Los detalles del acuerdo tripartito de seguridad entre Australia, el Reino Unido y Estados Unidos (AUKUS), que supuso la anulación del contrato firmado por París y Cornwall para el suministro de submarinos por valor de decenas de miles de millones de euros, fueron discutidos y acordados durante la cumbre del G7 celebrada en junio, reveló el domingo el diario británico The Sunday Telegraph.
Según el informe, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, presente en la reunión, se mantuvo al margen de la preparación del acuerdo. Eso mientras que el entonces ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab (ahora ministro de Justicia), colaboró en la preparación del acuerdo a pesar de sus advertencias de que dicho acuerdo afectaría negativamente a las relaciones con Pekín y París.
A la cumbre, que tuvo lugar del 11 al 13 de junio, asistieron los líderes del Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá, Estados Unidos, Francia y Japón, así como, en calidad de invitados los líderes de Australia, India, Corea del Sur y Sudáfrica. Según el diario, todos los documentos sobre AUKUS posteriores a la cumbre fueron clasificados como “alto secreto”.
Es más, otro diario británico, The Guardian, informó el sábado que las conversaciones sobre el tema se habían desarrollado durante meses en completo secreto y añadió que, durante el G7 en Cornwall, ni siquiera se le insinuó a Macron que el Gobierno australiano se estaba preparando para cancelar el acuerdo bilateral sobre el suministro de submarinos para comprar en su lugar submarinos de propulsión nuclear estadounidenses.
En virtud del acuerdo, Australia planea construir ocho submarinos de propulsión nuclear y equipar sus fuerzas con misiles de crucero de fabricación estadounidense; esto hizo que Canberra anulara su contrato de defensa con Francia, por valor de más de 50 mil millones de euros, el mayor de su historia.
En respuesta, Francia retiró inmediatamente a sus embajadores de Estados Unidos y Australia, pero no del Reino Unido. Según el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves le Drian, París tomó esta decisión “conociendo la política de constante oportunismo de Londres”.
No obstante, Francia no es el único país que criticó tal acuerdo. En esta línea, el portavoz de la embajada de China en Washington (capital estadounidense), Liu Pengyu, aseveró que los países no deberían construir bloques de exclusión que busquen o dañen los intereses de terceros. A su juicio, tales Estados “deberían deshacerse de su mentalidad de guerra fría y sus prejuicios ideológicos”.
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