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martes, 24 de mayo de 2016

LA NUEVA ESTRATEGIA NORTEAMERICANA DE ZBIGNIEW BRZEZINSKI HACIA RUSIA Y CHINA



El famoso politólogo estadounidense Zbigniew Brzezinski, una vez más asusta a la humanidad al decir que con "el fin del papel global de Estados Unidos... lo más probable será el caos mundial". Para evitar esto, el defensor de la hegemonía norteamericana de los Estados Unidos sugirió un Realineamieno global. Ese es el nombre de su artículo en la revista The American Interest. Así que, ¿cuál es el interés norteamericano según Brzezinski?

Para resumirlo brevemente, el contenido del artículo de Brzezinski se reduce a dos tesis:

1) Los Estados Unidos ya no son una potencia imperial mundial.
2) Como se ha mencionado anteriormente, el probable caos como resultado del colapso de la hegemonía imperial estadounidense. A fin de que los Estados Unidos mantengan su poder, Brzezinski ofrece varias recetas:

a) Hacer trabajar a los principales rivales geopolíticos de Norteamérica - Rusia y China - en pro de los intereses de EEUU. Esto supone aprovechar la crisis en el Medio Oriente como fuente de supuestas amenazas comunes para las tres potencias.

"Estados Unidos sólo puede ser eficaz en el tratamiento de la actual violencia en el Medio Oriente si se forja una coalición que implique, en mayor o menor grado, también a Rusia y China".

"La perspectiva política para China en un futuro próximo es llegar a ser el principal socio de Estados Unidos en la contención del caos global, del tipo que se está extendiendo hacia el exterior (incluyendo al noreste) desde el Medio Oriente. Si no se contiene, contaminará el sur de Rusia y los territorios del Este, así como las parte occidentales de china".

b) Hacer trabajar al mundo islámico hacia los intereses de Estados Unidos. Para ello, una vez más Brzezinski recuerda su doctrina del "despertar democrático mundial", que justifica la participación de los Estados Unidos en la primavera árabe. El quid de la cuestión es simple: utilizar las fuerzas anti-estadounidenses para fortalecer la dominación de Estados Unidos a través de los diversos mecanismos de influencia e infiltración directa. Brzezinski afirma que debe prestarse especial atención al hecho de centrarse en las masas del mundo no occidental recién despertadas políticamente, y esto sólo puede entenderse en el contexto de su teoría del despertar democrático mundial. La aparición del ISIS en el mundo islámico, y antes que las revoluciones de colores de los Hermanos Musulmanes, puede ser considerada como la aplicación práctica de esta estrategia particular. Estas fuerzas "sorprendentemente" crean problemas para todos, excepto para los Estados Unidos.

c) Mantener la presencia militar de Estados Unidos en el Medio Oriente por cualquier medio. El texto afirma que esto es crucial para los Estados Unidos, ya que la retirada de inmediato desencadenaría el colapso de la hegemonía estadounidense:

"Una retirada integral de Estados Unidos del mundo musulmán favorecida por los aislacionistas domésticos, podría dar lugar a nuevas guerras (por ejemplo, Israel vs. Irán, Arabia Saudita vs. Irán, una mayor intervención egipcia en Libia) y generaría una crisis de confianza aún más profunda en el papel estabilizador a nivel mundial de los Estados Unidos. En diferentes maneras impredecibles, pero dramáticamente, Rusia y China podrían ser los beneficiarios geopolíticos de tal desarrollo, incluso aunque el orden global en sí mismo se convierta en la víctima geopolítica más inmediata. Por último, pero no menos importante, en tales circunstancias, una dividida y temerosa Europa vería a sus estados miembros actuales en busca de patrones y competir con otros en los acuerdos alternativos, pero separados, entre el trío más poderoso".

En otras palabras, Brzezinski ofrece la siguiente estrategia, donde el Oriente Medio está jugando un papel clave:

1. Fomentar el caos y la guerra en la región, apoyándose en la fuerza del "despertar democrático global".

2. Declarar la guerra contra el terrorismo y trasladar la carga a Rusia y China, aprovechándolos en un conflicto sin esperanza en la región.

3. Mantener o incluso aumentar su presencia militar bajo el pretexto de preservar la estabilidad en el Oriente Medio.

Por supuesto, todo esto está enmascarado en las tesis de la lucha contra el terrorismo y en prestar atención al sufrimiento de los musulmanes y de los habitantes del Tercer Mundo en general, y en que los principales actores de la crisis en el tablero del Medio Oriente de Eurasia - Rusia, China, Irán, Turquía, Israel, Egipto, Europa y Arabia Saudita - están invitados a participar en ella. El pretexto es que todos están interesados ​​en la resolución del conflicto, pero en realidad eso sólo conducirá a un conflicto de intereses y a aumentar el caos.

"La amenaza global del terrorismo islámico" no es una "amenaza" per se. Los EE.UU. resultaron gravemente golpeados por el islamismo sólo una vez en su historia, el 11 de septiembre de 2001. En los EE.UU., los musulmanes representan aproximadamente el 1% de todos los ciudadanos, a diferencia de las poblaciones de varios millones de musulmanes de Rusia y China. Y, a diferencia de estos dos países, no hay ninguna región en los EE.UU., donde pueda emerger la amenaza del separatismo islamista.

Los EE.UU. están separados de la región en conflicto por el Océano Atlántico. Por lo tanto, los EE.UU. pueden permitirse el lujo de jugar en dos mesas a la vez: apoyar de forma encubierta a los extremistas y combatir el terrorismo, aprovechando a Rusia y China en el conflicto y, posteriormente, debilitando al mundo islámico también.

Norteamérica espera utilizar a los extremistas islámicos cultivados por Estados Unidos para volver a comprometer a Rusia en su órbita, como se ha señalado, probablemente una Rusia post-Putin. Será la amenaza del islamismo lo que se utilizará para involucrar a Rusia en un sistema norteamericanocéntrico. Brzezinski declaró abiertamente que esta estrategia pro-occidental confía en el nacionalismo ruso, o en la transición de Rusia desde la ideología bizantina imperial expansionista al concepto de estados rusos nacionales burgueses europeos como parte del mundo occidental:

"El propio futuro de Rusia depende de su capacidad de convertirse en un Estado-nación importante e influyente, que sea parte de una Europa unificada".

Es significativo que Brzezinski, de acuerdo con la tradición geopolítica clásica, considera a Rusia el principal enemigo de Estados Unidos, y no a China:


"Y es por eso que incumbe a los Estados Unidos modelar una política en la que al menos uno de los dos estados potencialmente amenazantes se convierta en un socio en la búsqueda de la estabilidad regional y luego global, y por lo tanto en la contención del menos predecible, pero potencialmente más probable rival para extenderse. En la actualidad, es más probable que el que se extienda demasiado es Rusia, pero en el largo plazo podría ser China ".

El análisis de Brzezinski se basa en una manipulación de los hechos y en simples mentiras, diseñadas para ocultar los bordes ásperos de su visión.

En primer lugar, está absolutamente equivocado cuando evalúa la posición de Rusia. Desde el punto de vista de Brzezinski, este país está en la última fase convulsiva de su involución imperial. Mientras tanto, Rusia se reunificó con Crimea en 2014, y antes, en 2008, llevó a cabo una exitosa campaña militar en Georgia. En 2015-2016, por primera vez desde el colapso de la URSS, Rusia lanzó una campaña militar en el extranjero, en Siria. Rusia demuestra, no una involución imperial, sino un renacimiento imperial. Incluso si Rusia trata de convertirse en un Estado-nación, eso sólo le empujara a expandirse, ya que millones de rusos viven en los territorios de Ucrania, Bielorrusia, los países bálticos y Kazajstán. Ambas versiones imperiales y verdaderamente nacionales de Rusia no encajan en la visión de Rusia de Brzezinski como uno de los estados de la Unión Europea.

En segundo lugar, Brzezinski no tuvo en cuenta las nuevas potencias emergentes: India, Brasil y Sudáfrica. Indirectamente, esto puede significar que los Estados Unidos les han dejado, con la esperanza de derrocar a su élite independiente por medio de revoluciones de color y golpes de estado, como ocurre actualmente en Brasil. Sin embargo, su potencial anti-occidental demográfico, económico y, como en el caso de la India, ideológico, es extremadamente alto.

En tercer lugar, pasa por alto el potencial de la desintegración dentro de la "Unión Europea". La crisis migratoria, el colapso de Schengen, las diametralmente opuestas posiciones entre los líderes de los estados sobre temas clave, y el crecimiento del euroescepticismo, son todos problemas de la zona euro. Esta no es una Unión en la que Rusia quisiera entrar. Esta no es una Unión donde las ideas de Brzezinski puedan promover la agenda globalista: "desempeñar un papel constructivo en tomar la iniciativa en lo que respecta a las amenazas transnacionales para el bienestar mundial e incluso la supervivencia humana".

En cuarto lugar, Brzezinski demuestra pensar dentro del paradigma neorrealista de la "estabilidad hegemónica". El colapso de la hegemonía de Estados Unidos en su opinión significaría el colapso del orden mundial como tal. Pero, en primer lugar, los EE.UU., de ninguna manera contribuyen a la preservación del orden mundial, convirtiendo el mundo entero en una zona de caos controlado, utilizando la teoría de otro analista norteamericano, Steve Mann. ¿Por qué sería un factor de estabilidad en el futuro? En segundo lugar, una serie de neo-realistas cree que el mundo bipolar tendrá un equilibrio mayor que uno unipolar. En tercer lugar, existe un modelo de mundo multipolar como un mundo dividido en "grandes espacios" imperiales, que tiene en cuenta la diversidad de las civilizaciones del mundo. Tampoco es un caos, pero es la alternativa más adecuada al unilateralismo estadounidense.

Se puede concluir que el artículo de Brzezinski demuestra los intentos desesperados de la élite estadounidense por mantener su hegemonía en el mundo. Al mismo tiempo está lleno de clichés propagandísticos, y en muchos casos su evaluación de la situación no se corresponde con la realidad.

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