En los últimos dos meses, miembros de la cúpula militar egipcia han visitado Moscú. Buscan acuerdos de armamento y están dispuestos a acercarse a nivel geopolítico. Fuente: ITAR-TASS
Se trata de la segunda visita en los últimos dos meses de emisarios egipcios a Moscú. En esta ocasión, según declaran los miembros de la delegación, la visita estuvo dedicada a “devolver a las relaciones bilaterales un carácter estratégico como el que tenían durante la época soviética”.
El objetivo más pragmático de la visita consistía en preparar las bases para unas futuras negociaciones en El Cairo en formato “2+2” entre los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de Rusia (Serguéi Lavrov y Serguéi Shoigú) y sus homólogos egipcios, Nabil Fahmi y Abdul Fatah al-Sisi. La delegación, formada por miembros del primer gobierno de transición de Egipto desde la “Revolución de enero” y que contaba con representantes del antiguo comandante general de la Fuerza Aérea Egipcia, Ahmed Shafiq, ha llevado a cabo varias reuniones en Moscú, entre las que destacan unas negociaciones con los representantes especiales del presidente de la Federación Rusa para asuntos de Oriente Próximo y África, Mijaíl Bogdánov y Mijaíl Marguélov.
Las relaciones entre la URSS y Egipto fueron estrechas durante las décadas de 1950 y 1960. La URSS apoyó a Egipto cuando nacionalizó el canal de Suez en 1956, le ayudó en la construcción de la presa de Asuán y respaldó a los egipcios en la guerra de los Seis Días de 1967. En 1971 ambos países firmaron un tratado de amistad valedero durante quince años. Aunque la URSS criticó la visita del presidente egipcio Anwar al-Sadat a Jerusalén en 1977 para alcanzar la paz en el conflicto árabe-israelí. En diciembre de 1977, Al-Sadat ordenó a la URSS cerrar sus consulados y cesar todas sus actividades culturales.
Los visitantes proponen a Rusia “volver a desempeñar un papel de liderazgo en Oriente Próximo”. “Para El Cairo fue muy importante que el presidente Putin apoyara la revolución del 30 de junio”, declaraba Ahmed al-Fadali, miembro de la dirección del partido Istiqlal, a pesar de que el presidente de la Federación Rusa nunca ha declarado directamente su apoyo al último golpe de estado en Egipto. “Rusia tiene intereses en la región, necesita un nuevo amigo y un potente aliado. Los Hermanos Musulmanes estaban a favor de una yihad en Siria, pero ahora Egipto apoya completamente la postura de Putin respecto a este problema. Nosotros declaramos que la regulación debería ser política y esperamos que se celebre la conferencia de paz Ginebra 2. El Cairo también necesita un buen amigo. Esperamos que Moscú nos ayude a ofrecer resistencia a la presión que ejercen los países occidentales”, declaraba el antiguo ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Mohamed al Orabi.
El pasado 3 de julio, los militares tomaron el poder y acabaron con un año de gobierno de los Hermanos Musulmanes. Estos habían llegado al poder mediante las urnas. Ahora reclaman su derecho a ejercer el poder y apelan a la legitimidad de las urnas. El gobierno del depuesto Morsi no estuvo exento de protestas y excesos. En estos momentos se prepara una nueva constitución. A mediados de 2014 habrá elecciones presidenciales y posteriormente, legislativas. Será la consagración de un nuevo sistema de gobierno en el mayor país árabe.
En octubre Estados Unidos declaró que iba a reducir considerablemente la ayuda militar anual a Egipto, que hasta ahora rondaba los 1.400 millones de dólares. El Cairo se ha visto privado de más de 500 millones de dólares en suministro de helicópteros Apache, así como de cazas F-16 y misiles navales Harpoon, repuestos para tanques y una asistencia financiera de unos 250 millones de dólares.
Aunque los expertos se muestran escépticos sobre la posibilidad de una cooperación estratégica real entre Moscú y El Cairo e incluso los propios egipcios reconocen que no ven una alternativa viable a las relaciones con Estados Unidos, Rusia podría obtener algunas ventajas. Los visitantes egipcios aseguran que están dispuestos a discutir la creación en su territorio de “instalaciones afines a Rusia”. El tema principal de las negociaciones “2+2” en El Cairo podría ser el suministro de armamento ruso: los medios de comunicación egipcios hablan de unos 4.000 millones de dólares para este objetivo.
Rosoboronexport, una corporación estatal que controla todas las exportaciones de la industria rusa de defensa, no ha comentado las dimensiones de los futuros contratos, aunque confirma estar interesada en la reparación de antigua tecnología militar soviética y en la venta de nuevo armamento a Egipto, que durante las últimas décadas ha cooperado en este ámbito exclusivamente con Estados Unidos.
A Rusia le preocupa principalmente la solvencia de El Cairo, pero Moscú está dispuesta a estudiar también la posibilidad de ofrecerle una línea de crédito. Según informaron al diario Kommersant los miembros de la delegación egipcia, El Cairo cuenta para ello con el apoyo de los países del Golfo Pérsico (con excepción de Catar, que apoya a los Hermanos Musulmanes). Este verano Arabia Saudí concedió a Egipto un crédito de 12.000 millones de dólares y en octubre le prometió otros 5.000 millones.
Se trata de la segunda visita en los últimos dos meses de emisarios egipcios a Moscú. En esta ocasión, según declaran los miembros de la delegación, la visita estuvo dedicada a “devolver a las relaciones bilaterales un carácter estratégico como el que tenían durante la época soviética”.
El objetivo más pragmático de la visita consistía en preparar las bases para unas futuras negociaciones en El Cairo en formato “2+2” entre los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de Rusia (Serguéi Lavrov y Serguéi Shoigú) y sus homólogos egipcios, Nabil Fahmi y Abdul Fatah al-Sisi. La delegación, formada por miembros del primer gobierno de transición de Egipto desde la “Revolución de enero” y que contaba con representantes del antiguo comandante general de la Fuerza Aérea Egipcia, Ahmed Shafiq, ha llevado a cabo varias reuniones en Moscú, entre las que destacan unas negociaciones con los representantes especiales del presidente de la Federación Rusa para asuntos de Oriente Próximo y África, Mijaíl Bogdánov y Mijaíl Marguélov.
Las relaciones entre la URSS y Egipto fueron estrechas durante las décadas de 1950 y 1960. La URSS apoyó a Egipto cuando nacionalizó el canal de Suez en 1956, le ayudó en la construcción de la presa de Asuán y respaldó a los egipcios en la guerra de los Seis Días de 1967. En 1971 ambos países firmaron un tratado de amistad valedero durante quince años. Aunque la URSS criticó la visita del presidente egipcio Anwar al-Sadat a Jerusalén en 1977 para alcanzar la paz en el conflicto árabe-israelí. En diciembre de 1977, Al-Sadat ordenó a la URSS cerrar sus consulados y cesar todas sus actividades culturales.
Los visitantes proponen a Rusia “volver a desempeñar un papel de liderazgo en Oriente Próximo”. “Para El Cairo fue muy importante que el presidente Putin apoyara la revolución del 30 de junio”, declaraba Ahmed al-Fadali, miembro de la dirección del partido Istiqlal, a pesar de que el presidente de la Federación Rusa nunca ha declarado directamente su apoyo al último golpe de estado en Egipto. “Rusia tiene intereses en la región, necesita un nuevo amigo y un potente aliado. Los Hermanos Musulmanes estaban a favor de una yihad en Siria, pero ahora Egipto apoya completamente la postura de Putin respecto a este problema. Nosotros declaramos que la regulación debería ser política y esperamos que se celebre la conferencia de paz Ginebra 2. El Cairo también necesita un buen amigo. Esperamos que Moscú nos ayude a ofrecer resistencia a la presión que ejercen los países occidentales”, declaraba el antiguo ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Mohamed al Orabi.
El pasado 3 de julio, los militares tomaron el poder y acabaron con un año de gobierno de los Hermanos Musulmanes. Estos habían llegado al poder mediante las urnas. Ahora reclaman su derecho a ejercer el poder y apelan a la legitimidad de las urnas. El gobierno del depuesto Morsi no estuvo exento de protestas y excesos. En estos momentos se prepara una nueva constitución. A mediados de 2014 habrá elecciones presidenciales y posteriormente, legislativas. Será la consagración de un nuevo sistema de gobierno en el mayor país árabe.
En octubre Estados Unidos declaró que iba a reducir considerablemente la ayuda militar anual a Egipto, que hasta ahora rondaba los 1.400 millones de dólares. El Cairo se ha visto privado de más de 500 millones de dólares en suministro de helicópteros Apache, así como de cazas F-16 y misiles navales Harpoon, repuestos para tanques y una asistencia financiera de unos 250 millones de dólares.
Aunque los expertos se muestran escépticos sobre la posibilidad de una cooperación estratégica real entre Moscú y El Cairo e incluso los propios egipcios reconocen que no ven una alternativa viable a las relaciones con Estados Unidos, Rusia podría obtener algunas ventajas. Los visitantes egipcios aseguran que están dispuestos a discutir la creación en su territorio de “instalaciones afines a Rusia”. El tema principal de las negociaciones “2+2” en El Cairo podría ser el suministro de armamento ruso: los medios de comunicación egipcios hablan de unos 4.000 millones de dólares para este objetivo.
Rosoboronexport, una corporación estatal que controla todas las exportaciones de la industria rusa de defensa, no ha comentado las dimensiones de los futuros contratos, aunque confirma estar interesada en la reparación de antigua tecnología militar soviética y en la venta de nuevo armamento a Egipto, que durante las últimas décadas ha cooperado en este ámbito exclusivamente con Estados Unidos.
A Rusia le preocupa principalmente la solvencia de El Cairo, pero Moscú está dispuesta a estudiar también la posibilidad de ofrecerle una línea de crédito. Según informaron al diario Kommersant los miembros de la delegación egipcia, El Cairo cuenta para ello con el apoyo de los países del Golfo Pérsico (con excepción de Catar, que apoya a los Hermanos Musulmanes). Este verano Arabia Saudí concedió a Egipto un crédito de 12.000 millones de dólares y en octubre le prometió otros 5.000 millones.
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