Al atraque de Donald Cook en el puerto de Odesa, el más grande de Ucrania y uno de los más importantes del mar Negro, le siguió la entrada en el Báltico del destructor USS Gravelyde la Armada de EEUU. Esto último se produjo en un contexto en que Washington está cocinando una estrategia para hacer frente al dominio ruso en las latitudes del norte.
Refiriéndose a una situación internacional "explosiva" y en clara alusión a las crecientes tensiones entre EEUU y Rusia, el senador ruso Frants Klintsévich calificó la actuación norteamericana como la de un "auténtico provocador".
Coincidió en ello Vladímir Bogatyriov, general de brigada ruso en reserva, quien dijo en conversación con Radio Sputnik que en el caso particular del mar Negro EEUU se plantea una serie de fines. Entre ellos, alentar a las autoridades ucranianas en su línea antirrusa, mostrar el apoyo a Georgia en su intención de entrar en la OTAN y presionar a Turquía.
"La Armada estadounidense, al estar aumentando su despliegue en la zona del mar Negro, está creando un nuevo punto de la tensión geopolítica en la frontera sur de Rusia. Además de exhibir sus músculos, está tanteando las capacidades de la Marina, la aviación naval y las fuerzas costeras rusas. El peligro radica en que se está aumentado la posibilidad de un conflicto militar en la región, algo que se está incitando", señaló.
Al intelectual español José Antonio Egido, a su vez, no le sorprende nada el afán de EEUU por "atizar zonas de conflicto en varias partes del mundo".
Buscan siempre desestabilizar toda posibilidad de que el mundo acceda a una situación estable", afirmó, al agregar que la actuación norteamericana es propia de "un imperio cuando entra en decadencia".
Enfatizó, en este contexto, que "la humanidad ha entrado en una nueva era, la famosa era multipolar", emergiendo "gran potencias" como Rusia, país que "supera a EEUU en muchos temas y cuestiones"
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