El portavoz de la Cancillería de China, Wang Wenbin, expresó el viernes la esperanza de Pekín de extender su multimillonario plan, conocido también la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, acrónimo en inglés de Belt and Road Initiatives) a Afganistán, dado que los talibanes, que tienen el poder en Kabul, creen que esta propuesta es propicia para la mejora y la prosperidad del país, devastado por la guerra.
“Los talibanes afganos han declarado su compromiso de fomentar un entorno propicio para los inversores extranjeros. También, creen que la BRI puede contribuir al desarrollo y la prosperidad nacional y regional, y esperan seguir apoyándola y participando en ella. Esperamos que se produzca una transición constante en Afganistán para conseguir una paz y una estabilidad duraderas, que es la premisa para la cooperación exterior y la inversión extranjera y la presencia empresarial en el país”, indicó Wenbin durante una rueda de prensa en Pekín, capital de China.
El vocero chino destacó que el “desarrollo y la prosperidad de Afganistán” e incluso de la región en general se verán favorecidos por la cooperación Talibán-China en el marco de la BRI, una iniciativa presentada por el presidente chino Xi Jinping en 2013, que pretende conectar Europa, Asia del Sur y Oriental, Asia Central, Asia Occidental y también América Latina con el fin de aumentar el desarrollo económico del mundo.
China es “un amigo de confianza” para los talibanes
Las palabras de Wenbin se produjeron después de que, según el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, un miembro del equipo político talibán en Doha, la capital de Catar, Maulvi Abdul Salam Hanafi, expresara el jueves que los talibanes trabajarán con Pekín para permitir la expansión continua de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. “China ha sido un amigo de confianza de Afganistán”, indicó Hanafi, citado por la Cancillería china.
En una entrevista concedida el mismo jueves al diario italiano La Repubblica, Zabiolá Muyahid, portavoz del grupo Talibán, se refirió a China como el “socio más importante” de los talibanes, lo cual, a su juicio, “representa una oportunidad fundamental y extraordinaria” para el grupo, dado que “está dispuesto a invertir y reconstruir” en Afganistán.
Con el inicio de la fase final de la salida de las tropas extranjeras de Afganistán, después de dos décadas de una infructífera misión para erradicar a los talibanes, el grupo armado ha ido tomando el control de casi todo el país asiático hasta el 15 de agosto que ascendió al poder en Kabul (la capital afgana).
Los talibanes están preparados para volver a gobernar Afganistán 20 años. Después de que fueran defenestrados, tras la intervención militar de EE.UU. a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ahora están más fuertes que nunca, gracias a los equipamientos militares dejados por Washington y sus aliados durante su apresurada salida del país centroasiático.
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