El Gobierno francés inició una investigación contra un alto oficial militar, de quien sospecha entregó datos importantes a los servicios de inteligencia rusos.
“Puedo confirmar que ha comenzado la investigación del tribunal contra un oficial de alto rango bajo la sospecha de que entregó [información clasificada] o infligió daños a la seguridad. Se inició el correspondiente procedimiento en su contra, ya que el Ministerio de las Fuerzas Armadas empezó los controles por parte de la Fiscalía”, ha afirmado este domingo la ministra francesa de Defensa, Florence Parly, en una entrevista concedida a la cadena radial Europe-1.
Cuando se le ha preguntado acerca de los informes que existen sobre un presunto caso de espionaje para Rusia, la titular gala ha respondido que el Ejército francés ha tomado “las medidas de protección necesarias” después de las infracciones, enfatizando que “solo el sistema judicial puede confirmar” los motivos de las acciones del oficial en cuestión y dictaminar si se ha cometido o no un delito.
Por tanto, ha aseverado, lo que ahora importa es que el sistema judicial “realice su trabajo en conformidad con el principio de que se mantenga en secreto la investigación”.
Parly también ha indicado que Francia está realizando una importante inversión en actividades militares en el espacio, en particular tras el incidente de 2018, en el que un satélite ruso se acercó a uno francés en un aparente esfuerzo por escuchar a escondidas las comunicaciones militares.
Pese a que el Ministerio francés de Defensa no ha proporcionado ningún tipo de información acerca del oficial implicado, la mencionada cadena de radio ha dado a conocer que sirvió en una base de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Italia y está acusado de traición por pasar información “ultrasensible” a los servicios secretos rusos.
Asimismo, la Fiscalía de París, que está a cargo del caso, declinó pronunciarse al respecto y la Alianza Atlántica tampoco ha respondido a las solicitudes de información.
Estos hechos tienen lugar después de que, en las últimas semanas, Rusia y los países europeos expulsaran repetidamente a los diplomáticos de sus respectivas delegaciones bajo imputaciones de espionaje.
En este sentido, la Cancillería de Rusia declaró el viernes persona non grata a un alto funcionario de la embajada noruega en Moscú (capital rusa) y anunció su expulsión en represalia por un gesto “de enemistad” de las autoridades de Oslo, que, a principios de agosto, ordenaron la salida de su suelo a un miembro de la misión rusa por supuesto espionaje.
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