito con esta tragedia humana", resaltó.
Además, anunció una declaración unilateral de alto el fuego en un radio de 10 kilómetros en torno a la catástrofe, que tuvo lugar en un campo de la localidad de Grabovo, para facilitar la labor de los expertos internacionales.
En Járkov el tren con los cadáveres será recibido por una treintena de expertos, en su mayoría de Holanda, país del que procedían 193 víctimas, y Malasia, nación propietaria del Boeing-777 accidentado.
Seguidamente, se procederá a su examen, tras lo que serán repatriados, aunque cabe la posibilidad que algunos familiares puedan viajar a Járkov para identificarlos personalmente.
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