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sábado, 21 de octubre de 2017

¿El fin del TLCAN cómo afectará a México? ¿Qué puede hacer el país para afrontarlo? Acá te lo explico

¿QUE PUEDE, O DEBE, HACER MÉXICO ANTE LA ANULACIÓN DEL TLCAN?

Muchos “analistas” se dicen muy preocupados por la más que probable disolución del tratado de libre comercio de Norteamérica, pero, ¿la cosa es tan seria para preocuparse tanto?



Trump dice que el TLCAN o NAFTA es el peor tratado comercial en la historia de EEUU, pero eso mismo pensamos muchos mexicanos sobre el asunto; es más, cuando se suscribió el tratado, en 1992, se criticó, y se insultó, duramente al gobierno mexicano por haber firmado el TLCAN, un acuerdo que a todas luces era perjudicial para la economía nacional.

Por aquel entonces se hablaba del “milagro mexicano”, pues algunos veían a México como el Japón del siglo 21. Eso era debido a la rápida industrialización del país y a los enormes ingresos a las arcas del tesoro nacional que traía la venta del petróleo mexicano.

Pero si México se estaba industrializando tan rápidamente era solo por una simple y sencilla razón; y esa era qué el mercado mexicano estaba protegido, es decir, estaba protegido de la competencia externa a través de altos aranceles aplicados a los productos extranjeros y, en algunos casos, a la franca prohibición de importación de ciertas mercancías, como los aparatos electrónicos.

Entonces, debido al proteccionismo que aplicaba México para ayudar a su industria y campo, se logró una rápida industrialización del país; pero el problema estuvo en que al estar protegida la industria nacional esta se encerró sobre sí misma; se creó un capullo donde solo competía ella y, por lo tanto, no se invirtió en investigación y desarrollo pues la competencia era casi nula; y las marcas nacionales lo que hacían era pactar entre ellas para fijar los precios de los productos y así evitar la competencia, por lo tanto no se preocuparon por innovar; claro, eso también limitó enormemente sus posibilidades de exportar, pues carecían de la tecnología adecuada y no tenían las técnicas necesarias de mercadeo para colocar sus productos en el mercado internacional; además, no tenían la necesidad de competir con las marcas extranjeras pues les bastaba el mercado local, eran conformistas.

Pero ese proteccionismo mexicano logró crear muchas fuentes de trabajo, además, con salarios superiores a los actuales, pues el salario de un obrero alcanzaba para cubrir las necesidades básicas de una familia promedio mexicana. Pero ahora, ni cinco salarios mínimos alcanzan para comprar lo mismo que en ese entonces se compraba.

Aquí lo que hacia la industria nacional era comprar la tecnología al extranjero, pero por supuesto, era tecnología ya anticuada, porque de otra manera hubiera sido muy costoso adquirirla.

Estando así las cosas al entonces presidente, Carlos salinas de Gortari, se le ocurrió la maravillosa idea de firmar un tratado de libre comercio con la primera potencia tecnológica e industrial del mundo, o al menos lo era en ese entonces, es decir, con EEUU. A todas luces era un tratado totalmente desventajoso para México, pues ni la industria nacional, ni el campo mexicano, podían competir contra las empresas estadounidenses y canadienses altamente industrializadas, pero aún así, el estúpido presidente insistió en la firma del tratado pues según él, México era una potencia del “primer mundo”; también por eso negoció para que la OCDE aceptara a México como miembro.

La OCDE es el mayor grupo elitista de las naciones “capitalistas” más industrializadas del mundo, es el principal instrumento de la globalización capitalista.

Pero a pesar de todo ello, el Trompas insiste en que el Tratado de libre comercio de Norteamérica es el peor tratado firmado en la historia de su país. Así mismo, lo califica como un instrumento con el que México abusa de los EEUU. Pero como ya expliqué, fue todo lo contrario.

Una cosa es que los empresarios, o más bien, los gobernantes de EEUU sean tan imbéciles, y otra cosa es que para México haya representado un supuesto beneficio y un medio para que el gobierno mexicano “abuse” de los ciudadanos estadounidenses.

Sin duda el dichoso tratado fue un instrumento más del imperialismo económico yankee que otra cosa, pues eran completamente conscientes de que beneficiaría mayormente a sus empresas y que provocaría la quiebra de innumerables empresas en México. Y efectivamente así fue: la industria nacional prácticamente desapareció y fue sustituida por las empresas transnacionales estadounidenses y canadienses; pero esa es precisamente la razón de la incomodidad de Trump, pues está enojado porque las empresas estadounidenses prefirieron emigrar a México que permanecer en su país para aprovechar las mejores condiciones salariales e impositivas que les otorgaba el país azteca.

Pero ese era precisamente el objetivo del TLCAN: lograr mejores condiciones para las empresas estadounidenses y canadienses y así conseguir mayores beneficios; y eso fue exactamente lo que pasó, sucedió tal como se planeó, solo que el trompas es un estúpido y no se da cuenta de los planes de la élite de su país. A ellos no les importan los ciudadanos estadounidenses, ni los mexicanos o canadienses; a ellos solo les interesa obtener mayores beneficios económicos no importa donde produzcan, si en EEUU, Canadá o México.

Pero México, más bien los mexicanos, vimos cómo los salarios descendían rápidamente y cómo el trabajo empezaba a escasear.

Eso sucedió así porque en la industria nacional, que anteriormente estuvo protegida, los procesos industriales no estaban tan tecnificados, automatizados, como si lo estaban en la industria internacional; por lo tanto, requerían emplear a más gente para producir lo mismo; además, al tener un mercado cerrado tenían un mercado seguro y, por lo tanto, podían pagar mejores salarios, o más bien, no tenían que competir por salarios más bajos.

Pero una vez el mercado mexicano se abrió a la competencia internacional, y considerando que estaban atrasados tecnológicamente, tanto en sus productos como en sus procesos industriales, los empresarios mexicanos tuvieron que buscar una manera de competir con los extranjeros, y esa fue la de ofrecer salarios más bajos y así conseguir precios más competitivos considerando la relación costo-beneficio de sus manufacturas, pues si bien los productos eran más baratos, estaban atrasados tecnológicamente. Algo muy similar a lo que pasó con la industrialización de China, aunque con sus diferencias. También la empresa transnacional se benefició de esos salarios más bajos.

Las empresas mexicanas que se salvaron de la quiebra y pudieron sobrevivir a la apertura del mercado mexicano fueron aquellas que contaban con tecnología más moderna y con procesos industriales más actuales y eficientes; así cómo las que ya traían un programa de desarrollo industrial propio, es decir, las que invertían en investigación y desarrollo tecnológico; las otras, o desaparecieron o se transformaron en sólo maquiladoras, o en algunos casos, sobrevivieron sólo como importadoras-distribuidoras pero ya no cómo fábricas.

Pero aun así, el trompas dice que los mexicanos abusamos de los estadounidenses.

Pero como vuelvo a repetir; México pasó de convertirse en una potencia industrial emergente a una nación maquiladora básicamente. Pero la estrategia adoptada para competir internacionalmente fue la de ofrecer salarios mínimos muy mínimos: eso es lo que ofrecen las autoridades mexicanas, y los políticos corruptos (que para el caso es lo mismo), para atraer a la industria internacional. ¿Y, pues quien se va a resistir a pagar salarios de hambre a cambio de mano de obra calificada y cualificada? Pues nadie. Aquí lo tienen todo: mano de obra baratísima, recursos naturales, materias primas y energía muy barata; ¿que más pueden pedir?, nada.

Pero de los salarios bajos no solo se benefician los extranjeros, también los mexicanos, la elite mexicana corrupta y apátrida que solo ve su propio beneficio en detrimento del pueblo.

Es por eso que pese a las exigencias de Trump de que México debe homologar los salarios con los EEUU y Canadá para mantener vigente el tratado de libre comercio las autoridades mexicanas no lo aceptarán, pues se acabarían muchos de sus beneficios logrados a base de la explotación del mexicano; además, los empresarios extranjeros presionan para que México no aumente sus salarios y así ellos mantener sus enormes beneficios económicos. Y como sabrán todos ustedes, los políticos mexicanos son apátridas y son egoístas por eso aceptan las dádivas de ellos para mantener los salarios bajos.

Es por eso que aunque desaparezca el TLCAN las empresas estadounidenses y canadienses no se irán de México, sino al contrario, vendrán más porque prefieren exportar al resto del mundo que solo venderle a EEUU. Las únicas que tal vez regresen a EEUU serán aquellas que solo tengan por mercado a los mismos EEUU, pero prácticamente hoy todas son transnacionales y no querrán perder el mercado internacional por solo vender en la unión americana; y eso es así porque si trasladan sus fábricas a territorio de EEUU tendrán que pagar salarios muy superiores a los que pagan aquí; así mismo tendrán que pagar impuestos más altos, energía bastante más cara, etcétera y etcétera. Así, perderán toda competitividad ante la competencia internacional, lo que provocará que no puedan vender sus productos por ser más caros y así se irán a la quiebra, lo que a la larga perjudicará, más que beneficiar, a los mismos EEUU, porque su sede fiscal esta precisamente allí, y es ahí, a los EEUU, a donde llevan la mayor parte de sus ganancias monetarias, pero si no hay beneficios, no habrá nada que llevar a los EEUU, ni dinero, ni trabajo, ni nada.

¿Pero que puede hacer México ante la disolución del TLCAN? Pues básicamente seguir haciendo lo que está haciendo hasta ahora, es decir, mantener los tratados de libre comercio con el resto del mundo y, sobre todo, apoyar a la industria nacional.

También las autoridades mexicanas deben crear programas de desarrollo industrial y tecnológico pero cómo estrategia nacional y no sólo como programas sexenales que vienen y van con cada gobierno en turno; NO, ésta debe ser una estrategia nacional apartidista e intemporal.

Se deben crear programas de investigación científica y tecnológica como lo son los programas de exploración espacial, de desarrollo militar, de física avanzada, de inteligencia artificial, de nanotecnología, de comunicación cuántica, de computación cuántica, etcétera; solo así México saldrá del subdesarrollo.

Muchos dirán, ¿y para que querremos crear armas?, ¿para qué querremos ir al espacio? ¿Para qué querremos crear aeronaves? ¿Para qué querremos crear robots inteligentes?, etcétera. Pues les diré; aunque aparentemente no tengan una utilidad práctica, esas tecnologías posteriormente son aprovechadas por la industria civil y eso es lo que le da una ventaja competitiva determinante a las empresas y al país en cuestión. Eso lo podemos ver muy claramente en el caso de China, la India, Corea del Sur, Japón, Rusia, etcétera.

Y hablando de esos países, otra cosa que podría hacer México, y que aparentemente sí lo está haciendo, es buscar integrarse a los BRICS, pues ellos son las potencias del mundo del mañana, ellos serán los que dominarán la economía y el comercio global en las próximas décadas.

Y hablando de China, México podría seguir su ejemplo y desarrollar el comercio electrónico global para que así los productos mexicanos tengan acceso a todos los mercados del mundo. Claro, esto debería ser más un esfuerzo de los empresarios mexicanos más que del gobierno, pero si pierden el mercado norteamericano tendrán que buscar donde colocar sus productos, y el comercio electrónico es una muy buena opción.

Todos conocen Amazon, Best Buy, etcétera; esas son empresas estadounidenses. Pero también habrán oído de Alibaba, Gearbest, AliExpress, etcétera; esas son empresas chinas. ¿Pero han oído alguna vez de una empresa mexicana de comercio electrónico global?, nunca, ¿verdad?; pues ese es el mercado que México está dejando ir, que está desperdiciando, y créanme, ese es el comercio del mañana, lo que dominará en los próximos años. ¿Por qué creen que cada vez cierran más tiendas departamentales grandes, aún en los EEUU? Pues por eso mismo. Ya no serán tanto los tratados de libre comercio, sino más bien, el comercio electrónico global.

Claro que esta revolución mercantil global también traerá más desempleo, pero el país que lo sepa aprovechar obtendrá ventajas con respecto a los demás.

También debemos tener en cuenta la próxima revolución tecnológica que está tocando a las puertas y que provocará una nueva ola de despidos de empleados humanos, y me refiero a la inteligencia artificial; tecnología de la cual México está desligado pero que llegará en cualquier momento y provocará una nueva crisis social y si México no está preparado la va sufrir mucho.

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