Un plan de miles de millones de dólares promovido por el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) para trasladar a miles de tropas estadounidenses más lejos de la Zona Desmilitarizada (DMZ, según sus siglas en inglés) de Corea con el fin de sacarlos del alcance de tiro de la artillería norcoreana parece haber fracasado, así se inicia en un artículo publicado el domingo por la revista estadounidense The National Interest.
El reporte señala que, al mismo tiempo, que los más de 30 mil tropas estadounidenses desplegadas en la guarnición de Yongsan en Seúl, la capital surcoreana que se encuentra a solo 40 kilómetros al sur de la DMZ, se han ido trasladando a su nueva base, llamada Campo Humphreys, los norcoreanos han estado probando con cohetes de mayor alcance que pueden impactar en las nuevas instalaciones militares de EE.UU. en Corea del Sur.
En los últimos años, agrega el reporte, Pyongyang ha estado probando en varias ocasiones un nuevo cohete de lanzamiento múltiple guiado con un diámetro estimado de 370 milímetros que, según sostienen varios informes, puede alcanzar objetivos a una distancia de hasta 370 kilómetros.
A partir de este dato, el texto destaca que el campamento de Humphreys, que se halla a 80 kilómetros al sur de Seúl, es muy vulnerable al impacto de la artillería guiada de Corea del Norte.
El nuevo sistema de cohetes norcoreano guiados incluye un vehículo lanzador de ocho por ocho equipado con cuatro tubos de lanzamiento, anota la publicación, citando a Domínguez Céspedes, analista de la revista británica especializada en temas militares Janes.
Pyongyang ha estado mejorando su artillería pesada en paralelo con los esfuerzos para desarrollar misiles balísticos intercontinentales (I-C-B-M, por sus siglas en inglés) cada vez más precisos y de largo alcance que sean capaces de transportar ojivas nucleares, añade el artículo periodístico.
“Aunque el alcance cada vez mayor de los misiles balísticos de Corea del Norte es preocupante, su artillería de largo alcance también representa una amenaza seria y creíble para 25 millones de habitantes de Corea del Sur y aproximadamente 150 mil ciudadanos estadounidenses que residen en el Área Metropolitana del Gran Seúl”, apostilló el general del Ejército de EE.UU. Vincent Brooks, jefe de las Fuerzas de Estados Unidos en Corea, ante un comité del Senado en marzo de 2018.
Corea del Norte ha desplegado al menos tres sistemas de artillería cerca de la DMZ que son capaces de alcanzar objetivos situados en el Área Metropolitana del Gran Seúl, precisó Brooks, para después aducir que el cañón Koksan autopropulsado de 170 milímetros es uno de ellos junto a los lanzadores montados en camiones que pueden disparar una descarga de hasta 22 cohetes de 240 milímetros.
Patriot y THAAD de EEUU, incapaces ante cohetes norcoreanos
Dicha capacidad permite a la artillera norcoreana tener al alcance de su tiro al campamento Humphreys, cuyo transformación para acoger a las tropas estadounidenses y sus familiares costó a las arcas del país norteamericano alrededor de unos 11 000 millones de dólares, agrega el parte, resaltando que ni siquiera los sistemas de defensa antimisiles Patriot y THAAD desplegados por EE.UU. en Corea del Sur serían capaces de frenar un eventual impacto de los cohetes norcoreanos sobre la mencionada instalación militar.
En repetidas ocasiones, las autoridades de Corea del Norte han instado a sus pares surcoreanos a poner fin a los ejercicios militares conjuntos que vienen realizando a menudo con las fuerzas estadounidenses, por considerar estos juegos de guerra como un preludio a una invasión terrestre, por lo que Pyongyang ha insistido en que se reserva el derecho a fortalecer su poderío militar.
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