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jueves, 2 de julio de 2015

China amenaza



Le he comentado que yo tengo mayor preocupación por lo que ocurre en China que por lo que pasa en Grecia. Me explico. China ha seguido un modelo de crecimiento similar al que antes utilizaron Japón y Corea (del Sur, obviamente). El modelo consiste en invertir cantidades ingentes de recursos, para con ello crecer. La única forma de poder invertir esos montos es lograr que la población no consuma, para financiar con el resto de su ingreso la inversión. En Japón, eso pudo hacerse después de la terrible derrota en la II Guerra; en Corea, por simple autoritarismo (Park Chung-hee, 1960-1979; Chun Doo-hwan, 1979-1987). En China, el sistema totalitario ha hecho el trabajo desde 1980.

Puesto que se produce mucho, pero la población consume poco (para financiar la inversión), entonces hay que exportar todo lo que sobra, que es mucho. Japón y Corea son países relativamente pequeños, en comparación con China, que para este siglo ya distorsionaba todo el comercio mundial. Jalaba a media América Latina, y a buena parte de África, para obtener insumos, e inundaba Norteamérica y Europa de productos. Al igual que en Japón y Corea, el gran crecimiento ha hecho difícil mantener a la población con bajo consumo en China, y el gobierno de ese país estaba en camino de ir soltando la presión cuando vino la crisis de 2008-2009.

En esa crisis, China tuvo una caída en sus exportaciones similar a la de México (en porcentaje). A nosotros eso nos costó un ajuste de 10 por ciento del PIB (pasamos de crecer 4 a caer 6 por ciento). A China le costó la mitad, pasaron de crecer 14 a 9 por ciento. Pero no porque tuvieran más resistencia, sino porque el gobierno decidió regresar a la inversión inmensa. En 2009, el consumo de los chinos representaba 35 por ciento del PIB, la mitad de los mexicanos, y la cifra más pequeña reportada para un país no miserable en la historia.

Lo que China ha hecho es construir una inmensa burbuja de deuda para mantener su crecimiento. Las empresas (medio de gobierno, medio de compinches), contratan con los gobiernos locales para construir infraestructura, y consiguen un crédito de un banco (de gobierno). La infraestructura es espectacular, pero no se usa, de forma que no genera los flujos para pagar, que tienen que ser cubiertos por los gobiernos locales, o absorbidos por los bancos. En cualquier caso, el gobierno se va tragando las deudas, y los compinches se hacen absurdamente ricos. Es una versión de crony capitalism, pero en escala brutal.

En los meses previos a la crisis de 2008, el índice de la bolsa de Shanghai había subido de mil 500 a 6 mil puntos en menos de un año, pero la crisis la desinfló sin que nadie le hiciese mucho caso, porque la tragedia en Estados Unidos era más importante. Ahora, en el último año ha pasado de 2 mil a 5 mil puntos, y la semana pasada empezó a hundirse. Según Ana Swanson, en The Independent, este incremento equivale al 90 por ciento del PIB de China, o al 40 por ciento del valor de la bolsa de Nueva York. Es una burbuja en serio.

Aunque no necesariamente los derrumbes bursátiles tienen que reflejarse en el resto de la economía, tengo la impresión que aquí sí puede ocurrir algo, por la terrible opacidad del sistema financiero chino. Nadie sabe cómo funciona, quién debe, cuánto debe, cómo se cubre, y la destrucción de riqueza en los montos mencionados puede desatar el fin de la burbuja de deuda, es decir de infraestructura, es decir de crecimiento. No es que eso sea muy grave para los mercados financieros mundiales, pero sí va a transformar la imagen del futuro de la economía mundial que muchos tienen hoy.   FUENTE

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