No deja de asombrar la persistencia con que el destructor estadounidense Donald Cook aparece cerca de las costas rusas, desde el mar Negro hasta el Báltico, para que después sus mandos se quejen de la 'mala conducta' de los aviones rusos.
Pero la repetida presencia de la nave no sorprende a los expertos militares rusos, que detrás de las reiteradas quejas de los oficiales del buque por la 'mala conducta rusa' no ven más que una continuación de las políticas de la Guerra Fría de la OTAN.
En este sentido el USS Donald Cook simplemente estaría 'espiando' datos radiotécnicos sobre los avanzados sistemas de misiles antibuque rusos Bastión, sugiere el analista militar ruso Román Nesterenko en su artículo publicado en el portal Zjurnalístskaya Pravda.
Los buques de guerra de Estados Unidos han estado presentes cerca de las costas rusas desde los últimos 70 años, por lo que la aparición del Donald Cook (que está dotado con el avanzado sistema de defensa antiaéreo Aegis) no es nada extraordinario.
Igual que cualquier sofisticado sistema de armas, el Aegis tiene una serie de deficiencias; una de ellas es que no sería capaz de resistir un ataque de misiles antibuque soviéticos/rusos, especialmente los Onix y Yajon con los que está dotado el sistema de defensa costera Bastión. Estos sistemas han convertido al Negro y el Báltico en mares interiores rusos 'de facto', ya que ninguna nave militar de otro país podría evitar estos misiles en caso de un conflicto bélico.
Al parecer, además de apoyo 'moral' a los Estados de la región, el incansable Donald Cook, cuyo mando protesta constantemente por las acciones de los aviones rusos, está tratando de recopilar datos técnicos del sistema de defensa costera rusa y obtener información sobre el radar del Bastión.
Pero como siempre se encontró con los bombarderos Su-24, respetados veteranos de la Guerra Fría.
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