Un alto líder de las milicias apoyadas por EE.UU. ha muerto en un ataque en el este de Siria, en medio del rechazo público contra la presencia estadounidense.
Conforme ha reportado la agencia siria oficial de noticias, SANA, uno de los cabecillas más destacados de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) ha muerto este sábado por los disparos de hombres desconocidos en la localidad de Al-Jazira, en la provincia suroriental de Deir Ezzor.
El medio sirio, además, ha reportado un ataque similar contra un cuartel general de las FDS en la aldea de Al-Sarayiya, cerca de la ciudad de Al-Shadadi, en el sur de la provincia de Al-Hasaka (noreste), donde al menos cuatro militantes de esta milicia han muerto a manos de un grupo de hombres armados.
Hasta el momento, ningún grupo o individuo ha reivindicado oficialmente la autoría de los ataques, pero la fuente, no obstante, ha destacado que estos atentados se realizan días después de que las fuerzas de las FDS llevaran a cabo una campaña de redadas en Deir Ezzor y secuestraran a varios civiles en un intento para controlar las protestas a favor de la salida de las fuerzas de ocupación estadounidenses de la región.
Los residentes de las provincias sirias de Al-Hasaka y Deir Ezzor, entre otras regiones, han denunciado en reiteradas ocasiones los continuos ataques y arrestos que realizan los aliados de EE.UU. y la inestabilidad que crean, pues han afectado negativamente en sus negocios y medios de subsistencia.
En este contexto, los líderes de las tribus árabes del país levantino han pedido al Gobierno sirio que forme “un ejército tribal” para hacer frente a la presencia de las tropas “ocupantes” de EE.UU. y a sus adláteres en suelo sirio.
Pese a todo lo expuesto, Washington sigue respaldando a estos milicianos y les envía constantemente convoyes militares, equipados con suministros bélicos y logísticos, con el pretexto de luchar contra el grupo terrorista Daesh.
Damasco denuncia el despliegue militar de EE.UU. en su suelo y asegura que el Ejército sirio expulsará a todas las tropas ocupantes, incluidas las estadounidenses. También acusa a las FDS y a las fuerzas estadounidenses de haber cometido todo tipo de crímenes contra el pueblo sirio en las provincias de Al-Hasaka, Al-Raqa, Deir Ezzor y Alepo.
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