En su visita a EEUU, el canciller brasileño, Ernesto Araujo, tuvo importantes reuniones con las autoridades de la Administración Trump, pero eso está lejos de significar que Brasil embarcará en las "aventuras" de Washington en Venezuela, según un analista consultado por Sputnik.
Después de reunirse con el ministro de Exteriores brasileño el pasado 5 de febrero, el consejero de Seguridad Nacional de EEUU, John Bolton, tuiteó que "la alianza entre Estados Unidos y Brasil es más fuerte que nunca" y señaló que el "apoyo mutuo al presidente interino [de Venezuela] Juan Guaidó" y la "logística de la ayuda humanitaria al pueblo venezolano" fueron discutidos durante el encuentro.
Pese a que ha criticado repetidamente al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, Araujo no ha comentado en su Twitter la reunión con Bolton. Tampoco se refirió a su posterior encuentro en las redes con el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo.
De acuerdo con Mauricio Santoro, científico político y profesor del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), el silencio de Araujo debe ser interpretado con cautela y moderación. Asimismo, el experto consideró "pueril" el entusiasmo del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro acerca de las declaraciones estadounidenses.
"Está claro que, por razones ideológicas, dado que el Gobierno de Bolsonaro está buscando un acercamiento con Estados Unidos, esto influyó en la forma en que Brasil respondió a la crisis en Venezuela. Esta es una cuestión muy difícil, un tema muy complejo que debe discutirse con mucha cautela y un enorme cuidado. A menudo vemos que Brasil está mostrando un entusiasmo pueril con las declaraciones estadounidenses, y esto es peligroso", afirmó Santoro a Sputnik.
A principios de febrero, Trump dio a entender que el envío de tropas a Venezuela no estaba descartado. Pocos días antes, Bolton había sido fotografiado con un papel con anotaciones que sugerían eunl supuesto envío de 5.000 militares a Colombia —medida que el Pentágono descartó—.
Las señales dadas por EEUU hacen crecer el temor acerca del uso de la fuerza contra Maduro. Sin embargo, Santoro considera que toda la retórica de la Casa Blanca contra Venezuela debe interpretarse más como un instrumento de presión política que cualquier otra cosa. Una estrategia que recuerda, en cierta medida, a las relaciones con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en un pasado reciente.
Pero si Estados Unidos llevara a cabo una intervención militar en Venezuela, ¿cómo se posicionaría Brasil?
"Aunque el Gobierno de Bolsonaro tuviera la intención de acercar al máximo a Brasil y EEUU, el rechazo a una intervención de este tipo sería tan grande en América Latina que Brasil terminaría manteniéndose fuera de ella, pese a todo el deseo del Gobierno de ver una cosa como esas ocurrir", ponderó Santoro.
Las señales dadas por EEUU hacen crecer el temor acerca del uso de la fuerza contra Maduro. Sin embargo, Santoro considera que toda la retórica de la Casa Blanca contra Venezuela debe interpretarse más como un instrumento de presión política que cualquier otra cosa. Una estrategia que recuerda, en cierta medida, a las relaciones con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en un pasado reciente.
Pero si Estados Unidos llevara a cabo una intervención militar en Venezuela, ¿cómo se posicionaría Brasil?
"Aunque el Gobierno de Bolsonaro tuviera la intención de acercar al máximo a Brasil y EEUU, el rechazo a una intervención de este tipo sería tan grande en América Latina que Brasil terminaría manteniéndose fuera de ella, pese a todo el deseo del Gobierno de ver una cosa como esas ocurrir", ponderó Santoro.
Influencia de los militares en la Cancillería
Para el experto, la reciente moderación de Araujo en sus declaraciones sobre Venezuela está relacionada a los militares presentes en el Gobierno brasileño. Santoro consideró que el aprecio del canciller por la Administración Trump —antes de asumir el cargo, el ministro llegó a escribir que Trump era el único capaz de "salvar el Occidente"— va encajándose a la realidad del país a través de los militares.
"Nunca tuvimos un canciller brasileño con este nivel de entusiasmo acerca de un líder político extranjero en ningún momento de nuestra historia (…). Es decir, si no hubiera esa presión por parte de los militares, no se sabe qué haría Araujo, qué política exterior llevaría a cabo hoy día. Sin duda, los militares están haciendo un papel de moderación, de intentar contener las iniciativas más truculentas del Gobierno de Bolsonaro en política exterior", opinó.
El profesor detalló que además de las posiciones extremas de Araujo, el canciller es muy inexperto para el cargo que ocupa. La elección de Araujo para el puesto máximo de la diplomacia brasileña causó mucha controversia en Brasil. Fuentes dentro del Gobierno se quejan de que nunca en la historia del país suramericano, un diplomático pasara directamente de un cargo tan bajo —Araujo era director del Departamento para EEUU, Canadá y Asuntos Interamericanos del Ministerio de Relaciones Exteriores— a un cargo tan importante.
"Él nunca había sido embajador en el exterior, nunca había comandado una Embajada brasileña en el exterior. Eso es algo que lo debilita en las disputas internas. Los militares acaban prevaleciendo muchas veces por ser profesionales más experimentados, por tener una capacidad de influenciar mayor que la del propio canciller", agregó Santoro.
"Creo que hay dos opciones posibles para Araujo: o se convierte en una figura más moderada, cercana a los puntos de vista de los militares, capaz de trabajar junto con el Ministro de Economía [Paulo Guedes], o creo que será defenestrado", dijo Santoro
El experto subrayó que la moderación de Araujo en relación a Venezuela, en contraposición a su latente y conocido 'trumpismo', tendrá un papel central en su supervivencia como ministro de Exteriores de Brasil, al menos en el corto plazo
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