Reuters.- Rusia acusó el jueves a Estados Unidos de intentar usurpar el poder en Venezuela y advirtió contra una intervención militar en el país sudamericano, enfrentándose a Washington y la Unión Europea, que respaldaron las protestas contra uno de los más estrechos aliados de Moscú.
El líder de la oposición venezolana Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino el miércoles y obtuvo el reconocimiento de Washington, lo que llevó a Maduro a romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
La perspectiva de un derrocamiento de Maduro es un dolor de cabeza geopolítico y económico para Rusia que, junto a China, se ha convertido en un prestamista de último recurso para Caracas, a quien ha entregado miles de millones de dólares en medio de la gran crisis que vive su economía. Moscú también ha prestado apoyo a su industria militar y petrolera.
Rusia acusó a Washington de estar detrás de las protestas callejeras y de intentar minar a Maduro, a quien calificó como el presidente legítimo del país.
“Consideramos que el intento de usurpar la autoridad soberana en Venezuela contradice y viola la base y principios de la ley internacional”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Asimismo, indicó que Rusia no ha recibido solicitud de ayuda militar por parte de Venezuela, al tiempo que declinó especificar cuál sería su respuesta si lo hiciera. Maduro, que se reunió con su par ruso, Vladimir Putin, en Moscú en diciembre, es el presidente legítimo, afirmó Peskov.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso se quejó de que Washington busca determinar el destino de otras naciones recurriendo a la antigua estrategia de intentar derrocar a un gobierno no deseado.
En este sentido, pidió a Washington que no intervenga militarmente, advirtiendo que la interferencia exterior abre el camino a un baño de sangre. “Advertimos contra estas aventuras, que pueden tener consecuencias catastróficas”, señaló.
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