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domingo, 13 de enero de 2019

El Huachicol: Engendro del neoliberalismo e invasión silenciosa de México

El Huachicol, un intento por destruir a México y sus instituciones


En México estamos sufriendo de un grave desabasto de combustibles en algunos estados de la república; ya todos sabemos que esta situación se debe al combate a las bandas criminales que se dedican al robo de combustibles.

Directamente la escasez de combustibles se debe a este tema, pero la realidad es que hay cuestiones mucho más graves que yacen debajo de la superficie; es decir, el huachicol es solo la punta del iceberg.

Esta situación del robo de combustibles a Pemex no es de ahora, ni siquiera del año pasado o el anterior; No, este problema viene desde mucho más atrás.

Así es, la problemática viene desde el sexenio de Vicente Fox, y se agudizó durante los sexenios de Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Pero tuvo su punto más álgido en el sexenio de Peña Nieto, pues fue este el que promovió y logró que se aprobara la  llamada reforma energética.

De esta manera, cuando las empresas trasnacionales ingresaron a México fue el preciso momento cuando se desató el robo de combustibles a Pemex, pues estas empresas extranjeras eran los principales clientes de los huachicoleros.

De esta forma se mataba dos pájaros de un tiro: por un lado, hacían un buen negocio y, por el otro, destruían la industria petrolera nacional al robar a Pemex.

Así es como se pretendía desmantelar completamente a la paraestatal argumentando que era inviable al no obtener ganancias suficientes como para justificar su actividad económica. Pero la realidad es que, si Pemex está al limite de presentar números rojos solo se debe al robo constante de que es objeto la empresa, ya sea a través del robo de combustibles, como a través del robo de sus propios recursos por sus mismos empleados, más bien, por sus directivos y los dirigentes del sindicato petrolero.

Para nadie es un secreto que los sueldos de los lideres sindicales, así como de los directivos de la paraestatal, son completamente desorbitados, fuera de toda realidad; además, la empresa también es victima de la mala administración y de la desviación de recursos.

Por otro lado, la carga fiscal aplicada a la paraestatal esta fuera de toda norma, pues prácticamente todas sus ganancias son absorbidas por el estado y no se reinvierte nada en la empresa, ya sea para la modernización de equipos y procesos industriales, como para el mantenimiento de las instalaciones, razón por la cual la producción petrolera ha sufrido una drástica caída, así como una importante reducción en la producción de combustibles, por eso es que más del 80% de la gasolina y Diésel que se consume en México se importa.

Pero volviendo al tema del huachicol, con estas acciones que ha emprendido el actual gobierno ha salido a la luz la verdadera dimensión del robo del que era objeto Pemex.

Esas empresas extranjeras que entraron al mercado mexicano de la distribución de combustibles se suponía ellos mismos importaban su producto del extranjero, pues así te vendían la gasolina, como gasolina importada directamente de sus refinerías; pero resulta que ahora que se combate en serio a las bandas dedicadas al robo de combustible ellos sufren desabasto, curioso, ¿verdad?

Esto solo significa una cosa: Que ellos eran los principales clientes de las bandas dedicadas al robo de combustible a Pemex. Asimismo, con esto queda demostrado que la actividad ilegal conocida como huachicol no era realizada por individuos solitarios, o pequeños grupos de individuos, sujetos que supuestamente se dedicaban a robarle a Pemex para poder subsistir; no, la realidad es que esto era toda una gran mafia a nivel nacional cuyos lideres los podemos encontrar dentro del mismo Pemex.

Así es, y así lo ha salido a confirmar el mismo presidente de México al afirmar que desde el tercer piso de la torre ejecutiva de Pemex, en la ciudad de México, se monitoreaba toda la red de ductos de la paraestatal, sin embargo, callaron y se hicieron de la vista gorda ante el salvaje saqueo de que era objeto la empresa.

Y es lógico, los especialistas que ahí laboran tienen el conocimiento y las herramientas necesarias para detectar inmediatamente una bajada de presión en los ductos, así como para ubicar el punto donde se registra esa disminución de presión, disminución de presión que no puede significar otra cosa que un hurto del combustible a través de una toma clandestina. Ellos lo sabían perfectamente, sin embargo, no hicieron nada porque ellos mismos eran cómplices del delito.

Se sabía perfectamente cuanto combustible era extraído ilegalmente de los ductos, representando hasta el 50% del que se transportaba a través de ellos, y aun así siguieron permitiendo el saqueo a la nación.

Además, el perforar una toma clandestina en un ducto de combustible que está sometido a una enorme presión no es cosa sencilla, no es cosa de un fontanero cualquiera, no, para hacer esto se necesitan conocimientos especializados, así como herramientas adecuadas.

Así que, o los huachicoleros son ingenieros nucleares disfrazados de gente humilde, o los que hacían ese trabajo eran especialistas empleados por empresas del ramo petrolero, o eran empleados del mismo Pemex. Lo cierto es que esto se hacia con la complicidad de los altos lideres sindicales, así como de los altos ejecutivos de Pemex.

Este ataque sistematizado contra Pemex se empezó desde los primeros gobiernos neoliberales, básicamente se comenzó desde el periodo de Miguel de la Madrid y se continúo hasta el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Fue entonces que se comenzó con la concesión de permisos a empresas extranjeras para la exploración y explotación de yacimientos petrolíferos; es cuando llegaron empresas como Halliburton, empresa propiedad de Dick Cheney. Si, así es, este sujeto fue el artífice de la invasión a Irak y de su posterior saqueo; todos sabemos que esa guerra se organizó para destruir el gobierno de Sadam Hussein para que así las empresas extranjeras se hicieran con el control de los pozos petroleros y refinerías de aquel país; aquí se hizo de otra manera, se hizo a través de la reforma energética.

Este robo de combustibles en México es tan brutal que ya es un escándalo a nivel internacional, inclusive el Fondo monetario internacional y el Banco mundial se han pronunciado al respecto expresando su apoyo a las medidas tomadas por el gobierno mexicano para combatir esta actividad criminal; sin embargo, aun no hay detenidos ni nombres de responsables, pero ya ha salido a declarar la secretaria de gobernación que ya se tiene identificados a algunos responsables y que también se ha procedido a congelar las cuentas bancarias relacionadas con estos.

Por otro lado, el procurador general, Gertz Manero, ha salido a decir que no hay leyes específicas para aplicar en estos casos pero que ya se está trabajando en el tema.

Y curiosamente este delito no es tipificado como grave por las leyes mexicanas, pero con el actual gobierno seguramente esa situación se transformará radicalmente y pasará a ser un delito grave de carácter federal sin posibilidad de fianza. Solo de esa manera se acabará con estas bandas criminales y con sus líderes.

Ya algunos han comenzado a ampararse para evitar la posible acción de la justicia contra ellos, ese es el caso de Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero. Este sujeto hace solo unos días mandaba una carta al presidente del país para expresarle “su apoyo” en las acciones emprendidas por el gobierno contra los huachicoleros, sin embargo, como dice el dicho, el que nada debe nada teme; y este sujeto al parecer esta muy asustado, tanto que ya se amparó para algo que todavía no sucede, pero que seguramente sucederá y tendrá que ir a parar a la cárcel a pagar sus delitos contra la nación.

Este tema del huachicol ya se había transformado en toda una industria paralela a Pemex, pues disponían de grandes almacenes, así como de enormes flotas de pipas para la distribución del combustible robado, pero el negocio ya se les terminó con AMLO.

Ayer les hablaba de que se debía de retirar la concesión a los empresarios corruptos y parece ser que ya a más de cien de ellos ya les fue retirada, y en la lista siguen cientos más.

Inclusive el gobernador de Guanajuato declaró que más del 80% de la gasolina que se vendía en el estado era de procedencia ilícita, dándonos con ello una idea clara de lo grave que ya era el hurto a Pemex.

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