© Ilustración: La Voz de Rusia
Estas
fotos nos permiten llegar a una serie de conclusiones con relación a la
probable evolución, posiblemente en un futuro no lejano, de la doctrina
militar china y la doctrina de la utilización de su armamento nuclear.
Las fotos, reproducidas en el conocido blog The Aviationist,
muestran un modelo de avión de ataque que recuerda en algunos aspectos a
un caza de quinta generación, de mayores dimensiones. Periódicamente
han sido publicados datos parciales acerca de los trabajos que se
desarrollan en China en el marco del proyecto de bombardero de largo
alcance semi invisible, estas fotografías son las de mejor calidad y las
más elocuentes, aunque no se debe descartar por completo algún tipo de
falsificación.
Si
China realmente está trabajando en la creación de un bombardero de
largo alcance, entonces será el tercer país luego de EEUU y Rusia, en
realizar semejante proyecto. El costo financiero y las complicaciones
técnicas de su ejecución prometen ser colosales, particularmente si se
tiene en cuenta que, a diferencia de EEUU y Rusia, China no cuenta con
experiencia alguna en ésta especialidad. De hecho, si China quiere
llegar con este programa hasta la etapa de producción en serie, deberá
gastar más recursos que los destinados a sendos programas de desarrollo
de cazas de quinta generación, o por ejemplo, que lo destinado a todo el
programa espacial.
El
único bombardero estratégico semi invisible que ha sido llevado hasta
la etapa de producción en serie ha sido en B–2 Spirit, norteamericano.
El costo unitario de cada bombardero con su conjunto de equipos y piezas
de repuesto ascendía, en los años noventa, a novecientos millones de
dólares EEUU. El costo total del diseño y producción de todos los
aviones alcanzó los cuarenta y cinco mil millones de dólares.
El
proyecto chino, a juzgar por las fotos, podría ser aún más ambicioso
que el B–2 no supersónico, elaborado en los años ochentas. El avión
chino, probablemente, podrá poseer una velocidad crucero supersónica. Si
el programa ha superado los marcos del diseño de proyecto y ha sido
tomada la decisión de su ejecución, estaríamos hablando de un paso
político de enorme importancia, que involucraría una distribución
considerable de recursos en los marcos del presupuesto militar.
En
el momento actual China cuenta con los bombarderos H–6K, capaces de
golpear con sus misiles estratégicos hasta los límites de la segunda
cadena de islas. Estos aviones ya pueden ser considerados un real
instrumento de disuasión en los marcos de la región Asia-Pacífico. China
ha llevado hasta la etapa de vuelos de prueba dos modelos de cazas de
quinta generación (J–20, J–31), uno de los cuales (J-20), según la
valoración de muchos especialistas, es una máquina de ataque
contundente, poseedora de un notable alcance y poca visibilidad.
Lo
cierto es que todos estos aparatos no pueden considerarse medios de
disuasión nuclear, ya que los mismos no pueden alcanzar el territorio de
los EEUU. Lo mismo que en otros países, en China el primer portador del
arma nuclear fue la aviación; pero con la aparición de los misiles
balísticos de alcance medio, disminuyó notablemente el papel de los
vulnerables bombarderos H-6 y Tu-4 con bombas nucleares de caída libre.
Un
programa tan caro podría justificarse si China deseara elevar
nuevamente el papel de la aviación de bombardeo en su trío nuclear. En
períodos de amenaza de guerra los bombarderos podrían llevar a cabo un
patrullaje constante en el aire. En regiones asignadas con antelación y
con armas nucleares a bordo, manteniéndose invulnerables para el
contrario. A diferencia de los misiles balísticos, la misión de guerra
de un bombardero puede ser detenida. Como resultado, durante la
aparición de datos del sistema de advertencia sobre ataque misilístico,
que signifique un ataque nuclear, a la dirección del país le es mucho
más factible dar la orden de vuelo a los bombarderos, que aprobar el
lanzamiento de los misiles. En general la presencia de los bombarderos
disminuye adicionalmente la amenaza de un ataque con el objetivo de
desarmar por parte del contrario.
Otra
importante característica del bombardero es que, a diferencia de los
misiles balísticos, puede usarse para transportar no solamente armas
nucleares sino también convencionales.
La
presencia de planes de utilización de la aviación también servirá para
atestiguar sobre la previsible ampliación de los marcos de utilización
del ejército chino mucho más allá de los límites de la región
Asia-Pacífico. La versión nuclear del destino del nuevo avión es la más
probable. Pero, si además de probable, resulta la más adecuada,
podríamos esperar un rápido crecimiento ulterior del número de ojivas
nucleares chinas. La época en que el arsenal chino fue el menor de todos
los Estados nucleares “oficiales”, quedará en el pasado,
definitivamente.
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