El presidente de Turquía asegura que la Armada turca no retrocederá mientras Grecia siembre el caos en el este del mar Mediterráneo.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó el lunes a Grecia de “poner en peligro la seguridad” de los barcos en la región y aseguró que Atenas no tenía derecho a transmitir avisos meteorológicos y de navegación marítima, conocidos como Navtex, en áreas reclamadas por Ankara.
“Grecia ha declarado su propio Navtex ilegalmente y de manera estropeada (...) Con este enfoque, Grecia se mete en un caos del que no podrá salir. Será el único país responsable de cualquier desgracia que pueda pasar y también será el único perjudicado”, amenazó Erdogan.
Turquía ha declarado que realizará este martes maniobras militares a unos 100 kilómetros al sur de Creta después de que Grecia anunciara los ejercicios entre el martes y el jueves al sureste de la misma isla, en medio de la creciente tensión entre los dos países, que se disputan las aguas del Mediterráneo oriental para la prospección de hidrocarburos.
La prensa turca ha interpretado el aviso de su país como “una respuesta a Grecia”. El Ministerio de Defensa turco consideró los ejercicios militares planeados por Grecia como “no acorde a las buenas relaciones entre vecinos ni a las normas marítimas”, y advirtió de que su ejecución “incrementaría la tensión”.
Las tensiones en el Mediterráneo se han intensificado después de que Ankara enviara el 10 de agosto su buque de inspección ‘Oruc Reis’ escoltado por buques de guerra, para realizar una exploración sísmica en un área sobre la que Grecia y Turquía reclaman soberanía y jurisdicción.
Atenas sostiene que las actividades turcas se llevan a cabo en un área que se superpone a la plataforma continental griega y “socavan la paz y la seguridad en la región”. Ante tal situación, fragatas griegas fueron enviadas para seguir al Oruc Reis y, los buques de guerra de ambos países se vieron involucrados en una leve colisión.
Además, las tensiones se han intensificado después de que Francia anunciara, como una advertencia a Turquía, que enviará el destructor Lafayette y dos cazas Rafale al este del Mediterráneo. Francia señaló que el motivo de tal medida era aumentar su presencia militar en la región mientras que denunció “las decisiones unilaterales de Turquía” acerca de la exploración petrolera.
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