CHINA: UN CINTURÓN, UNA RUTA
China se ha propuesto reactivar la Ruta de la Seda, antigua ruta comercial que alguna vez se desarrolló entre China y Occidente durante el Imperio Romano y mediante la cual la seda oriental llegó por primera vez a Europa. Mediante este doble corredor de comercio y de logística de distribución física de recursos energéticos y materias primas, el presidente Xi Jinping busca reabrir los canales entre China y Asia Central, Medio Oriente y Europa.
La Iniciativa del Cinturón y la Ruta (ICR) fue lanzada en 2013, abarcará rutas terrestres (el Cinturón) y rutas marítimas (la Ruta) para hacerse menos dependiente del mercado estadounidense para sus exportaciones y mejorar las relaciones comerciales en la región, principalmente a través de inversiones en infraestructura que buscan fortalecer el liderazgo económico chino. Prestará hasta 8 billones de dólares para infraestructura en 68 países con una población total de 4 mil 400 millones de habitantes (65% de la población mundial y un tercio del PIB mundial), y una participación de la economía mundial del 30%. Es siete veces más grande que el Plan Marshall de EEUU para reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
El Cinturón abarca seis corredores económicos: el Nuevo Puente Continental Euroasiático, el corredor China-Mongolia-Rusia, el corredor China-Asia Central-Asia Occidental, el corredor China-Península Indochina, el corredor China-Pakistán y el corredor Bangladés-China-India-Myanmar. También se expandirá por vía marítima hacia América Latina.
Más allá de eliminar el exceso de productos, con el ICR el gobierno chino trata de migrar excedentes fabriles mediante la deslocalización industrial hacia los países periféricos a lo largo de los distintos corredores de la Iniciativa. Con la fabricación de productos industriales de alta gama lograrían comercializar ferrocarriles de alta velocidad, generadores de energía y equipos de telecomunicaciones.
RUSIA EN UN REACOMODO GEOESTRATÉGICO
Por su parte Rusia mantiene una política exterior que ha sido considerada por distintos analistas como "inteligente" y le ha permitido sortear una crisis provocada por la desaceleración económica, las sanciones de Occidente y el colapso de los precios del petróleo. Su estrategia está encabezada por la conformación de la Unión Económica Euroasiática junto a Belarús, Kazajistán, Kirguistán y Armenia, que pretende constituir, además de un mercado único común con libre circulación de mercancías, servicios, capital y personas, un espacio con una política migratoria, educativa e incluso informativa.
Luego de la adhesión de Crimea, la guerra en el este de Ucrania y su involucramiento en Siria, el Kremlin persigue múltiples objetivos de estabilidad interna y presencia internacional que han pasado por estabilizar su relación con Turquía, lo que también permitió consolidar su influencia en el triunfo contra los grupos terroristas en Siria.
Rusia reorientó sus alianzas geopolíticas luego de que EEUU diseñara y ayudara a derrocar al gobierno ucraniano de Víctor Yanukovich e instalara un régimen ultraderechista con el objetivo de amplicar el cerco. Para ello Washington y sus agencias gastaron 5 mil millones de dólares en financiar "programas de difusión de valores y capacitación política" en Ucrania, generó una revolución de color con la toma de la plaza Maidán y todo el proceso de tensiones ya conocido que derivó en las sanciones que, junto a Europa, impuso a Moscú.
Uno de los objetivos de su concepción de la política exterior, emitida en noviembre de 2016, es reforzar la posición de Rusia como un país predominante en el mundo moderno y recuperar su influencia en la estabilidad y seguridad del sistema democrático global. Entre otras direcciones específicas están:
Luchar contra la presión política y económica de EEUU y sus aliados, que llevan a la desestabilización global.
Continuar con la Unión Europea (UE) el trabajo conjunto, que continúa siendo para Rusia un importante socio político y económico.
Continuar con el objetivo de estabilización de la situación en Oriente Medio y África del Norte.
Oponerse a los intentos de injerencia en los asuntos internos de Rusia para lograr cambios inconstitucionales de poder.
Utilizar las nuevas tecnologías para reforzar la posición de los medios de comunicación de Rusia en el exterior e incrementar la seguridad informática del país.
Considerar el proyecto para la construcción de un sistema de defensa antiaéreo de EEUU como una amenaza a la seguridad nacional, lo que da a Rusia el derecho de tomar las medidas de respuesta que sean necesarias.
Considerar intolerable cualquier intento de presión de EEUU y reaccionar con fuerza a cualquier acción hostil.
Construir relaciones mutuamente beneficiosas con EEUU.
Fortalecer los lazos de Rusia con América Latina y el Caribe.
Debido a las sanciones occidentales, que han reducido el acceso de las compañías rusas a tecnología, inversión y crédito occidental y a la caída en el precio del petróleo, se ha dado un proceso de integración económica y alineamiento político que haría de contraparte a la Unión europea, con un espacio económico que irá desde San Petersburgo a Shangái.
EL BLOQUE CHINA-RUSIA GANA ESPACIOS CON VISIÓN MULTIPOLAR
Ambas naciones comparten cada vez más los elementos de una visión del mundo pluripolar, privilegian la importancia de mantener Estados-nación fuertes que gocen de plena libertad de acción a nivel internacional.
Comparten críticas a los gobiernos occidentales y denuncian lo que consideran una cobertura mediática occidental sesgada. También denuncian la financiación extranjera de organizaciones no gubernamentales (ONGs) y el uso de técnicas de movilización en redes sociales para fomentar la inestabilidad. En 2011-2012, Putin culpó a las ONGs patrocinadas por EEUU de las protestas callejeras experimentadas en Moscú; en 2014 Pekín vio una mano extranjera detrás del movimiento de protesta en Hong Kong.
Recientemente el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, ha amenazado a China con expulsarle del sistema internacional del dólar estadounidense si no apoya las nuevas sanciones contra Corea del Norte, ante lo que el analista Paul Craig Roberts ha reflexionado que "el Gobierno de EEUU, Estado en quiebra, cuya deuda estatal supera los 20 billones de dólares, que se ve obligado a imprimir dinero para comprar sus propios títulos de la deuda, amenaza a la segunda economía más grande del mundo, cuyo poder adquisitivo es superior al de la economía estadounidense", esto a partir del escenario previsto en el que una enorme cantidad de transacciones económicas saldrían del sistema del dólar y harían reducir su volumen e importancia.
Rusia y China compran cada vez más oro para respaldar sus economías y hacer frente al valor artificial del dólar mientras los países del eje asiático comienzan a realizar intercambios comerciales en sus propias monedas, incluso el petróleo, un golpe contundente al petrodólar.
Ambas naciones comparten cada vez más los elementos de una visión del mundo pluripolar, privilegian la importancia de mantener Estados-nación fuertes que gocen de plena libertad de acción a nivel internacional.
Comparten críticas a los gobiernos occidentales y denuncian lo que consideran una cobertura mediática occidental sesgada. También denuncian la financiación extranjera de organizaciones no gubernamentales (ONGs) y el uso de técnicas de movilización en redes sociales para fomentar la inestabilidad. En 2011-2012, Putin culpó a las ONGs patrocinadas por EEUU de las protestas callejeras experimentadas en Moscú; en 2014 Pekín vio una mano extranjera detrás del movimiento de protesta en Hong Kong.
Recientemente el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, ha amenazado a China con expulsarle del sistema internacional del dólar estadounidense si no apoya las nuevas sanciones contra Corea del Norte, ante lo que el analista Paul Craig Roberts ha reflexionado que "el Gobierno de EEUU, Estado en quiebra, cuya deuda estatal supera los 20 billones de dólares, que se ve obligado a imprimir dinero para comprar sus propios títulos de la deuda, amenaza a la segunda economía más grande del mundo, cuyo poder adquisitivo es superior al de la economía estadounidense", esto a partir del escenario previsto en el que una enorme cantidad de transacciones económicas saldrían del sistema del dólar y harían reducir su volumen e importancia.
Rusia y China compran cada vez más oro para respaldar sus economías y hacer frente al valor artificial del dólar mientras los países del eje asiático comienzan a realizar intercambios comerciales en sus propias monedas, incluso el petróleo, un golpe contundente al petrodólar.
LATINOAMÉRICA EN EL HORIZONTE
Analistas afirman que la propia existencia de la asociación Brics (Brasil, Rusia, China, India y Suráfrica) favorece la autonomía de los Estados latinoamericanos en el ámbito internacional y amplía su capacidad de maniobra en la política exterior. Se trata de una agrupación que ocupa 29% de la tierra firme del planeta (sin contar la Antártida), concentra 43% de la población mundial y cerca de 27% del PIB mundial en términos de paridad del poder adquisitivo.
Durante la cumbre realizada en septiembre pasado, el bloque ha acordado crear el Nuevo Banco de Desarrollo, que prevé dar créditos por 4 mil millones de dólares en 2018 mientras ofrece préstamos a proyectos del sector privado a medio plazo. También ha acordado crear un fondo de bonos en divisas nacionales para "contribuir a asegurar la estabilidad de las inversiones en los países del Brics, estimular el desarrollo de mercados de bonos nacionales y regionales de los países del Brics, incluido el aumento de la participación del capital privado extranjero y el mejoramiento de la estabilidad financiera de los países del Brics".
Muchos analistas afirman que si China logra rediseñar el mapa de comercio mundial, creará oportunidades para que las exportaciones latinoamericanas encuentren nuevos mercados en Asia. También se habla de un cable de fibra óptica Trans-Pacífico para unir las dos regiones, mientras que China está interesada en financiar túneles, carreteras y ferrocarriles que ayudarán a llevar los productos de los países de la costa atlántica de América Latina a China y viceversa.
El comercio y la inversión de China con América Latina crecieron exponencialmente desde el año 2000, las exportaciones de América Latina a China aumentaron desde 5 mil millones de dólares en el año 2000 hasta 120 mil millones de dólares en 2012, también aumentaron las importaciones desde China generando una balanza comercial total de alrededor de 230 billones de dólares al año. Para varias de las principales economías de América Latina, como Brasil, Argentina, Chile y Perú, China ha reemplazado a los EEUU como el principal socio comercial, mas no de inversiones. Desafío crítico para la hegemonía económica que EEUU ha disfrutado en la región desde el declive del imperio británico producto de la Segunda Guerra Mundial.
La colaboración estratégica de Rusia con Brasil, en particular en el marco de los Brics, así como la cooperación con Argentina, Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros Estados de Latinoamérica y el Caribe, busca respuestas a los nuevos retos y amenazas. La incorporación de empresas rusas en los sectores dinámicos de la industria, la energía, las comunicaciones y el transporte en los países de la región ha estado acompañada de la consolidación de lazos a través de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
La relación con los socios latinoamericanos de Rusia (en particular Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Ecuador) dio un nuevo paso luego de la escalada de sanciones de 2014, que restringían la importación de productos alimenticios procedentes de la UE, EEUU, Canadá, Australia y Noruega. Rusia los sustituyó por suministros desde América Latina y puso en marcha la tarea de hacer su economía más competitiva y diversificada prestando mayor apoyo al desarrollo de su economía agrícola.
El comercio estimado de Rusia con América Latina y el Caribe fue de 24 mil millones de dólares en 2013 mientras China sigue desplazando a otros competidores extranjeros mediante fusiones y adquisiciones que han alcanzado 102.2 mil millones de dólares invertidos por el Banco de Desarrollo de China (CDB) y el Banco de Exportación e Importación de China (Chexim) entre 2005 y 2013.
Cabe destacar que ninguno de los países de la llamada Alianza del Pacífico, bloque comercial latinoamericano que actualmente incluye a Chile, Colombia, México y Perú, decidió en su momento romper las relaciones con China aun cuando dicho bloque se perfilaba como socio cercano de EEUU y Canadá. Sus miembros (menos Colombia) se encontraban entre los países que buscaban establecer la Asociación Trans-Pacífico (TPP), anulada por Trump en enero pasado.
Como cuenta con pocas posiciones en el Pacífico por la barrera de contención geográfica que significan Japón, Taiwán, Indonesia y otros lugares controlados por EEUU, la lógica china de expansión es hacia el Pacífico sur.
LA DISUASIÓN EN VENEZUELA
Venezuela es el primer destino latinoamericano de inversiones chinas. Desde el año 2001 se han desarrollado casi 800 proyectos de cooperación que han permitido el desarrollo de áreas estratégicas como energía, petróleo, educación, salud, tecnología, comercio, agroindustria, agricultura, infraestructura, industria, cultura y deportes. Para 2013 el comercio bilateral había aumentado 13 mil 714 veces al pasar de 1,4 millones de dólares en 1974 a 19 mil 200 millones de dólares.
Rusia cuenta con importantes inversiones en la Faja Petrolífera del Orinoco a través de la empresa Rosneft que se consolidaron y serán aumentadas luego del encuentro entre los presidentes Maduro y Putin en Moscú a comienzos de octubre. Asimismo aumentaría la cooperación agrícola mediante la puesta en marcha de plantas procesadoras de alimentos de tecnología avanzada.
La cooperación militar involucra más de 11 mil millones de dólares en distintos sistemas de misiles, de defensa, tierra a tierra, tierra a aire, sistemas de artillería, de defensa antiaérea, fusiles, helicópteros, aviones de combate y equipamiento logístico. El intercambio comercial entre ambos países llegó a su punto máximo en 2013, cuando alcanzó 2 mil 450 millones de dólares.
En mayo de 2013 un acuerdo de confidencialidad permitió a Rosneft obtener datos geológicos sobre los bloques petrolíferos en el mar de Venezuela para su posible exploración futura, con clara intención de proteger los intereses comerciales chinos y asegurar el acceso ruso a los futuros yacimientos de petróleo y gas en Venezuela.
China y Rusia disuaden el interés de EEUU por intervenir de manera más decisiva en la política venezolana debido a que las alianzas establecidas por el país caribeño son vitales para sus objetivos geoestratégicos. Las declaraciones desde Moscú y Pekín han sido claras en cada agresión realizada por EEUU en los últimos años. Ambos gobiernos han apelado a la resolución soberana de los conflictos y la no injerencia, pues las sanciones impuestas por la Administración Trump representan un ataque directo a las alianzas que sostiene con el país suramericano. De ahí precisamente su apoyo a que sea por la vía electoral que se diriman los conflictos en Venezuela, bajo la autoridad del Estado venezolano y su institución electoral, el atacado CNE.
Parte de la disputa global se lleva a cabo en territorio local, lo que permite que Venezuela juegue un papel decisivo en las reconfiguraciones de las dinámicas geopolíticas a favor de lo multipolar como búsqueda de un equilibrio político global que le permita ejercer su derecho a existir de manera soberana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario