Unos cincuenta miembros de la tribu Bnei Menashe llegaron al aeropuerto de Ben Gurion, cuenta Chris Mitchell para CBN News. Esto es porque ha vuelto a ponerse en marcha el retorno de estos indios de religión judía, después de que el gobierno paralizase su llegada hace cinco años.
“Siento como que estoy en casa”, expresó un miembro de la tribu. “Estoy emocionado, abrumado. No puedo explicar con palabras lo que siente mi corazón”, decía otro de los miembros de la tribu. La decisión del Gobierno permitirá continuar con el retorno de unas 7.000 personas.
“Las diez tribus se perdieron para nosotros durante muchos siglos, pero nunca se perdieron en términos de su identidad”, Michael Freund, uno de los impulsores históricos del retorno de este grupo desde la India.
Para él, se trata de un cumplimiento profético. “El profeta Isaías dice ‘al tera qui ka ani’, que significa ‘No temas porque yo estoy contigo’. ‘Me israch avi zerecha’, que se traduce como ‘desde el Oriente traeré tu descendencia”.
“Estos son los descendientes de Israel y ellos están regresando desde el este”, asegura Freund. “Es como si el titular de hoy fuera escrito por el profeta Isaías unos 2.600 años atrás. Es algo fenomenal”.
UNA HISTORIA A DEBATE
Según la historia bíblica, el imperio asirio exilió a la tribu de Manasés de su tierra hace casi 3.000 años. Algunos mantienen que estos exiliados, que se establecieron en el noreste de la India, mantuvieron sus raíces judías durante más de 2.000 años.
En el caso de la tribu de Bnei Menashe, se produjo un importante debate a mediados de la década pasada sobre si realmente se trataba de descendientes de la tribu de Manasés o si, por el contrario, el mito se había establecido en la población a partir de la llegada de misioneros cristianos a esta tierra en el siglo XIX.
Aunque las pruebas de ADN no dieron una confirmación sobre el asunto, hay signo culturales (una canción que recuerda al canto de María, algunos rituales, la tendencia al monoteísmo) que algunos estudiosos han vinculado con las probables raíces judías de, al menos, parte de los pobladores, que seguramente luego se mezclarían con los habitantes del lugar, guardando algunas de las costumbres judías.
ABANDONARON EL CRISTIANISMO
Parte del impulso por regresar a Israel viene, sin embargo, de una visión que tuvo un líder tribal, Challianthanga, en la que veía a su pueblo regresando a Israel. Desde ese momento, la mayoría de los pobladores adoptaron tradiciones judías que combinaron con su fe en Jesús como mesías. Sin embargo, en 1975 se registra que cientos de habitantes de la tribu rechazan definitivamente su fe en Jesús para abrazar un judaísmo ortodoxo.
De hecho, una de las condiciones impuestas por el Gobierno israelí para aceptar esta masiva llegada es la conversión de los 7.200 habitantes de la tribu al judaísmo.
En el regreso de Bnei Menashe han participado también varias organizaciones cristianas. “De hecho, los profetas dicen que cuando Dios reúna a su pueblo judío de todos los confines de la tierra, los gentiles ayudarían en la tarea”, explicó David Parsons, de la Embajada Internacional Cristiana en Jerusalén.
En enero se espera la llegada de otros 300 miembros de la tribu.
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