14 de abril 2012 | 06:22
Por Lajos Szászdi
La República Argentina necesita una robusta modernización de su poderío aéreo defensivo, centrada en una fuerza superior de cazas de combate. Antes que nada, debe aclararse que la defensa de la soberanía nacional no es algo barato pues requiere de inversiones considerables de los fondos del Estado. Por ejemplo, España no invirtió lo que necesitaba para defender sus provincias y territorios insulares ultramarinos en el último cuarto del siglo XIX, particularmente con respecto a su marina de guerra, y terminó perdiéndolos militarmente en 1898 y de forma desastrosa ante los EE. UU. (Cuba, Puerto Rico, las Islas Filipinas y Guam) y también ante Alemania en 1885 y 1899 (Islas Marshall, Marianas, Carolinas y Palau en el Océano Pacífico), siendo en este último caso por negociación y venta tras presiones navales alemanas.
Segundo, las guerras convencionales se deciden por el poderío aéreo, como se vio en Libia el año pasado y en la Guerra de las Malvinas de 1982, conflicto este en donde la aviación argentina de la FAA y la Armada jugó el papel más efectivo de las fuerzas argentinas envueltas en la contienda.
Tercero, una poderosa y moderna fuerza de aviones caza polivalentes es una garantía para defender la soberanía nacional siguiendo el concepto estratégico de la 'flota existente' ('fleet-in-being'), postulado a finales del siglo XVII por los ingleses con referencia a su armada. El concepto de 'flota existente' se podría aplicar hoy para referirse a una moderna flota aérea de combate argentina cuya existencia forzaría a una potencia extranjera a reconsiderar acciones que, de violar la soberanía de Argentina, podrían provocar una respuesta militar que le resultase muy costosa al agresor.
Para empezar, hay que cuestionar el concepto de que "la Argentina no tiene hipótesis de conflicto", que significa básicamente que la Argentina no tiene posibilidad de entrar en una guerra por no tener enemigos o razones que lleven a ello. Realmente este concepto ignora la posibilidad de nuevas violaciones de la soberanía argentina en el Atlántico Sur y en el territorio antártico que reclama, siendo por ello sorprendente tras la guerra de 1982. En este sentido, cabe recordar que la neutral España no tuvo hipótesis de conflicto al empezar 1885 ante Alemania ni al comenzar 1896 ante EE. UU., no estando por ello preparada para una guerra naval cuando sobrevino en 1898. Aunque el Gobierno argentino ha anunciado el aumento progresivo de los gastos de defensa, estos no parecen incluir la modernización de su parque de cazas de combate.
Mapa del territorio antártico y los mares circundantes:La República Argentina necesita una robusta modernización de su poderío aéreo defensivo, centrada en una fuerza superior de cazas de combate. Antes que nada, debe aclararse que la defensa de la soberanía nacional no es algo barato pues requiere de inversiones considerables de los fondos del Estado. Por ejemplo, España no invirtió lo que necesitaba para defender sus provincias y territorios insulares ultramarinos en el último cuarto del siglo XIX, particularmente con respecto a su marina de guerra, y terminó perdiéndolos militarmente en 1898 y de forma desastrosa ante los EE. UU. (Cuba, Puerto Rico, las Islas Filipinas y Guam) y también ante Alemania en 1885 y 1899 (Islas Marshall, Marianas, Carolinas y Palau en el Océano Pacífico), siendo en este último caso por negociación y venta tras presiones navales alemanas.
Segundo, las guerras convencionales se deciden por el poderío aéreo, como se vio en Libia el año pasado y en la Guerra de las Malvinas de 1982, conflicto este en donde la aviación argentina de la FAA y la Armada jugó el papel más efectivo de las fuerzas argentinas envueltas en la contienda.
Tercero, una poderosa y moderna fuerza de aviones caza polivalentes es una garantía para defender la soberanía nacional siguiendo el concepto estratégico de la 'flota existente' ('fleet-in-being'), postulado a finales del siglo XVII por los ingleses con referencia a su armada. El concepto de 'flota existente' se podría aplicar hoy para referirse a una moderna flota aérea de combate argentina cuya existencia forzaría a una potencia extranjera a reconsiderar acciones que, de violar la soberanía de Argentina, podrían provocar una respuesta militar que le resultase muy costosa al agresor.
Para empezar, hay que cuestionar el concepto de que "la Argentina no tiene hipótesis de conflicto", que significa básicamente que la Argentina no tiene posibilidad de entrar en una guerra por no tener enemigos o razones que lleven a ello. Realmente este concepto ignora la posibilidad de nuevas violaciones de la soberanía argentina en el Atlántico Sur y en el territorio antártico que reclama, siendo por ello sorprendente tras la guerra de 1982. En este sentido, cabe recordar que la neutral España no tuvo hipótesis de conflicto al empezar 1885 ante Alemania ni al comenzar 1896 ante EE. UU., no estando por ello preparada para una guerra naval cuando sobrevino en 1898. Aunque el Gobierno argentino ha anunciado el aumento progresivo de los gastos de defensa, estos no parecen incluir la modernización de su parque de cazas de combate.
Debe recordarse que los ingleses continuarán con sus planes de explorar y explotar yacimientos de hidrocarburos y bancos de pesca que se hallen en aguas malvinenses en flagrante violación de los derechos argentinos. No debe olvidarse tampoco que el Reino Unido tiene reclamos territoriales sobre vastas extensiones de la Antártida y fondos marinos antárticos a costa de los territorios reclamados por la Argentina. Además, los ingleses mantienen fuerzas aéreas y navales en las Islas Malvinas que aunque limitadas en número –4 cazas Eurofighter Typhoon, 1 avión de reaprovisionamiento aéreo de combustible VC-10K3/4 y el destructor de misiles teledirigidos HMS Dauntless– poseen el poder para amenazar a los intereses de navegación por mar y aire argentinos.
Se propone que la FAA adquiera unos 24 aviones caza rusos Sukhoi Su-35S de la llamada IV ++ Generación, que incorpora tecnologías de cazas de V Generación caracterizados estos por ser de baja reflexión de radar. El propósito sería sustituir a la colección de unos 30 cazas Mirage franceses y derivados israelíes de III Generación que posee la FAA, habiéndose ordenados los primeros hace 42 años. Se recomienda así que no se adquieran cazas de países europeos que podrían proporcionar a otro miembro de la Unión Europea los datos técnicos del funcionamiento de sus sistemas como los de radar, guerra electrónica y armamento, como ocurrió durante la Guerra de las Malvinas en el caso de Francia, que le suministró al Reino Unido toda la información sobre los aviones de combate y armamento de misiles que le había vendido a Argentina.
De acuerdo a la empresa Sukhoi, el caza Su-35S, construido con materiales absorbentes de ondas de radar, supera a los cazas europeos de IV + Generación Rafale de Francia y al Eurofighter Typhoon utilizado por la RAF británica, superando también al caza JAS-39 Gripen de Suecia y al chino J-10. Incluso la compañía rusa augura que el Su-35S superará al avión caza estadounidense de V Generación F-35, el cual también entrará en servicio en países europeos como Holanda, Italia, Noruega y el Reino Unido. El poderoso radar de fase pasivo Irbis-E del Su-35S podrá detectar a blancos aéreos del tamaño de un caza a una distancia de hasta 400 km, pudiendo seguir simultáneamente a 30 objetivos aéreos y enfrentar a la vez hasta a 8 aviones enemigos, pudiendo además disparar simultáneamente misiles aire-aire contra 4 blancos aéreos a una distancia de 300 km. En este sentido y armado con misiles aire-aire de largo alcance R-37M, el Su-35S podría enfrentar a blancos enemigos a distancias de 300 y 400 km.
Además, el sistema de toberas de empuje vectorial de los dos motores del caza ruso le proporciona supermaniobrabilidad en el combate de corto alcance, dándole una ventaja táctica que los cazas occidentales mencionados no tienen. La velocidad máxima del Su-35S es de Mach 2.25 a altura, teniendo una autonomía de vuelo de 3.600 km con máxima capacidad interna de combustible y de hasta 6.300 km con reaprovisionamiento aéreo. En estas características el Su-35S también supera a los cazas de la competencia ya nombrados. El alcance máximo con combustible interno del Su-35S le permitiría operar sobre la parte septentrional de la Península Antártica y con reaprovisionamiento aéreo conducir patrullas sobre el Mar de Weddell y el Mar del Scotia.
En defensa de su soberanía marítima, el caza Su-35S podría ir armado con hasta 3 misiles antinavío rusos Yajont-M, con un alcance máximo de unos 290 km a gran altura y de 120 km a baja altura, y con una velocidad de crucero gracias a su motor ramjet de Mach 2.6 a 15.000 metros de altura y de Mach 2.0 a una altura de 5 a 10 metros sobre el agua. Con estas características de vuelo el Yajont-M, con una ojiva explosiva de 300 kg, supera al afamado misil francés AM-39 Exocet, con una ojiva de 165 kg. Eso sí, el precio del Su-35S no es barato, costando unos 65 millones de dólares por unidad, y si se adquiere con un avanzado sistema ruso de plasma frío que absorbe las ondas del radar enemigo, haciendo al caza invisible al radar, podría quizás costar hasta unos 83 millones de dólares por avión. Con todo, la defensa de la soberanía lo merece pues en este sentido lo barato sale caro.
Artículo completo en: http://actualidad.rt.com/mas/blogs/dr_lajos_szaszdi/blog_38721.html?rc=1
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