Traducido del ruso por Íñigo Aguirre / Amigos de la RP de Donetsk / Fuente: PCFR
La mañana del 8 de octubre todos los medios recogían la noticia de que el primer ministro de la República Popular de Donetsk, Alexánder Zajárchenko había firmado su renuncia al cargo. En la entrevista Zajárchenko explicaba que era un paso al que se había visto obligado a raíz de los acuerdos de Minsk. En palabras del primer ministro, tarde o temprano le obligarán a aceptar unas condiciones, que serán desfavorables para los habitantes de la república y a él le tocaría traicionar a su gente, a aquellos que confían en él. La dimisión, en opinión del primer ministro ayudaría a evitar esa traición.
“Esperaban de nosotros que firmásemos esa línea, tras la cual, tuviésemos que devolver lo que se había ganado. Yo me negué a firmar eso. Eso sería una traición para las personas que viven allí y para aquellos que lo han conquistado durante los combates. Acabo de firmar mi renuncia, estás sentado junto a un hombre que dentro de dos horas y media puede no ser ya el primer ministro. Y tú eres el único periodista que lo sabe”, dijo Zajárchenko, dirigiéndose a la periodista de “Russkii Reportior”.
Pasadas unas horas, intentaron tapar el escándalo. “Posiblemente ha habido un malentendido entre el primer ministro y la periodista. Alexánder Zajárchenko no abandona su cargo”, declaraban a “gazeta.ru” en el servicio de prensa “Novorossia”.
Por su parte el viceprimer ministro de la RPD, Andrei Purguin, anunciaba a RIA Novosti que Zajárchenko seguía siendo la figura principal en la república y que no había presentado la dimisión.
En la rueda de prensa convocada a toda prisa a las 19 horas, Alexánder Zajárchenko pronunció una frase, cuya construcción ya de por sí, deja entrever que como mínimo la intención de dimitir sí que había existido:“La información no se corresponde totalmente con la realidad”.
Está claro que han estado presionando sobre el primer ministro de la RPD, y lo siguen haciendo, para obligarle a firmar una declaración que él mismo considera desventajosa e incluso una traición para la república.
¿Qué hay detrás de la declaración de Zajárchenko, se puede hablar de que han “dejado tirada” a Novorossia, es una cuestión de tiempo?
-En el Kremlin no hay una política unánime con respecto a Novorossia, considera el miembro del Comité de la Duma para temas de Defensa, Viacheslav Titiokin. Se enfrentan como mínimo dos fuerzas. La primera la componen los liberales prooccidentales, quienes componen ahora el boque económico del gobierno. El segundo grupo lo conforman los patriotas, estadistas, que se concentran en los ministerios de seguridad y defensa.
Los proocidentales insisten en que continuar apoyando a Novorossia acarrearía nuevas sanciones y provocaría problemas en la economía. Nos asustan diciendo que nos vamos a ver políticamente aislados por completo. Pero eso no es así. En realidad la mayoría de los países respaldan el que Rusia haya lanzado un desafío a la hegemonía mundial de occidente.
Por su parte, los patriotas dentro del gobierno están totalmente en lo cierto al afirmar que en el Donbass Rusia no hace otra cosa que defender sus intereses vitales. Además estamos defendiendo a nuestros compatriotas, a los rusos, contra los que se está cometiendo un genocidio manifiesto. Los están matando a manos de los ucranianos, pero es occidente quien está detrás.
La pérdida de Novorossia en las actuales circunstancias políticas causaría un daño enorme a nuestros intereses geopolíticos, a la imagen de Rusia en todo el mundo. Toda la gente con un mínimo de sentido común entiende que renunciando a Novorossia, Rusia estaría cometiendo un acto de traición y haciendo el juego a occidente.
Últimamente tengo la impresión de que los liberales proocidentales en el gobierno estarían logrando ventaja. Eso también se puede ver por las “sanciones económicas internas”. En concreto por la escandalosas subida de tipos del Banco Central.
Pero debemos tener presente que el objetivo de occidente no es tanto aplastar Novorossia, sino asediar a Rusia. En concreto hacer que Crimea retorne a Ucrania.
¿Hasta qué punto es probable que la línea de los liberales prooccidentales en el gobierno ruso, en relación con Novorossia, se acabe imponiendo?
-Los intentos por reducir a la nada, por dejar tirada la protesta popular en Novorossia, se están dando desde el inicio mismo. Ya decía Igor Strelkov, quien con un pequeño grupo de valientes organizó la defensa de Slaviansk, que sin la ayuda de Rusia no podrían resistir. Y entonces, hace unos meses se dejaban sentir claramente los intentos de todas esas fuerzas pseudoliberales proocidentales, por cortar esa ayuda, por establecer un telón de acero en la frontera, para que ni los voluntarios, ni la ayuda técnica y militar, pudiesen llegar al Donbass.
Esa lucha se está produciendo con un éxito cambiante. Si los proocidentales estuviesen ganando siempre, Novorossia no tendría ahora un ejército plenamente combativo como el que dispone. La ayuda material sigue llegando al Donbass, por eso podemos observar una situación bastante ambigua.
Las declaraciones de Zajárchenko, si realmente tuvieron lugar, representan el lanzamiento de una bengala de atención. Está dejando ver que las presiones de traicionar Novorossia se están intensificando. Representa a su modo, un paso valiente. No es un acto de desesperación, sino de resistencia. Estoy convencido de que Zajárchenko no abandonará la lucha y seguirá siendo uno de los líderes de Novorossia.
Como es sabido, muchos líderes de la milicia ya se han manifestado en términos negativos sobre los acuerdos de Minsk, y en general no están satisfechos con la ayuda a medias que llega de Rusia. Si las declaraciones, semejantes a las que hizo Zajárchenko continúan, podría eso derivar en que Moscú terminase por renunciar a seguir apoyando a Novorossia? Empiezan a llegar informaciones de que los voluntarios de Rusia empiezan a encontrar dificultades para entrar en el Donbass y de que incluso está habiendo problemas con el envío de la equipación militar de invierno para los milicianos.
-El apoyo de Rusia es vital para Novorossia. Pero al pueblo que habita Novorossia tampoco le vas a obligar ahora a dar marcha atrás. Ninguna ayuda de Rusia hubiese servido para que Novorossia resistiese, si no hubiese detrás una resistencia popular auténtica ante los ocupantes. Como resultado las unidades dispersas de milicianos terminaron por aprender a coordinar sus acciones e infringir serias derrotas al ejército regular. El hecho de que el pueblo supiese organizarse y ofrecer resistencia en las actuales circunstancias históricas, es ya de por sí un acontecimiento histórico colosal. A pesar de todos los esfuerzos empleados por las fuerzas prooccidentales en Rusia, el pueblo del Donbass, ha sabido, como se suele decir, mantenerse en sus trece. Una vez más, ha quedado demostrado que el pueblo no es objeto, sino sujeto de la política. Y esa lucha que se está librando, pese a una tregua nada favorable para Novorossia, viene a demostrar que el pueblo se mantiene firme en su decisión.
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