Hay varios factores que sin duda se utilizarán para lograr tal objetivo: por un lado, tenemos al presunto presidente interino Juan Guaidó y, por el otro, la supuesta crisis humanitaria en que está sumergida la sociedad venezolana.
Hay que aclarar que esta supuesta crisis humanitaria es solo el resultado de las sanciones económicas y financiaras de que es objeto el país sudamericano por parte de las autoridades estadounidenses y sus lacayos.
Estas sanciones tienen el único objetivo de provocar un enorme descontento popular que se traduzca en desobediencia civil, protestas y crisis social, cosas que ciertamente están presentes en un grado pequeño, pero solo son el resultado de esas políticas criminales de Washington y no en si de una crisis humanitaria verdadera.
Al haber bloqueo económico y financiero se impide que el gobierno venezolano pueda importar libremente alimentos y medicinas como lo haría cualquier otro país no expuesto a las sanciones ilegales estadounidenses, pero, en este caso, Venezuela no está sola y han acudido en su ayuda sus aliados, a saber, Rusia, china, cuba y Nicaragua.
Estos países han proporcionado ayuda alimenticia y medica al país bolivariano, pero claro, no es un regalo, en realidad el gobierno está pagando por estos productos y servicios, pero estos países antes mencionados se los están dando a precio preferencial y sin obedecer órdenes de Washington para restringir esos productos al pueblo venezolano.
Pero viendo Washington que este bloqueo económico no es suficiente ha recurrido a colocar a un presidente títere, presuntamente legítimo, al frente de un hipotético gobierno venezolano; y este sujeto no es otro que Juan Guaidó.
Entonces, valiéndose Washington de este presunto legítimo presidente venezolano, va a invadir el país argumentando un pedido oficial de parte de este gobierno (entre comillas) legítimo; es decir, de Juan Guaidó, para supuestamente restablecer el orden constitucional en el país.
Ya Juan Guaidó ha dado 8 días de plazo a las fuerzas armadas venezolanas para ponerse a sus ordenes y derrocar a Maduro, o, según él, atenerse a las consecuencias, es decir, a la privación de su libertad. Pero, ¿cómo logrará Guaidó cumplir sus amenazas?, pues claro, con la ayuda de EEUU, es decir, con la ocupación militar de Venezuela por parte de fuerzas estadounidenses.
Es para eso que se prepara Estados Unidos. Y es tan obvia esta situación, que el presidente norteamericano a exigido a las fuerzas armadas de Venezuela deponer las armas o, según él, “no habrá futuro para ellos”; es decir, los está amenazando en los mismos términos que Juan Guaidó.
Así que, Estados Unidos ciertamente se prepara para intervenir militarmente en Venezuela y así cumplir con sus amenazas. Pero esta invasión yankee de Venezuela va significar solo una cosa: Su sometimiento a los intereses norteamericanos, así como a los intereses del aparato militar industrial estadounidense. Es decir, se estaría condenando al pueblo venezolano a la pobreza al ceder todos sus recursos naturales a las empresas norteamericanas; de esa manera estarían pagando la “ayuda” estadounidense para librarse del (entre comillas) tirano Maduro.
Y esto es tan cierto que ya EEUU ha enviado un portaaviones y varios buques de apoyo a las fronteras marítimas de Venezuela, esto con el fin de prepararse para la ocupación militar del país latinoamericano.
Pero EEUU no está solo en esta misión, aparentemente Brasil está de acuerdo y ha enviado a un militar de alto rango a integrarse al comando sur de los EEUU.
También es ya del conocimiento de todos que Colombia alberga varias bases militares estadounidenses en su territorio, bases que servirán para la invasión de Venezuela. Así mismo, Colombia es socio estratégico de la OTAN, cosa que, se entiende, la obliga a participar de cualquier misión que contemple la organización militar liderada por Washington; en este caso, la invasión de Venezuela.
Pero, así como EE.UU. no está solo en este camino, Venezuela tampoco lo está. Es así como Vladimir Putin ha exigido a los EEUU no planear agresión militar alguna contra Venezuela, pues ellos no se quedarán de brazos cruzados y tomarán las medidas necesarias para proteger sus intereses en el país latinoamericano.
Es por eso que el presidente ruso ya ha desplegado un importante número de fuerzas especiales para proteger las espaldas de Maduro y para conservar las instituciones del país. Así mismo, Venezuela ha contratado los servicios de la más importante empresa de seguridad privada de Rusia para proteger las instalaciones estratégicas del país; esta empresa no es otra que Wagner; empresa que ya ha participado en operaciones especiales en siria para acabar con los cabecillas de los grupos extremistas que operan en ese país árabe, con resultados más que sobresalientes. Asimismo, esta empresa fue actor clave en la liberación de la península de Crimea de las garras del neofascista gobierno ucraniano. Asimismo, colaboran con el gobierno de las repúblicas de Donetsk y Lugansk para contener a las fuerzas armadas ucranianas, así como a grupos paramilitares ucranianos, repúblicas estas que se separaron de Ucrania para convertirse en países independientes.
Es por esto por lo que Trump necesita un argumento más fuerte para poder invadir Venezuela de forma impune, y ese argumento no es otro que el utilizado previamente en Siria, es decir, la presunta utilización de armas químicas por parte del gobierno contra la población civil. Es así como el gobierno ruso y venezolano han alertado de los intentos de Washington por introducir agentes químicos a territorio venezolano para organizar un atentado de estas características. Para lograr este objetivo es que han organizado la supuesta ayuda humanitaria para Venezuela, pues a través de ella se intenta introducir mercenarios, agentes encubiertos y espías, así como las sustancias químicas, para lograr estos objetivos antes mencionados; Pero Rusia ya descubrió sus planes y no podrán lograrlo como no lo lograron en Siria; así que no les queda más remedio que recurrir a la invasión descarada e ilegal de Venezuela.
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