El Gobierno mexicano tenía mejores condiciones para renegociar el Tratado Comercial de América del Norte si lo hacía con Canadá para aminorar el peso de EEUU, analiza el Centro de Análisis Multidisciplinarios de la Universidad Nacional mexicana para Sputnik.
Mientras los equipos negociadores de México y Estados Unidos se vanaglorian del avance para ambos países que representa un "acuerdo binacional" entre ellos, en la renegociación del antiguo Tratado de Libre Comercio, desde el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM se plantearon a Sputnik algunos reparos.
"Esta forma de negociar por separado con cada país obedeció a los intereses del Gobierno estadounidense. México y Canadá iban de la mano, pero EEUU no iba a dejar que eso continuara. Eso ha sido siempre. EEUU no le va a entrar a una negociación donde ellos no dirijan, orienten, opinen y decidan", analizó el economista Luis Lozano Arredondo, investigador del CAM.
Por su parte, David Lozano Tovar, otro de los integrantes del Centro de Análisis agregó información sobre el contexto en que se tomó esta decisión: "Aunque había mucha precipitación por firmar el TLC con EEUU, haber dejado fuera a Canadá cuando siempre había estado haciendo dúo con México para la negociación, fue un error".
Lozano Tovar sostuvo en entrevista con Sputnik que este avance en el acuerdo binacional entre México y Estados Unidos en el proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte "va a tener sus costos y Canadá va a tomar sus medidas". "No tomo como algo bueno el silencio que guardó Canadá después de estos anuncios, porque eso les mete mucho más presión a ellos", analizó.
El economista señaló que no hay garantía de que Canadá acepte lo negociado en este acuerdo binacional ya que también puede terminar negociando su propio acuerdo binacional en otros términos, explicó. "Puede que Canadá saque mucho más provecho que haciéndolo junto con México", sostuvo.
Y por otra parte, esta decisión de negociar sin la tercera parte del TLCAN sienta un mal precedente para México frente a los otros bloques económicos como la Unión Europea o la Alianza del Pacífico. "México está negociando o intentando negociar con ventaja, no de manera conjunta. Este va a ser el primer gran error de la Administración que todavía no entra en funciones", aventuró.
Los principales puntos
Luis Lozano Arredondo señaló a Sputnik que aunque se hizo público el acuerdo, no se ha conocido más que la información dada por los equipos negociadores, sin tener acceso directo aún al texto del mismo. De todas formas, desde el CAM señalaron los principales puntos en cuanto a lo negociado:
Dentro del capítulo que tiene que ver con el rubro automotriz, el acuerdo binacional incluyó un aumento de 62 a 70% en el contenido de las autopartes hechas en América del Norte; y también se estableció que el 40% de la manufactura tiene que cubrirse con trabajo asalariado de al menos 16 dólares la hora.
"Esa es una política discriminatoria, ¿cómo es posible que se aumente el salario mínimo sólo a un sector de trabajadores cuando la población económicamente activa en México son 54 millones de trabajadores? Es mínimo el sector automotriz en comparación con el total de los trabajadores en México", analizó Lozano Arredondo.
Dijo que es una política discriminatoria que sólo un sector obtenga una mejora salarial, cuando la mayoría sobrevive con sueldos de hambre en el país cuyo salario mínimo son 88 pesos diarios (4,70 dólares).
"Con todo respeto de los de la industria automotriz, pero ¿y los demás? Es una política discriminatoria para la gran mayoría de los trabajadores mexicanos. Pienso que está muy mal", sostuvo el economista de la UNAM.
El segundo punto central es la consolidación de la Reforma Energética en el acuerdo binacional que "amarra e imposibilita hacer futuros ajustes a la Reforma", explicó Lozano Tovar. Señaló que las empresas estadounidenses quedan con mucha más ventaja a cómo estaba la primera versión del TLCAN (en el que no tenían tanta injerencia, pero fijaban pautas para la exportación e importación de hidrocarburos y gas natural) pero ahora tienen posibilidad de avanzar sobre la explotación del recurso energético de México, ya que la Reforma eliminó el monopolio en la extracción que tenía PEMEX, la empresa estatal.
"Es una privatización y una continuación de la misma política de Enrique Peña Nieto que implica la pérdida de la soberanía nacional en términos energéticos", explicó Lozano Arredondo, contrariando las lecturas oficiales que señalan que México ha "ganado en soberanía" en este caso.
"El mantenimiento de la Reforma Energética tal como lo hizo el Gobierno de Enrique Peña Nieto es seguramente, un acuerdo entre el nuevo Gobierno que entra y el que sale. Esta inclusión en el acuerdo binacional es el reconocimiento de ese pacto, por eso existen tan buenas relaciones entre ellos. Se está respetando todo lo que hizo el anterior. Entonces, ¿de cuáles cambios hablamos?", se preguntó el economista en cuanto a las perspectivas hacia el Gobierno que López Obrador encabezará a partir del 1 de diciembre.
La postura de AMLO
El economista David Lozano Tovar rechazó en entrevista con Sputnik las lecturas mediáticas que sostienen que existía premura por cerrar el acuerdo porque "aunque tiene implicaciones importantes, no se estaba jugando el todo o el nada de la actividad económica mexicana", dijo.
"Creo que tendrían que haberse esperado a ver qué sucedía en las elecciones de noviembre de EEUU, eso podría haber dejado a México con mejores condiciones". En cambio, se favoreció a la Administración Trump en la negociación siguiendo los plazos que convenían a su imagen de cara a las elecciones.
"Revisar el TLCAN era una de las propuestas que Trump había hecho en materia económica y decir que está cumpliendo esa promesa es su prioridad. Para México era más estratégico aguantar, que se congelara la conversación hasta que entrara la nueva Administración con las políticas que considere que haya que ajustar o continuar de acuerdo a sus términos. Y no lo hicieron así", dijo el investigador en Economía.
La administración de López Obrador envió a Jesús Seade Kuri como negociador de su Gobierno quien concurrió en papel de observador, pero tras el anuncio del acuerdo, asumió que participó de la negociación destrabando puntos y aconsejando, por ejemplo, en una nueva redacción de los capítulos que incluyen la Reforma Energética en el acuerdo binacional.
"Nosotros salimos perdiendo con temas que incluso van en contra de lo propuesto por López Obrador durante la campaña electoral. Pero aquí se siguió el viejo discurso de que si no mandas señales al capital, el capital no te quiere. México tenía un capital político que era el proceso de elecciones [en EEUU] y Trump ya había hecho mención de que se podían hacer algunas concesiones con tal de sacar el acuerdo. ¿Qué necesidad había de dejar de esta manera tan burda a Canadá afuera?", analizó Lozano Tovar.
Insistió que no hay garantías de que Canadá se sume a lo ya acordado entre México y Estados Unidos y que seguramente lo haga exigiendo mejores condiciones. Para estos dos investigadores y economistas del Centro de Análisis Multidisciplinarios, México perdió con el anunciado acuerdo binacional con Estados Unidos.
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