Artículo escrito por F. William Engdahl en New Eastern Outlook
A los niveles más altos ha quedado claro que el régimen chino de Xi Jinping y su primer ministro, Li Keqiang, quien también es jefe del Consejo de Estado, han decidido convertir a China en un líder mundial en el controvertido campo de los OGM (organismos genéticamente manipulados) y de los pesticidas y herbicidas altamente tóxicos para los humanos.
Esto quedó claro en noviembre, cuando la corporación estatal china ChemChina anunció que estaba tratando de comprar al gigante farmacéutico anglo-suizo, Syngenta.
Para muchos, esta maniobra de China, un país que muchos considerarían una oposición frontal a las políticas de occidente, ha resultado ser una gran decepción.
En noviembre, China National Chemical Corporation (ChemChina) hizo un intento fallido de comprar el gigante Syngenta, el mayor productor mundial de plaguicidas y herbicidas químicos, que controla el 19% por ciento del mercado mundial. Syngenta es también uno de los cuatro mayores titulares de patentes de semillas OGM del mundo, junto con Monsanto, DuPont y Dow, los conocidos como los “cuatro jinetes del apocalipsis OGM”.
Este intento se produjo después del intento de adquisición de Syngenta por parte de Monsanto, que la empresa suiza rechazó a principios de 2015. El 18 de diciembre, ChemChina reveló su determinación cuando hizo una segunda oferta aún más grande para apoderarse de Syngenta y de todas sus patentes de OGM y pesticidas. La nueva oferta, que tiene un valor estimado de 44.000 millones de dólares, sería la mayor adquisición empresarial de la historia de China.
Xi Jinping, durante un discurso del año pasado, hecho público en mayo de 2015, ya declaró que China debe “audazmente entregarse a la investigación e innovación, y dominar las técnicas de modificación genéticas”
Xi Jinping
Lo cierto es que cuando los chinos se centran en dominar un mercado mundial, ya sea el textil, el de la electrónica, o ahora el de los alimentos y pesticidas OMG, uno debe tomarlos muy en serio.
Xi en ese mismo discurso, llegó a decir, “No podemos permitir que las empresas extranjeras dominen el mercado de los OGM”. El plan es claramente utilizar enormes recursos financieros de China para comprar la competencia extranjera, como en el caso de Syngenta.
Este año, el gobierno chino dio a conocer un documento de política agrícola en el que el gobierno pidió más investigaciones en el campo de los OMG. El Ministerio de Agricultura inició una campaña de propaganda pro-OGM en septiembre de 2014.
La compañía con sede en Beijing, Origen Agritech, ha desarrollado semillas transgénicas de maíz, y otras empresas chinas están trabajando en nuevas variedades de arroz OGM.
“La biotecnología es nuestra inversión para el futuro”, dice el presidente de Origen Agritech, Han Gengchen. Se espera que el gobierno permitirá la siembra de maíz transgénico en tres años. La agencia oficial de noticias Xinhua, el 4 de febrero, escribió: “la tecnología de los OGM ha sido considerada como una forma eficaz de aumentar los rendimientos en tierras marginales”
La afirmación de que las semillas transgénicas y sus herbicidas químicos asociados, como el Roundup de Monsanto, alguna vez mejorarán el rendimiento de los cultivos en los “suelos marginales” es peor que un error. Refleja la ignorancia total sobre los miles de documentos y otras experiencias relacionadas con la plantación de OGM, que documentan una disminución del rendimiento y un aumento inevitable de los productos químicos necesarios requeridos para el control de malezas y plagas. O quizás, lo que refleja son unos planes mucho más inmorales.
Las acciones emprendidas por los líderes chinos sobre esta cuestión vital para el futuro de la seguridad alimentaria en todo el planeta, no se deben a una ignorancia sobre los problemas de los proyectos OGM.
Alrededor de la misma época en que ChemChina lanzó su oferta de adquisición de Syngenta, el gobierno chino prohibió uno de los medios independientes contrarios a los productos agrícolas OGM, más famoso del mundo: Sustainable Pulse
Aunque más tarde se informó de que se había levantado la prohibición contra dicho medio, lo que quedó claro es que los funcionarios de Beijing son muy conscientes de los problemas y polémicas que rodean a los OGM. Desde hace más de veinte años desde que los EE.UU. comercializaron por primera vez los cultivos transgénicos, China ha bloqueado el desarrollo de los OGM en China.
El propio autor original de este artículo, F. William Engdahl, fue invitado en 2009 para realizar una serie de conferencias y reuniones de China en conjunción con el lanzamiento de su libro en chino, titulado “Las Semillas de Destrucción: La Agenda Oculta de la manipulación genética”. Los principales medios chinos dieron cobertura a sus conclusiones críticas. El libro se convirtió en el número dos en China, entre los libros de no ficción más vendidos del año. Los activistas contra los OGM chinos han hecho campaña ampliamente y de forma visible sobre los peligros para China y para el mundo de los OGM. Por esa razón, resulta tan sorprendente y decepcionante la decisión del gobierno de XI.
F. William Engdahl
Es especialmente lamentable que China dé este paso tan negativo, justo cuando el mundo empieza a despertar ante la amenaza que representan los productos OGM y los pesticidas tóxicos asociados a ellos, como el Glifosato.
Sin ir más lejos, el pasado mes de septiembre, el gobierno de Rusia anunció que había aprobado la prohibición total de la siembra de cualquier cultivo de OGM en Rusia. El presidente Putin ofreció un discurso en el que dijo que la prohibición de los OGM permitirá que Rusia se convierta en el exportador mundial más importante de alimentos sanos y naturales.
Hablamos de ello en el artículo: LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA DE RUSIA QUE PUEDE SALVAR EL MUNDO
Y este año, dos tercios de los estados de la UE, entre ellos Alemania y Francia, han optado por una prohibición de la siembra de productos OGM.
Por esa razón, la decisión de China ha representado un impacto para todos los que creen que China, junto con Rusia, representan un contrapeso contra el poder de EEUU y sus políticas de dominación mundial, entre las que se incluye el control de la agricultura a través de los OGM.
F. William Engdahl es consultor de riesgo estratégico y conferenciante, licenciado en la política de la Universidad de Princeton.
¿Alguien es capaz de imaginar las consecuencias que puede tener para el mundo que China se convierta en un gigante de los productos genéticamente modificados?
Si el mundo estaba en grave peligro por culpa de la política impulsada por las grandes empresas de la agrotecnología occidentales, especialmente las norteamericanas, la entrada del gigante Chino en el sector puede representar un golpe demoledor para todos.
Si alguien duda del terrible daño que China puede causarle al planeta, solo tiene que mirar cómo trata a sus propios habitantes y a su propio entorno ecológico: como contaminan sus ríos, sus mares, como contaminan su aire hasta convertirlo en irrespirable y como construyen ciudades fantasma enteras enmedio de ninguna parte, dominados por la especulación desmedida.
Pensar que los Chinos, con sus bajos niveles de respeto por el medio ambiente y por el bienestar de las personas (empezando por su propia población), pueden inundar el mundo de productos OGM, hace temblar al más valiente.
Comentario aparte merece el sentimiento de decepción que muestra F. William Engdahl con las autoridades chinas en su artículo.
A estas alturas, aún parece mentira que haya gente que se pueda creer realmente que China es un contrapeso contra la política norteamericana y que por esa razón debe ser defendida.
China es el gran experimento social para implantar el nuevo orden mundial; China es el sueño húmedo de las élites hecho realidad, la encarnación en forma de régimen de lo que desean para todo el mundo.
China es y será uno de los vehículos principales que estas élites utilizarán para dominar el mundo por completo y establecer los nuevos modelos de neo-feudalismo planetario.
Y el futuro traerá muchas más decepciones a personas como F. William Engdahl, que no podrán creer lo que ven sus ojos, a medida que vaya cayendo el velo y empiece a mostrarse la auténtica cara de aquellos que parecen ser “los opositores”…
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