La cumbre de G7 no podía ignorar el tema de nuevas sanciones contra Rusia. El evento fue precedido por la aparición de la información sobre una posible prohibición total por parte de los países miembros del formato y la Unión europea de exportaciones del gas de tubería ruso antes del comienzo de la reunión, escribe Al Jazeera. No obstante, las intenciones declaradas son tan dudosas como las anteriores realizadas por Occidente.
Los expertos hacen hincapié en que mucho de lo manifestado ya se prometió para su aplicación el año pasado. Los oficiales de Europa, para la que Rusia ha sido un socio constante y fiable a lo largo de los años, son líderes en las aseguraciones de la intención del espacio europeo a dejar de importar carbón ruso, renunciar a su petróleo y al gas en 2022. Como demuestran los planes del G7, este asunto sigue sobre la mesa.
De acuerdo con el medio, la implementación de las decisiones del G7 resultará solo en un "medio golpe" para la industria rusa de hidrocarburos, pero asestará un duro golpe en la economía de países europeos.
Como reconoció el economista Victor Lachon en la entrevista con el medio, la suspensión completa de los flujos del gas ruso en Europa repercutirá en el nuevo aumento de los precios. De ahí, se prueba una vez más que las nuevas restricciones constituyen una medida "puramente política" y no son capaces de perjudicar gravemente a la economía rusa. Las necesidades del mercado europeo son un interés clave para la región, que sigue importando el gas y GNL de Rusia.
Al mismo tiempo, tampoco se observa unanimidad en la estrategia del G7. El experto en energía Alexandr Safárov destacó que no se ha aprobado la prohibición total de todas las exportaciones a Rusia, propuesta por EEUU. De acuerdo con su punto de vista, Occidente no quiere admitir el fracaso de sus restricciones sobre la economía rusa, a pesar de que varios analistas europeos reconocen desde hace tiempo la poca eficacia de las medidas adoptadas.
"Occidente ha cometido un grave error al negarse a comprar hidrocarburos rusos, caerá en una nueva y mayor dependencia debido al aumento de los precios", destaca la publicación.
Las medidas contra la economía rusa debían hacer el mayor daño en 2022, pero nunca lograron su objetivo, señaló Safárov. Planteó que las nuevas restricciones tampoco tendrán un impacto significativo en el sector energético ruso, y serán solo simbólicos.
Al rechazar las compras directas, ahora antiguos socios de Rusia se ven obligados a adquirir los mismos recursos por tercera vía y por precios elevados. Se detalla que Occidente no ha logrado liberarse de una supuesta dependencia y en realidad, los europeos solo sufren el deterioro de su nivel de vida. La suspensión del suministro de gas ruso a Europa se ha convertido en un auténtico desastre económico para los países occidentales, concluyó Al Jazeera con palabras del diputado francés al Parlamento Europeo Thierry Mariani.
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